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Columnistas  |  23 junio de 2022  |  12:00 AM |  Escrito por: Rogelio Guevara Villamil

La carrera del populismo en Colombia

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Rogelio Guevara Villamil

Por Rogelio Guevara Villamil

La actual coyuntura política ha dejado al descubierto aspectos que creo bien vale la pena analizar con detenimiento; está haciendo carrera algo que, aunque no es nuevo, ha sido manejado de tal manera que en un tiempo relativamente corto logró dividir el país: el populismo. La RAE le da varias definiciones de las que escogimos esta: “postura política que busca a través de diversas estrategias el apoyo y consentimiento de las clases populares”. Aquí es pertinente decir que hay una gran diferencia entre lo popular y lo populachero, al igual que en la política y la politiquería.

Y es que la puesta en práctica de esos mecanismos populistas es tan efectiva que logra con una velocidad inusitada posicionar un personaje que meses antes era un ilustre desconocido y en el que nadie creía por fuera de su región; la vehemencia de sus arengas cala tan profundo en sus prosélitos que adquiere características de dogma. Hasta ahí, se podría decir que todo vale; pero el discurso en algunas oportunidades no se ajusta a la verdad, a veces se recurre a métodos innobles, a la guerra sucia cuya finalidad es generar miedo.

Miedo que al apoderarse de las masas, éstas se dejan llevar como mansas ovejas a las urnas obedeciendo dócilmente lo que insistentemente han escuchado. Ese temor ha dividido el país; de acuerdo con los resultados del domingo anterior hay un 50% que votó por el cambio, por la esperanza y otro 50% que votó con miedo a ese cambio. Ahora no es tan importante la plaza pública, las redes sociales se convirtieron en el vehículo más efectivo para la difusión de mensajes; basta con “soltar” uno y hacerlo viral para que le aparezcan miles de seguidores.

Asombra que no importa de quien se trate; con solo leer o escuchar “cualquiera menos Petro” la decisión está tomada. Las propuestas o programas de gobierno no se leen, no se analizan, eso no importa, el miedo ha hecho mella, se ha incrustado en medio país que se resiste a la búsqueda de nuevas propuestas de gobierno. Pero lo grave, a nuestro juicio, es que ese miedo desencadena odio y ha llevado al pueblo a acentuar esa polarización que nos tiene hoy frente a dos Colombia. Cuando de elecciones se trata, quienes votan han mostrado el cobre y los que manipulan saben con certeza lo que deben hacer; en el plebiscito los enemigos de la paz dijeron que los habían sacado a votar “verracos” y les dijeron NO a casi ocho mil guerrilleros que querían dejar las armas.

Se puede pensar que Colombia ha llegado a un grado de descomposición que la mitad de su potencial electoral quería como su presidente a quien poco le importan las leyes, carece del comportamiento propio de un alto dignatario y está imputado por corrupción.

MIEDO: del latín metus. Sentimiento de desconfianza que impulsa a creer que algo negativo va a suceder.

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