El cuerpo humano es una maquina perfecta que necesita combustible para funcionar, la calidad, la cantidad y la frecuencia con que la alimentamos determina su buen o mal funcionamiento. Pero, ¿qué es alimentarse bien?, ¿Cómo empezar?

Debido a la velocidad a la que el mundo corre actualmente, el ser humano vive inmerso en su día a día, y se ha convertido en un autómata en donde realiza la mayoría de sus actividades de manera inconsciente, simplemente reaccionando a los diferentes estímulos que le llegan del exterior.

Así mismo pasa con la alimentación, un tema que para nosotros es una tarea simple de llevar a cabo porque lo hemos hecho cada día de nuestras vidas, pero no somos realmente concientes de su importancia y de cómo lo que consumimos nos trae beneficios o perjuicios para nuestro organismo y para nuestra salud.

Comer de manera saludable no es aguantar hambre, hacer dietas extremas o alimentarnos de frutas y verduras únicamente, todo lo contrario. Para llevar una buena alimentación hay que saber que lo ideal es incluir en nuestras comidas todos los grupos de alimentos y comer entre 5 - 6 veces al día porciones moderadas para tener nuestro metabolismo activo y así mantener estables nuestros niveles de insulina, glucosa y nutrientes. De esta manera, nuestro nivel de energía durante el día será alto y estable evitando sentirnos cansados y agotados; además, lograremos tener un mayor control sobre la ansiedad y nuestro apetito.

Aunque no lo crean comer quema calorías porque para realizar el proceso de digestión el cuerpo necesita energía, así que en este proceso, el organismo consume aproximadamente el 30% de las calorías consumidas.

Cuando hacemos ayunos muy largos nuestro organismo guarda reservas convirtiéndolas en grasa, así que comer 5 veces al día previene el sobrepeso, pero claro debemos saber que alimentos nos conviene consumir y cuales no para lograr tener un peso adecuado.

Cambiar nuestros hábitos y patrones de comportamiento después de tantos años es una tarea que requiere voluntad, disciplina y constancia. Se debe empezar por querer. Para lograrlo, podemos empezar por fijarnos una meta a la vez y repetir esta acción durante 21 días hasta que se vuelva habitual, después de lograrlo nos fijamos una nueva ya que no queremos crear dietas extremas y temporales sino hábitos permanentes.

Así que podemos empezar, por ejemplo, por no saltarnos ninguna comida del día o cambiar una de las bebidas más dañinas que consumamos durante el día por agua y así poco a poco empezaremos a llevar una alimentación más saludable y empezaremos a disfrutar de sus beneficios.

Todo lo que consumimos se ve reflejado en nuestro organismo, es cierto que hacer ejercicio es fundamental para estar en forma, tener una buena salud y lograr objetivos en nuestro cuerpo, pero, los “abdominales se hacen en la cocina”.

¡Ojo! No nos obsesionemos, recordemos que los extremos nunca son buenos y debemos aprender a mantener el equilibro.

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