Gloria Chávez Vásquez

“Hay dos formas de dejarse engañar. Una es creer lo que no es verdad. La otra es negarse a creer lo que es verdad”.

                                       Soren Kierkegaard (Filosofo danés 1813-1855)

No hay duda de que Colombia es un país codiciado por los amos del nuevo orden mundial, por su riqueza natural, por su posición geográfica entre otras cosas.

Y por supuesto, detrás de la siniestra agenda socialista en América Latina, el objetivo de los yugos, comunista o islámico, es la joya de la corona. Así que durante las elecciones de 2022 los colombianos estarán, como quien dice, en medio de una subasta. La venta del país al mejor postor.

En el juego de ajedrez de la izquierda, aparte de sus viejas fichas, Cuba y Nicaragua, al elenco se han añadido Chile, Perú y Honduras. El hecho de que, con excepción de Brasil y Colombia, los demás gobiernos tercermundistas se estén amancebando con el comunismo internacional, ha dado impulso a los “socialistas” para apostarlo todo, en las dos elecciones regionales más importantes de 2022: Colombia y Brasil.

Ante las alianzas descaradas de Cuba y Venezuela con China, Rusia e Irán para entrometerse en los destinos del continente, el Centro para una Sociedad Libre y Segura/Center for a Secure Free Society, lanzó la voz de alerta ante la amenaza de que “esa nueva ola socialista y autoritaria está empujando a América Latina a un punto de inflexión” semejante a la que tuvo lugar durante la crisis de los misiles soviéticos en Cuba en 1962. En ese entonces, la URSS se vio obligada a capitular, so pena de una guerra con EE. UU y sus aliados en Latinoamérica.   

Obviamente Rusia ha vuelto a sus andanzas imperialistas, no solo con sus vecinos, entre ellos Ucrania y Kazajstán, sino que, como confirma la CSFS, “el alcance regional de Rusia [en Latinoamérica] tiene un ángulo militarista”. El gobierno de Vladimir Putin ya ha colocado contratistas militares y drones de fabricación rusa en Arauca y Cúcuta, dos puntos críticos en la frontera entre Colombia y Venezuela. Sus exportaciones bélicas se extienden por toda Latinoamérica desde Venezuela hasta el Cono Sur. Actualmente, la Compañía Militar-Industrial de Moscú (ВПК) sostiene conversaciones de alto nivel con Uruguay para exportar vehículos de transporte de personal (APC) y otros vehículos blindados.

Para completar el cuadro, el recién electo presidente de Perú, Pedro Castillo, que realizó una visita irregular a la embajada de Beijing en Lima poco después de asumir su cargo, acaba de efectuar un acuerdo de cooperación técnico-militar con Rusia.

El informe del Centro SFS corrobora que el ciclo de súper elecciones del año pasado en América Latina, abrió las arcas a los líderes socialistas y sus aliados extrarregionales Rusia, Irán y China, para “capitalizar estas nuevas oportunidades”. La organización para una Sociedad Libre denuncia que “China avanza rápidamente en proyectos de infraestructura en América Latina, como el mega puerto en Chancay, Perú, y un cable submarino de entre Chile y China”.

El futuro de A.L. se presenta bastante sinuoso. A la lucha de países todavía democráticos como Colombia y Brasil, “contra las amenazas transnacionales como el terrorismo o el crimen organizado”, se añade el de los actores estatales que trabajan mancomunadamente con Rusia, China, Corea del Norte, Turquía e Irán para subyugar al continente. En este contexto, Venezuela —que recibe apoyo continuo de Cuba— es un escenario donde todos estos países están presentes en procura de la desestabilización de la democracia colombiana, “tal como lo hicieron con Siria y en donde se accionan las armas de guerra asimétrica” continúa el reporte.

La agenda musulmana para introducir sus políticas religiosas a la fuerza en América se ha acelerado. En noviembre pasado, una delegación iraní viajó a Caracas con el pretexto de observar las elecciones legislativas en Venezuela. La víspera de las elecciones tuvo lugar una reunión de alto nivel con el vicepresidente de Venezuela, según dice el informe. Tras fracturar la oposición en las falsas elecciones, y apoderarse finalmente de la Asamblea Nacional, Nicolas Maduro comenzó a preparar su tercera visita a Irán a finales de enero 2022. Su intención es la de acelerar la presencia islámica en el continente y así lo dijo en entrevista con una cadena de noticias libanesa: ‘Tenemos que hacer mucho más para unir [América Latina y el mundo árabe] espiritual, cultural, políticamente’”. Se espera que Maduro firme un acuerdo de 20 años entre Irán y Venezuela que refleje el acuerdo de cooperación estratégica de 25 años entre Irán y China firmado en 2020″. A la de Maduro se le añaden las voces de los nuevos líderes socialistas en América Latina donde la presencia musulmana ya es notable. 

Por otra parte, Cuba, que también firmó una alianza de 20 años con el gobierno chino, se ha convertido en una Meca moderna de la izquierda internacional, donde se gesta el destino de nuestros países. El reporte del CSFS recalca que la lista de metas progresistas para la región, anunciadas en la Habana durante la vigésima cumbre de la Alianza Bolivariana de las Américas (ALBA), celebrada a mediados de diciembre, incluye ‘fomentar la cooperación con países y organizaciones internacionales”.

Como para no quedarse atrás, en diciembre pasado, el dictador nicaragüense, Daniel Ortega, envió a Moscú una delegación encabezada por sus dos hijos a la que se añadió el presidente argentino Alberto Fernández. Su objetivo era reunirse con diplomáticos rusos para discutir el “fortalecimiento” (léase ayuda militar) de las relaciones entre los respectivos países. El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, tiene proyectada una visita similar a Moscú a principios de este año. El canciller ruso, Sergei Lavrov, expresó además su deseo de que, como miembro del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, Brasil se una, en el futuro, a dicho Klub.

Entretanto en Bolivia, Evo Morales prepara el terreno mientras se ocupa del nuevo organismo regional fundado por él, para reemplazar la desaparecida Unión de Naciones Sudamericanas o UNASUR con una versión indígena populista llamada RUNASUR, o la Unión de los Pueblos de Naciones Sudamericanas.

No cabe duda de que el pronóstico de la CSFS, que la elección de Gabriel Boric como presidente de Chile no solo significa mejores relaciones con China, sino con el mundo Islámico. El centro cultural patrocinado por Irán en Santiago le expresó todo su apoyo.

Los planes de construir un cable submarino de 15.000 kilómetros para enviar energía solar a China, forja una especie de cordón umbilical con Chile. “China, que es el principal socio comercial de Chile, ya está muy involucrada en la industria del litio en el Cono Sur”, concluye el reporte.

En cuanto a Colombia, las próximas elecciones decidirán si entra o no en ese nuevo orden. El escenario se viene preparando para que así ocurra. La izquierda ha convertido el narcotráfico, la inmigración y el vandalismo urbano en armas de guerra con los que desestabilizar a los países de la región. Venezuela y Cuba juegan un papel protagónico en la desestabilización de Colombia. La movida más reciente en el tablero fue la visita de Gustavo Petro, (el candidato de la izquierda) a España. Su reunión con el liderazgo socialista de la península, concluyó con la contratación de una firma española para contar los votos en Colombia.  

 Es decir, el viejo truco de la zorra cuidando las gallinas.

La desesperada alquimia de los nuevos socialistas, de pretender mezclar el agua del comunismo chino y ruso con el aceite del islam solo puede traer funestas consecuencias. Es indudable que los musulmanes y los comunistas se han aliado temporal y convenientemente en este malintencionado juego de ajedrez, esperando ser los ganadores. Pero conociendo su verdadera naturaleza, de ahí solo puede resultar el caos. Un caos en el que se han hecho cómplices los serviles caudillos regionales.   

 Gloria Chávez Vásquez es escritora, periodista y educadora residente en EE.UU.