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Editorial  |  30 diciembre de 2022  |  12:00 AM

El Gobierno del Billón, la gran inocentada del año en el Quindío

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Hay una frase famosa del científico Albert Einstein que dice: “Solo hay dos cosas infinitas, el universo y la estupidez humana, y no estoy muy seguro de la primera”. Nada más propicio este pensamiento, para cuando alguien trata de insertar en una comunidad una mentira que a todas luces evidencia sus falsedades.

Desde el mismo momento de la presentación del balance de su gestión, que hizo el gobernador Roberto Jairo Jaramillo de su mandato en octubre de 2022 con el eslogan del Gobierno del Billón de Pesos, en el auditorio del Centro de Convenciones, la mayoría de los periodistas presentes exclamaron, a sotto voce: ‘Esa mentira no se la cree nadie’.  Decimos que a sotto voce (en voz baja) porque la gran mayoría de colegas estaba esperando la pauta publicitaria de fin de año y no querían arriesgarla, cuando ya se la habían pagado a medios como revista Semana, diario El Tiempo y La Crónica del Quindío.

El ’genio’ que creó este producto publicitario: El Gobierno del Billón de Pesos, le hizo tanto daño al gobernador Roberto Jairo, como daño le han hecho sus alianzas con el exsenador Mario Castaño, señalado como el corrupto del año, y el encarcelamiento de su principal funcionario en el gobierno, el gerente de Proyecta César Paulo Correa.

Dice e insiste en todos sus discursos el gobernador, que su mandato ha ‘gestionado’ Un Billón de pesos, y se ufana haciendo cuentas de que se trata de una gestión del Mil Millones de pesos diarios. No conocía el ciudadano quindiano a un político tan mentiroso, como el doctor Jaramillo Cárdenas. Tuvo la desfachatez de presentar las cifras del Billón en un acto público, donde se vio cómo, descaradamente, sin ruborizarse, tomó el trabajo de otros gobernadores y del gobierno nacional, como si fuera suyo. Esa es, además, una falsedad ideológica, perpetrada solo con intereses electorales.

Los ejemplos son enormes. Mencionaremos solo algunos de los que Jaramillo incluyó descaradamente: Los proyectos de regalías gestionados entre el 2016 y el 2019, que quedaron aprobados presupuestalmente y la mayoría de ellos con contratos de ejecución, sumaron $160.000 millones, tales como vía Circasia-Montenegro; Río Verde-Pijao; muro de contención del río Lejos de Pijao; la vía Pijao-Guacas-Génova; el ingreso al Parque del Café y la vía alterna Pueblo Tapao-Montenegro; la banca de la vía río Verde-Barragán; los puntos críticos de Barragán-Génova, para mencionar solo algunas que ya estaban gestionadas y financiadas en el 2019, cuando el señor Jaramillo Cárdenas apenas era candidato a la gobernación.

Y qué decir de los colegios en Salento y Filandia, cuya financiación fue realizada desde el 2015 a través del Fondo de Financiación de Infraestructura Educativa del gobierno nacional, por $15.000 millones de pesos. Y las obras del campus de la Universidad del Quindío por $36.000 millones que fueron financiadas a través de regalías desde el año 2018. Obras que incluyó en su informe el gobernador Jaramillo. Además de mentiroso, sin vergüenza.

Y lo más gracioso (Einstein diría lo más estúpido) tomar obras incluidas en los Planes Nacionales de Desarrollo desde hace más de 20 años, como la conexión del oriente colombiano que une a Venezuela con el Pacífico colombiano, pasando por las cordilleras Oriental, cruzando la Central, por la Línea, con las dobles calzadas entre Calarcá-Armenia-Montenegro-Quimbaya-Cartago para conectar con la nueva troncal del Pacífico en la cordillera Occidental, y decir que eso fue gestión del gobernador del Quindío por $450.000 millones de pesos. Obras, las de las dobles calzadas, que implican casi 60 kilómetros y no ha podido avanzar más de 4 kilómetros en total.

Incluir, por ejemplo, el estudio de micro sismicidad, que no se ha hecho y que fue financiado con dineros de regalías desde el 2018; o $7.500 millones en la transformación de la Posada Alemana en un parque, cuando aún allí ‘aúllan lobos hambrientos’. O los $18.000 millones del proyecto Cambio Climático, que había empezado a ejecutarse en el gobierno del padre Carlos Eduardo Osorio. O los $10.000 millones para los ancianatos que se han transferido de la estampilla Pro-Anciano, que fue creada hace más de 15 años y que es una obligación, sea quien fuere el gobernador.

Y, por último, poner allí en su Billón de Pesos, los $35.000 millones de un posible empréstito, que está a punto de caerse por vicios de ilegalidad. O las transferencias de ley que la Lotería del Quindío hace a la salud, mientras los hospitales de Pijao, Calarcá y Quimbaya están en crisis profundas que pueden implicar sus cierres.

Este ha sido, sin duda, el gobierno de la Mentira, que ha sido acolitada por muchos medios de comunicación, nacionales y locales, cuyas bocas han sido silenciadas a punta de pauta publicitaria. Evocamos al filósofo vienés Karl Popper, en su pensamiento universal de distinguir en todas partes y circunstancias lo verdadero de lo falso, como elemento fundamental para desvelar las degradantes ideologías. Los periodistas estamos en la obligación de hacerlo, de propiciar la distinción de lo falso y verdadero, aunque nos cercenen y nos clausuren las pautas publicitarias, o nos cueste la vida misma.

Por todo esto que hemos explicado en esta nota editorial, podemos afirmar que al señor gobernador Roberto Jairo Jaramillo Cárdenas el año 2022 se le fue solo en la idiotez de tratar de ‘meterle’ una mentira a su pueblo, lo que se traduce que El gobierno del Billón de pesos es la inocentada del año en el Quindío.

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