Vincenzo Nibali, de 37 años de edad, escogió muy bien el escenario para anunciar la decisión con la que muchos contaban, pero que nadie quería. "Estuve esperando esta etapa durante un tiempo. Aquí en Mesina es donde comencé a montar en bicicleta y a entrenar, así que quería confirmar que este es mi último Giro y mi última temporada", confesó el “Tiburón”, apodo que le ha acompañado a lo largo de su trayectoria deportiva por su valentía y combatividad.

Tras 18 temporadas como profesional, el corredor del Astana Qazaqstan colgará la bicicleta el próximo 8 de octubre, tras despedirse del Giro de Italia, en uno de los monumentos del ciclismo que figuran en su palmarés: el Giro de Lombardía, cita que conquistó en 2015 y 2017.

Y esos dos éxitos son sólo una pequeña muestra del historial: dos Giros de Italia (más siete etapas), un Tour de Francia (y seis etapas), una Vuelta, una Milán-San Remo, dos Tirreno-Adriático y un total de 54 victorias. "Realmente he acumulado mucho en mi carrera, he tratado de hacerlo lo mejor posible hasta ahora. Estoy emocionado, aquí comenzó mi historia, con las primeras carreras en Sicilia, que luego dejé a los 15 años. He dado mucho al ciclismo y quizás ha llegado el momento de devolver un poco lo que le he robado a mi familia, amigos, todo lo que he sacrificado por las dos ruedas", explicó el siciliano, conteniendo lágrimas y acompañado de sus padres en el emotivo momento. Su progenitora, Giovanna, no aclaró su futuro, pero sí dejó ver que estará ligado al mundo de la bicicleta: "Seguro que no se baja de la bici, es su pasión y su disfrute. Es impensable que lo abandone por completo. Mi hijo ha hecho grandes cosas sobre dos ruedas y ha tenido una gran satisfacción, acumulando mucho cariño de la afición, de toda Italia".

Se marcha, un corredor carismático, miembro del selecto club de campeones de las tres grandes vueltas (junto a leyendas como Anquetil, Gimondi, Merckx, Hinault, Contador y Froome) y de sello imborrable. Uno di noi (Uno de los nuestros) para los italianos.