Nelson Guzmán Baena*

Ha sabido llegar el último mes del año y muchos lo reciben con alegría palpado y escuchado a medio tono en los fuegos artificiales, alboradas, carros, motos, bicicletas se ven desfilar y conjugación de bullicio, otros no lo podrán de forma definitiva, el caso de los educandos con resultados evaluativos flacos y posiblemente pérdida del año académico, hay quienes se lamentan por pérdidas de amigos o familiares y más estos últimos causando pesares y sabrán lógicamente enfrentar esta penosa situación y existen otros grupos que son minoritarios eso sí inquietos por el saber y el despeje de la ecuación económica  muy sensible y funesta de nuestro modelo imperante que les induce a reflexionar como lo determinan las ciencias sociales y en especial en el campo de la economía que al parecer no es tan halagadora como lo describen  los distractores de los medios masivos de comunicación que todo lo pintan color alegre. colorido y ausentes de sesudos análisis.

He tenido la posibilidad en repetidas ocasiones de manifestar que en política rudimentaria basta los parques públicos, en sociología acudir ante las comunidades, historia contar la verdad, en filosofía colocar el cerebro en funcionamiento, y en asuntos económicos se podrá iniciar desde la infancia, visitar los supermercados y comenzar a consultar sobre su comportamiento hasta hallarse formas más elaboradas para su aproximación a la realidad histórica y esto será la tendencia en el mundo.

Al ingresar a una supertienda en Miami en compañía del constructor civil Fernando quien lidera proyectos de 600 vivienda y en el momento de otras 400  comenzamos de manera improvisada diálogo sobre empresas y sus resultados en la actualidad mientras el núcleo  familiar Aleyda, Carlos Andres y Matias oteaban artículos, bienes de consumo alimenticios y sus precios. Logramos reflexionar cómo el dinero circulante de manera anárquica no puesta en la esfera de la producción de manera seria nos trae severa inflaccion y al colocar altos intereses a las deudas paraliza la circulación de productos y su respectivo consumo por consiguiente un estancamiento en la producción, distribución y consumo de bienes y servicios, sintiéndose angustia existencial en el país “Fuerte”  del capital; prácticamente es insostenible y posiblemente la única alternativa que analizamos es racionalizar el consumismo y socializar las ganancias producidas por la población laboral liberada de su tercerización es decir trabajo decente y digno pero vinculado al disfrute o goce de su esfuerzo  y se alimente la fuerza de trabajo como debería ser para seguir creciendo y desarrollándose y consciente que en las naciones  en vía de desarrollo son aún más perversas las condiciones del disfrute.

Para ello es también vital que las mesas de concertación laboral tengan presente el alto costo de los alimentos, medicamentos, educación, servicios públicos y los demás derechos existenciales que le son inherentes al ser humano e incluyendo la mesada pensional. No esperemos varitas mágicas que solo trepan algunos “aventajados” para equilibrar estas fuentes capital-trabajo, se requerirá apoyar salidas que resuelvan la crisis económica por la que estamos cursando bien la recepción o estanflación y otro camino sentido es que se logre con la organización, unidad, movilización, ética y lucha hasta lograr el equilibrio sociedad- naturaleza y rematar con las voces a medio alegrar.

Nota: Auguro éxitos para próximo año a todos quienes sueñan por una mejor patria y por el momento haré receso en mis columnas hasta el año 2023,

*Responsable Comisión Técnica e Investigación de la U.I.S. (Unión Internacional de Sindicatos) de P y J (Pensionistas y Jubilados) de la F.S.M. (Federación Sindical Mundial). Diciembre 2 de 2022.