Llega la última etapa de las campañas políticas y con ellas los Lleras a comprarle el votico a la gente, y no me refiero al coscorrón, estoy hablando del billete de 100 mil pesitos que tiene la cara de Carlos Lleras Restrepo.

Por muchos años hemos visto y escuchado historias de cómo los políticos por medio de sus trabajadores de campaña compran votos para alcanzar el poder, una práctica deplorable que en nuestro país se ha convertido seguramente en una de las estrategias más ganadoras; mientras los políticos decentes, que son pocos, piensan en ideas innovadoras que transformen la vida de las personas, estos otros piensan de dónde sacar los Lleras y en cómo comprar la gente para ganar las elecciones.

En nuestro país hay varios partidos políticos que parecen bandas criminales, y a pesar de que han sido desmanteladas, en muchas regiones no han dado con sus cabecillas que siguen delinquiendo de lo lindo en estás épocas de elecciones; estas bandas igual que las otras, actúan de día y de noche, en la modalidad de manifestaciones, donde a las personas que vayan a la plaza del barrio, o de la ciudad a acompañar en un acto público al candidato, les dan sus Lleras que tanta falta les hace.

La otra modalidad es el voz a voz y el convencimiento, que consiste en que las personas que convenzan a gente de sus barrios y las lleven a la sede del candidato a prometerle su voto tendrán su Lleras, la otra modalidad es la más trillada pero la más usada por este tipo de bandas, se desarrolla el día de las elecciones y es frentera porque en los puntos de votación las campañas entregan una tarjetica con el número y foto del candidato, y el Lleras ahí encaletado. Pero ahora dárselas de vivo con las bandas no es tan fácil, por ejemplo en esta última situación a la gente le piden una foto del voto.

Estas son unas de las prácticas deshonestas de estas bandas, sin contar por ejemplo la del voto por el puestico: El cabecilla de la banda promete y asegura un puestico de trabajo en el sector público, solo si ellos y las familias votan por el de su banda.

Años tras años esta ha sido la realidad en cada región colombiana, una enfermedad sin remedio, es entendible que a la gente le gusta tener en su bolsillo a Lleras porque los saca de apuros una semana, pero la verdad es que siguen viviendo igual de ‘llevados’ el resto del año.

Este es un disco rayado, cada cuatro años pensamos lo mismo, y hoy vuelvo a pensarlo y a decirlo, que tal si para estas elecciones dejamos a un lado a los politiqueros y al Lleras, y hablando ya en un ámbito político y no de plata, volteamos a mirar al señor que está en el billete de Mil, un político honrado, valiente, inteligente que quería lo mejor para el pueblo; y buscamos uno así en la actualidad, y acabamos con el clientelismo, la corrupción y las bandas criminales de las que hablamos ahorita.

Que bueno sería tener por cuatro años un Gaitán en la presidencia y no un Lleras en el bolsillo por una semana.