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Columnistas  |  18 enero de 2022  |  12:00 AM |  Escrito por: Armando Rodríguez Jaramillo

LIDERAZGO INNOVADOR Y LIDERAZGO EJECUTIVO

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Armando Rodríguez Jaramillo

Por Armando Rodríguez Jaramillo

 

La pandemia nos puso frente a la necesidad de encarar el desarrollo productivo del Quindío pensándolo en términos de productividad y competitividad, I + D, impulso a los conglomerados empresariales (clústeres), empleo de calidad y bienestar.

Definitivamente el común denominador de esta década es la velocidad de cambio y el acceso al conocimiento. El pasado 12 de enero la CEPAL presentó el informe «Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe 2021» donde dice que la región enfrenta un 2022 muy complejo: «persistencia e incertidumbre sobre la evolución de la pandemia, fuerte desaceleración del crecimiento, se mantienen la baja inversión, productividad y lenta recuperación del empleo, persistencia de los efectos sociales provocados por la crisis, menor espacio fiscal, aumentos en las presiones inflacionarias y desequilibrios financieros».

Por su parte, José Antonio Ocampo en su artículo «Por una agenda de desarrollo productivo» (El Tiempo, 15 de enero de 2022) aboga por la necesidad de «garantizar un desarrollo productivo dinámico, sustentando en una mejora significativa de la productividad y, por lo tanto, en el desarrollo científico y tecnológico del país». Y señala que «una de las grandes tareas del próximo gobierno será, por lo tanto, poner en marcha una política de desarrollo productivo ambiciosa, basada en un avance significativo en materia de ciencia y tecnología, que incluya un buen sistema para transferir mejores tecnologías a todas las empresas, incluidas las más pequeñas”.

Es indudable que los asuntos del desarrollo productivo (CEPAL) o del desarrollo económico territorial (BID) deben hacer parte integral de una agenda departamental. Por consiguiente, una mirada general a ciertas cifras nos ayuda a comprender la dimensión del desafío que tenemos y las decisiones por asumir: el puntaje en el índice de competitividad departamental es 5,64 sobre diez (CPC y U. Rosario, 2021) y en el índice de innovación es 40 sobre cien (DNP, 2021), el departamento aporta el 0.83% del PIB nacional (2000), el 69,7% de la estructura industrial se concentra en productos de café y elaboración de productos alimenticios (DANE, 2020), el cultivo de mayor área sembrada es plátano con 26.673 Ha. seguido de café con 19.646 Ha. (EVAS, 2020), el turismo (en su mayoría masivo) se recupera a juzgar por los resultados de la temporada diciembre – enero, el 97,27% de las empresas del departamento son microempresas, el 83,6% de las empresas son personas naturales y la supervivencia empresarial indica que en promedio una de cada cinco empresas logra llegar al sexto año de vida(CCAQ, 2021), el 96,5% de las exportaciones corresponde a productos agrícolas, principalmente café (MinComercio, 2021).

Como el diagnóstico es conocido y la incertidumbre económica global es una realidad, no hay más alternativa que actuar y enfrentar los retos que tenemos con base en dos opciones posibles: seguir haciendo lo que se viene haciendo o transitar por un camino nuevo. No obstante, como a las propuestas de cambio les emergen rechazos y oposiciones, hay que entender que cuestionar no es criticar, que su propósito es hacer preguntas sobre lo que somos y podríamos ser, y esto requiere de valentía para cambiar y de responsabilidad para crear valor y generar capital social.

Hemos cometido errores, sí. Hemos fracasado, no. Ante esta realidad nada mejor que dirigir la mirada a regiones sobresalientes, y no me refiero a otros departamentos, sino a regiones de países como EE. UU., Japón, Israel, Alemania, Irlanda, Corea del Sur, Finlandia, Singapur y otros más, pues algo bueno y distinto han hecho. Como dijo Mariana Mazzucato, economista italiana destacada en el mundo de la innovación: «para ser como los lideres tenemos que hacer lo que hacen los líderes, no lo que dicen que hacen». Entonces aprendamos de regiones punteras y de los liderazgos innovadores que las llevaron a ser lo que son.

Los nuevos liderazgos

Esto nos pone frente a otra pregunta clave: ¿Qué liderazgos necesitamos para cambiar al departamento? En el artículo «Principios del liderazgo innovador» (2 de febrero de 2012) Xavier Ferrás plantea que «Hay una clara diferencia entre el líder innovador y el ejecutivo eficiente. Todos podemos reconocer claramente dos perfiles directivos, cuando pensamos en personas que conocemos: el visionario, entusiasta, creativo y motivador; o el ejecutivo detallista, metódico y disciplinado. El primero, normalmente, está orientado a la estrategia. El segundo, al micromanagement. Y ambos deben convivir en las organizaciones».

En consecuencia, sería ganador para el departamento equilibrar la presencia de liderazgos innovadores y liderazgos ejecutivos pues ambos son complementarios. Es preciso formar personas con competencias estratégicas que asuman la responsabilidad de aportar valor para la sociedad y la valentía de ejecutar el cambio. Líderes que aviven una visión colectiva de futuro y espoleen la construcción de un disruptivo proyecto de desarrollo productivo para el Quindío basado en el fomento de la I+D y la industrialización tecnológica. Hay que pasar de una economía que produce materias primas y se esperanza en el turismo, para avanzar hacia conglomerados empresariales articulados en clústeres industriales y tecnológicos. Y esto se hace con liderazgos innovadores y se gestiona con liderazgos ejecutivos.

18 de enero de 2022.

[email protected]   /   @ArmandoQuindio

 

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