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Ciencia Y Tecnología  |  15 febrero de 2018  |  12:00 AM |  Escrito por: Edición web

La chimoltrufia, la conjura rusa y los espías en Inglés, una investigación del quindiano Rubén D. Flórez

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Por Rubén Darío Flórez

Profesor Asociados Universidad Nacional de Colombia

El origen del 'complot ruso' para incidir en las elecciones de América Latina no está en ninguna capital de la región sino en dos informes en inglés, uno de los cuales fue escrito por un mercenario de información, que pagó para obtenerla. Seguimiento al origen de las versiones que plantean una conjura para desestabilizar las democracias en el hemisferio.

Las diversas fuentes repiten lo mismo: que hay una conjura global para desestabilizar las democracias, la mente de los ciudadanos, los medios de información y el clima en países como México, Colombia y Costa Rica. Crédito: Archivo particular.

Una historia de espías se puede mirar con ojos de Chimoltrufia: “así como digo una cosa digo otra”, o seguirle la pista a las fuentes opacamente citadas por periodistas que pronostican la intervención del Kremlin en las elecciones de este año en América Latina y en Colombia.

Distintos medios escritos, electrónicos y audiovisuales se citan entre sí: León Rodrigo KrauzeTurrent, periodista de México; Frank Mora, asesor del Departamento de Defensa de Estados Unidos reencauchado como profesor de conjuras; el diario colombiano El Tiempo; una presentadora de televisión y un experto bogotano. Todos a una voz repiten lo mismo: hay en marcha una conjura global para desestabilizar las democracias, la mente de los ciudadanos, los medios informativos, el clima, a México, Costa Rica y Colombia.

Si Inglaterra abandona la Unión Europea, UE, si en Cataluña hay un movimiento independentista, si la derecha se afianza en Francia, si la izquierda gana en México, la respuesta es simple: es el Kremlin, y el presidente ruso Vladímir Putin es el conspirador global. ¿Cuáles son las evidencias de este complot universal? Ahí está el detalle. Es necesario examinar el lenguaje con el que se anuncia la conjura, la unanimidad de las afirmaciones y la fiabilidad de las fuentes.

Quienes anuncian la conjura mundial rusa (en el año del Mundial de Fútbol en Rusia) en la prensa, la televisión y los medios electrónicos de toda América Latina –como el funcionario del Departamento de Defensa en Miami, Frank Mora; el periodista León Krauze, en México, y el periódico El Tiempo y las presentadoras de Caracol Televisión, en Bogotá– emplean formas verbales no afirmativas y sin emisor específico:

“Se habló de una presunta interferencia rusa”.

“Se trataría de la misma técnica utilizada en las elecciones de Estados Unidos”.

“Moscú estaría interviniendo en México”.

“Posible intervención rusa”.

Fuentes opacas

El origen de las fuentes y los documentos que prueban el complot no está en ninguna capital de América Latina. En su edición del 21 de enero pasado, el diario El Tiempo usa como fuente a “las agencias de inteligencia de los Estados Unidos”. Un día después Frank Mora, laureado por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos, es citado por la publicación electrónica colombiana Pulzo.

Por su parte, Caracol Televisión señala en una de sus emisiones del 22 de enero que, según Estados Unidos, “Rusia prepararía una interferencia en elecciones de Colombia”. Y unos días antes, el 15 de enero de 2018, el mexicano Krauze había alertado sobre una posible estrategia rusa en las elecciones mexicanas, con base en un nebuloso INE en Washington que había descubierto la conjura global del Kremlin contra Estados Unidos.

Krauze va más allá: no es que las democracias de Colombia, México o Costa Rica “estén en la mira”, sino que es el mundo entero el que está en “la ambición de Putin”. Según Krauze, que no menciona las pruebas de ninguna investigación específica, este complot para desestabilizar al mundo “es una realidad probada por servicios de inteligencia” y por “el reporte del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos”. Así que, según los periodistas latinos, el complot global desde Inglaterra hasta Inírida (Meta) fue descubierto por los espías gringos. Las fuentes de Krauze, de El Tiempo, de Frank Mora, de Caracol, son espías anglosajones. Aunque ninguno los menciona.

Algunas versiones de periodistas señalan que no solo algunos países de América Latina están en “la ambición de Putin” sino el mundo entero. Crédito: Archivo particular

El único en aludir a dos informes del espionaje que revelan el complot ruso fue Krauze, quien nombró a unos ocultos servicios de inteligencia y al informe del Senado de los Estados Unidos. Y ¿cuáles son, cómo los fabricaron?

Las fuentes están en inglés: el informe ICA 2017-01D, de Christopher Steele –un espía jubilado y consultor de espionaje en Londres–, y el informe del Senado de EE. UU. “The Analytic Process and Cyber Incident US Elections” (el proceso analítico e incidentes cibernéticos en las elecciones en los Estados Unidos). Ambos postulan la conjura del Kremlin para intervenir las elecciones en las que ganó Donald Trump.

Así que el complot ruso nació de dos informes en inglés, uno escrito por un retirado James Bond, mercenario de información que pagó a sus informantes intermediarios que dicen cualquier cosa si les pagan.

El informe de Steele sirvió de fuente de información y de pistas al “Analytic Process” del Senado estadounidense. El 16 de marzo de 2017, en una entrevista para NBC News, cuando se le preguntó al exespía y exdirector suplente de la CIA, Michael Morell, sobre la fiabilidad de las fuentes de Christopher Steele, afirmó que cuando leyó el informe tenía dos preguntas: ¿cómo hizo Chris para hablar con estas fuentes? y ¿por qué estos tipos le dieron esta información, cuál era su motivación? En cuanto a la primera, se enteró después de que las fuentes eran intermediarios, y respecto a la segunda, que los intermediarios le pagaron a las fuentes con dinero que recibieron de Chris.

Y esto preocupa un poco, porque si se le está pagando a alguien, particularmente a antiguos oficiales del Servicio Federal de Seguridad de la Federación Rusa, FSB, ellos van a decir verdad, insinuaciones y rumores. Van a llamar y decir: “oye, tengamos otra reunión, tengo más información para ti”, pues quieren que les paguen un poco más. En su entrevista a NBC y The DailyCaller, Morell concluyó en que “no hay una hoguera, no hay una llamita, no hay una chispa, pero hay un montón de gente mirando hacia el humo” Así que el complot ruso nació de dos informes en inglés, uno escrito por un retirado James Bond, mercenario de información que pagó a sus informantes intermediarios que dicen cualquier cosa si les pagan.

El 23 de enero pasado el presidente argentino Mauricio Macri se reunió oficialmente con el presidente Putin y le dijo: “quiero agradecerle a usted y al pueblo de Rusia por el amor y la calidez de Rusia hacia Argentina”. ¿Será Macri un espía infiltrado de Rusia?

La pregunta realista es ¿por qué sin evidencias ciertas y empleando rumores divulgados por espías retirados que pagan una información sin credibilidad, se divulga al unísono por toda América Latina, en México, en Colombia, en Costa Rica, el rumor sobre una futura intromisión rusa no demostrada en los comicios electorales que se avecinan?

El informe de Steele sirvió de fuente de información y de pistas al “Analytic Process” del Senado estadounidense.

Lo primero: distintos sectores de opinión en la región cuestionan el tradicional enfoque de relaciones bilaterales exclusivas con una sola potencia o un solo país. Y con serios argumentos se impulsa la diversificación de las relaciones exteriores pues ven ventajas en no depender de un solo socio internacional. En Estados Unidos hay sectores que se aferran al tradicional esquema de relaciones exclusivas con su país y desacreditan con tácticas de desinformación la perspectiva de que los países de la región imaginen otros esquemas de cooperación y relaciones internacionales.

Para confundir a la opinión pública se hace énfasis en estas truculentas historias de conjuras y no se informa seria y objetivamente sobre las acciones que emprenden los gobiernos para buscar nuevos socios internacionales. Los rumores son tácticas militares. No es gratuito que el "profesor" Frank Mora, que sirvió de fuente a los rumores divulgados en Colombia, fuera empleado del Departamento de Defensa de los Estados Unidos.

Su visión de los asuntos del continente está marcada por el enfrentamiento de ese país contra Rusia, una óptica en la que prevalece la imagen del enemigo y el confrontamiento. Frank Mora impulsa la imagen de Rusia como enemigo de Estados Unidos y trata de imponer que lo sea también en el imaginario de la opinión pública latinoamericana. Una mirada militarista, fundada en rumores comprados por espías con mentalidad de la guerra fría.


 

*Publicado por UN Periódico, medio impreso de la Universidad Nacional de Colombia

 

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