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Columnistas  |  27 mayo de 2022  |  12:00 AM |  Escrito por: German Estrada Mariño

Las trampas del inconsciente en el expresidente Bush

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German Estrada Mariño

Por Germán Estrada Mariño

Psicólogo clínico

Universidad Nacional de Colombia

 

Bush finalmente se auto incrimina, en 2022 pasará a la historia. Así son las trampas del inconsciente

Bush se refiere a la invasión Rusia Ucrania:

" La decisión de un único hombre de lanzar la brutal e injustificada invasión a Irak... perdón, quise decir... a Ucrania".

Este episodio escandaloso de la semana pasada de George W. Bush no es un simple error, no es un olvido; tampoco constituye una banal confusión con los datos.  Es una clara manifestación de un lapsus mental en el que la asociación libre salió a flote, desnudando el inconsciente que lo termina auto incriminando, porque no podemos escapar a nuestros impulsos y estructuras psicológicas. 

El inconsciente representa el deseo y los más profundos instintos del yo. La asociación libre a través del recuerdo y expresión espontánea evidencia los significados, deseos, miedos, traumas y conflictos psíquicos que ha internalizado el sujeto.

El inconsciente lo autoincriminó, desnudando su deseo inconsciente, y evidenció que cuando fue el hombre más poderoso del mundo, utilizó su poder militar en procura del expansionismo imperialista, para atacar con una causa fachada e injusta, así como lo hace el Putin ahora, a quien intento juzgar y atacar; pero sin darse cuenta de que lo que hizo fue dejar en descubierto que se odia a sí mismo.

Fue una evidencia, a la luz del psicoanálisis, de formación reactiva (acting out), es decir, proyectar hacia afuera el conflicto psíquico. Y el fallido discurso diplomático, se transformó en un efecto bumerán para su propia imagen y legado en la sociedad; con la clara identificación proyectiva de su deseo puesto en evidencia a través del ¡lapsus!

Eso sí, en algo no se equivocó el expresidente Bush, en medio del lapsus fue muy acertado, cuando afirmó que: “las invasiones (asociadas libremente por su inconsciente) tanto a Irak como a Ucrania, han compartido el común denominador de ser brutales e injustificadas, y decididas bajo la autoría de un único hombre”. 

Muy probablemente el despliegue mediático tan severo con Rusia, mucho más de lo que fue con Estados Unidos en su momento, cuando invadió con mentiras a Irak, y que le representa hoy a Putin  un alto costo político a nivel global en desacreditación, desprestigio político moral y social, además de sanciones y  rechazo por parte de la comunidad internacional, ha llevado a Bush a tener pesadillas (manifestación del conflicto psíquico en los sueños como mecanismos de manifestación de los deseos o temores  reprimidos ) con el castigo que teme recibir.  Castigo que sabe, hoy más que nunca, merece o merecería recibir, como el que recibe hoy por la comunidad internacional Putin.

Putin es para Bush en sus significados mentales, ese par con alto poder al mando de una potencia militar y nuclear, así como lo fue él, a quien intentó señalar y condenar por su hipócrita doble moral, en su fallido discurso del 19 de mayo de 2021, discurso  que pasará a  la historia,  logrando solamente una puesta en evidencia irreversible, como sus acciones pasadas y una evidente condena psíquica  a sí mismo.

 

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