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Colombia  |  26 enero de 2023  |  12:00 AM |  Escrito por: Administrador web

Bases militares norteamericanas en Colombia ¿necesidad o arrodillamiento?

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Bryan Ramírez Pavas

Julián Alberto Pino Hernández

El artículo 217 de la Constitución Política de Colombia indica que las Fuerzas Militares tienen como finalidad la defensa de la soberanía nacional, la independencia, la integridad del territorio nacional y salvaguardar el orden constitucional. Lo que indica que, las fuerzas militares existen como aquel ente encargado de monitorear, vigilar y actuar en defensa del territorio nacional. Sumado a ello, son las que deben proteger la soberanía territorial de un país.

Es por ello que, comúnmente, las fuerzas militares realizan actividades de vigía, cuidado de la población civil y del territorio en la periferia de los municipios y ciudades, es decir, en las zonas rurales y boscosas donde suelen existir problemas como los cultivos ilícitos y la presencia de grupos al margen de la ley que pretenden controlar el territorio. Se han presentado casos en los que se ven obligadas a accionar dentro de la zona urbana, dichas intervenciones son posibles debido a que, dentro de las ciudades se pierde el control territorial o del orden constitucional. Por ejemplo, la retoma al palacio de justicia, el despeje de la calle del cartucho, y el Bronx en Bogotá, las operaciones que dieron de baja al reconocido narcotraficante Pablo Escobar, la operación Orión en la comuna 13, ambos hechos ocurridos en la ciudad de Medellín, entre muchos otros casos.

Si estas son las funciones que deben realizar las fuerzas militares colombianas ¿por qué se necesita delegar esta responsabilidad a un extranjero? ¿es tan necesaria la intervención de militares estadounidenses en nuestro territorio? Según el Gobierno Nacional son útiles porque, por ejemplo, en la amazonia, las tropas norteamericanas se encargarán de combatir los cultivos ilegales y la deforestación, ignorando que al hacer esto se le cede el control territorial a una potencia extranjera de la selva tropical más importante del mundo; la pregunta que surge ahora es, ¿qué problemas justifican intervenir la isla gorgona con milicia extranjera? Para Washington ejercer un control sobre el tráfico de cocaína y la pesca ilegal son motivos suficientes para disponer de sus tropas por nuestro territorio ¿no están para esto nuestras fuerzas armadas? Motivos que, además, se encuentran detrás de una idea de defensa del medio ambiente, que incluso, resulta incoherente con las construcciones en la isla que involucran: el muelle, un tanque de almacenamiento de combustible y una torre de comunicaciones con radar; las cuales afectan todo el ecosistema marítimo, terrestre y aéreo en su supervivencia, en su reproducción y en su desarrollo natural.

Tanto Washington como el Gobierno Nacional Colombiano, ven con buenos ojos la instalación de esta base militar, ignorando todas advertencias dadas por la comunidad científica nacional y por los funcionarios del parque nacional natural Gorgona. Entre las cuales se encuentran los daños a fauna y flora, es decir, el equilibrio del ecosistema entraría en crisis sin tener forma de mitigarlo. Aproximadamente se podrían ver afectadas 147 especies de aves, 100 de insectos y más de 500 especies de fauna marina, entre otras. Todo esto ocasionado por la construcción del muelle y del tanque, que afectarán a los arrecifes de coral dificultando la vida de las especies que habitan en él causando inconvenientes al paso de gran cantidad de especies migratorias; la construcción del edificio y de las carreteras de accesos impactarían fuertemente en el desplazamiento y supervivencia de las especies terrestres, así mismo, el radar ocasionaría problemas al desarrollo de la vida de los murciélagos.

Las consecuencias negativas para el medio ambiente están claras, por otro lado, ¿qué implicaciones políticas puede llegar a tener?

El problema constitucional al que nos enfrentamos es inmenso, con la inversión de capital humano y monetario norteamericano, evidentemente, cedemos el territorio y control del mismo, lo que nos hace perder soberanía.

Si la justificación es controlar el tráfico de cocaína, la pesca ilegal y el cuidado del medio ambiente ¿por qué no lo realizan nuestras fuerzas militares que tan “buena fama” tienen? Siendo de conocimiento público que la inversión en el frente militar por parte del Gobierno Nacional es significativa. Con esto, en cabeza del Presidente de la República, Gustavo Petro Urrego, quién representa el “Gobierno del Cambio”, queda la responsabilidad de perder, no solo la soberanía, sino también la independencia e integridad del territorio nacional, las cuales deben ser salvaguardadas por nuestras fuerzas militares y no por las extranjeras.

Sumado a esto, en su primer artículo del año en la Revista Semana, Aurelio Suarez, analista político y económico, deja especificado que las intenciones norteamericanas no son sólo medioambientales y militares, sino que después de estar instalados, tienen todas las herramientas dadas por el TLC, para explorar y explotar los recursos naturales de dicha isla y sus alrededores. Ya que, como él mismo lo indica, la ampliación de las áreas para dichas actividades marítimas descritas en el tratado de libre comercio, les permitirían ejecutarlas bajo la legalidad y sin control significativo por parte del Estado colombiano.

Lo peor de todo este panorama, es que el mandatario ya sometido a una acción popular, no da indicios de querer parar dichas acciones, adicionalmente se niega a renegociar el TLC con Estados Unidos del cuál harán uso para aprovechar la isla de todas las formas posibles, militares, políticas y comerciales. Con esto queda claro, que Gustavo Petro, es el Presidente del continuismo, que le es extremada y descaradamente funcional a los objetivos de Washington en Colombia y que poco o nada le interesa la Soberanía Nacional.

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