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Columnistas  |  01 julio de 2022  |  12:00 AM |  Escrito por: James Padilla Motoa

En la final del rentado colombiano perdió el periodismo

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James Padilla Motoa

Por James Padilla Mottoa

Ni más faltaba que a estas alturas resultara hincha del Atlético Nacional o del Deportes Tolima y eso vale la pena aclararlo, pero en estos partidos finales de la liga colombiana, el gran perdedor resultó ser un sector del periodismo deportivo del país que no tuvo empacho en desconocer una y otra vez los argumentos o las acciones del equipo que a la postre resultara campeón. Ese fue el sesgo evidente en estos partidos por parte de quienes tuvieron el privilegio de transmitirlos por televisión. Pero lo más grave es que esa tendencia no solo pudo observarse en los choques finales, también y con más ahínco fueron común denominador en el juego previo disputado ante el Atlético Junior.

Y no todo paró allí, pues en los comentarios posteriores a la final, los conceptos vertidos fueron más directos y con la clara intención de desdibujar lo alcanzado por el conjunto antioqueño y su técnico Hernán Darío Herrera.

Partiendo de la base de, efectivamente un muy regular partido en el choque final por parte del a la postre campeón, en términos deportivos no es menos cierto que lo que importa realmente a jugadores, técnicos, directivos y aficionados, era el galardón de la liga.

Desde luego, después hay lugar para todo tipo de análisis u opiniones: Nacional no mostró la jerarquía o el poderío que se esperaba en un lance en el que llegaba con una cómoda ventaja de dos goles; perdió la pelota y se dejó imponer las condiciones de un rival fuerte, aguerrido y convencido de que podía ganar la serie. Y la tuvo en sus manos; si Daniel Cataño convierte el penalti del comienzo de la segunda parte, el partido se liquidaba; pero surgieron los llamados imponderables del fútbol y no sólo marró el cobro desde los once metros, sino que, además, se ganó la expulsión y eso cambió todo el panorama del juego. Allí quedó servido el premio mayor para el verde, que a pesar de todo tuvo los hombres y la decisión para aprovechar las ventajas y anotar ese gol postrero que le otorgó el título. Ganó Nacional; Deportes Tolima dejó la imagen de un cuadro grande al que se sigue viendo con respeto y admiración, pero el periodismo deportivo, representado en estos caballeros que tuvieron a su cargo la transmisión televisiva del partido, perdió de manera categórica porque cuando un periodista se pone la camiseta de un equipo o desdeña deliberadamente las acciones del otro, ese periodismo que dice representar, queda valiendo menos que nada.

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