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Colombia  |  27 octubre de 2022  |  12:00 AM |  Escrito por: Administrador web

El bull terrier, un perro siempre dispuesto para el juego y muy protector

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En el siglo XIX se popularizó en Gran Bretaña el entonces considerado deporte de las peleas de perros de presa, tanto entre sí como luchando contra toros u osos. Estos perros también gozaban de gran reconocimiento como controladores de ratas y otros animales considerados perjudiciales para la industria humana.

El bull terrier, perteneciente a este grupo de perros de presa, está estrechamente ligado al nombre de James Hinks, un criador de perros inglés que desarrolló esta raza en la década de 1850 cruzando al antiguo terrier blanco inglés, ya extinto, con perros tipo bull, dálmatas, y galgos. Hinks creó un perro robusto, tenaz y con gran espíritu luchador. La parte buena es que James Hinks estaba muy poco interesado en las peleas de perros, y su nueva raza estaba más orientada hacia los eventos de belleza, de manera que el bull terrier, no tuvo que pasar tanto por el duro proceso de otros compañeros caninos de su mismo grupo en cuanto a pelear hasta la muerte en los fosos de competición.

Continuando el legado, hijos y nietos de James Hinks siguieron con la cría de bull terrier hasta 1980, por lo que su apellido es mundialmente conocido en relación a esta raza de perros. Sin embargo, el bull terrier actual, al menos físicamente, no tiene nada que ver con el del siglo XX, y es una de las razas modernas que ha sufrido una alteración extrema en las últimas décadas con su cabeza en forma de huevo y un cuerpo excesivamente pesado.

Mike Morabito, juez canino y experto en terriers de tipo bull en Europa, es categórico en su opinión sobre este cambio morfológico que se ha ejercido sobre los bull terrier: “son víctimas de las modas y perjudica seriamente la salud del perro, que es lo más grave. En sus inicios, era un perro elegante, con buena salud, estéticamente impecable”. Nos informa, por otro lado, que de unos años a esta parte, algunos criadores están volviendo a criar y seleccionar bull terrier como perros funcionales, para caza mayor, deportes y actividades caninas, pero que esta selección pasa por introducir cruces, porque un bull terrier puro tal como entienden los estándares actuales, no podría realizar estas tareas, por imposibilidad física.

Los colores admitidos en el bull terrier son el blanco puro, sin pigmentación de otro color, y los atigrados, negros, rojos, leonados y tricolores.

Quienes conviven con un bull terrier los describen como perros muy entrañables y devotos hacia su núcleo familiar, predispuestos al juego y el ejercicio. Sin embargo, debido a su gran robustez, huesos grandes y fuerza física, el bull terrier exige tutores con experiencia o información previa en la raza, una sociabilización continua y firme y adquirir el compromiso de que necesitan una actividad física alta. En el adiestramiento tienen reputación de obstinados y se recomienda supervisión en la interacción con niños o la convivencia con otros perros.

En los ejemplares blancos, se debe valorar su predisposición genética a la sordera, y en toda la raza, muestran tendencia a padecer alergias de piel y enfermedades cardíacas y renales.

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