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Columnistas  |  31 enero de 2023  |  12:00 AM |  Escrito por: James Marulanda Quintero

La radio, mi gran pasión

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James Marulanda Quintero

Lic. James Marulanda Quintero

La radio se me pegó a la piel como un tatuaje indeleble desde muy niño…. De pronto, la capacidad de asombro en aquel tiempo al no entender cómo nuestra voz es percibida a través del espacio me llevaron a encontrar más tarde la explicación que a Dios gracias pude interpretar, haciendo parte de ese mundo tan especial de las comunicaciones.

Mis anhelos y mis sueños eran los de transmitir mis pensamientos con deleite y saber que eran copiados a la distancia e interpretados, haciendo uso de la tecnología. Recuerdo esos momentos allá en Bogotá cuando iba al parque cerca de mi casa y a través de un parlante ya vencido por el tiempo, relataba con mi léxico infantil los partidos que allí se programaban los domingos…más pasó el tiempo y mi afición se acrecentaba …con gran fortuna, en Armenia, para mi satisfacción conocí a José Leonel Guaneme Trujillo, en esa época uno de los locutores consagrados con una voz exquisita y melodiosa.

Fue él quien me abrió las puertas de mis ansias por llegar a una emisora. Allí empezó mi segunda vocación. Me brindaron oportunidades que no desaproveché en ningún instante. Me inicié en Radio Ciudad Milagro de Armenia donde hacía mandados, pero también aprovechaba los pequeños espacios lleno de susto, que me regalaban para alimentar mi experiencia.

Recuerdo las escapadas de clase en la Universidad para ir a hablar acerca de situaciones que en torno al deporte se presentaban en mi pueblo …no les miento al decir que cada vez que me sentaba en aquella cabina me temblaban las piernas y sólo quería que pasara el tiempo…. Pero bueno, de algo sirvió todo aquello porque José Leonel me llevó a La Voz de Armenia de Todelar donde un poco ya conocedor del oficio empecé a vislumbrar un futuro más claro… allí empecé mi labor como comentarista deportivo.

A la par que rendía con mis labores universitarias también me documentaba de todo cuanto ocurría en el ámbito de la práctica del músculo…los logros no tardaron en llegar. Tuve la oportunidad de expresar mis primeras opiniones radialmente, se me asignó el trabajo en camerinos en el viejo estadio San José. Recuerdo con pasión desenfrenada a muchas figuras de la época que con gran decencia y acomodo me regalaron instantes que quedaron en las ondas hertzianas para siempre.

Esto valió para que después fuera llamado a conformar un grupo deportivo en Radio Reloj de Calarcá de la cadena Caracol, y aquí con enorme satisfacción puedo decir que ya era profesional del micrófono porque pertenecía a la nómina de una de las empresas más grandes de la radiodifusión colombiana. También con gran decoro me desempeñé como comentarista en deportes, ya más coherente en mis apreciaciones, valieron para ser destacado en otros medios, y mis anhelos estaban en ascenso desmedido.

La fiebre por este hobby estaba desbordada, mis conquistas alcanzadas, ya nadie me quitaba lo “bailao” y quizá fue la época más bella de mi vida, semejante a lo que pasa cuando la niña tiene su primer novio. La alegría era continua y no me importaba para nada el resto. La radio en ese momento lo era todo para mí. Consumía el 70% de mis querencias juveniles.

Empecé a devengar mi sueldo porque además de ser comentarista deportivo también era locutor de cabina. Inicié como supernumerario y ante la salida de uno de mis compañeros de la noche, pasé a engrosar la lista de quienes laboramos en esa respetable casa. Mi turno empezaba a las 10 de la noche y terminaba a las 6 de la mañana. Salía de clases a las 9 p.m. y empataba con mi trabajo que se reducía a dar la hora y colocar música en unos grandes tornamesas, como también sacar al aire las voces de quienes a esas horas de la madrugada realizaban diferentes labores (bomberos, enfermeras, policía etc.,) quienes reportaban novedades propias del oficio…

Pero me gradué de maestro …y hasta aquí llegó la dicha como el cuento. Con gran pesar le dije adiós a Radio Reloj y me fui con mis bártulos de maestro a otra parte. A Manizales arribé lleno de ambiciones por la radio….después de dos años alejado de cables, micrófonos agendas y otras cosas propias de este oficio, combinando mis lides de maestro irrumpí de nuevo en lo que me ha gustado siempre…en esta ciudad tuve la ocasión dichosa de alternar con verdaderas figuras de quienes aprendí en alguna u otra forma siempre en el campo del deporte; sobre todo el fútbol.

Deseo mencionar los medios que me han abrieron la posibilidad de continuar con mis actitudes de comunicador empírico en Manizales: Súper (en su momento) ,Rcn, Caracol ,Colmundo , La Voz de la Feria, Voz de los Fundadores, Red Sonora,R adio Sensación Todelar Manizales, Radio Ciudad Milagro, Voz De Armenia, Global Tv. y ahora haciendo parte del grupo de comentaristas de Zuldemayda radio, aquí en Armenia.

Valga la pena mencionar que he estado al lado de verdaderos profesionales como Alfonso Osorio Carvajal, Arcesio Chica Suarez, Aldemar Rojas Martínez, Gilberto Montalvo Jiménez, Miguel Ángel Rojas, Ricardo Arias, Álvaro Javier Calderón, Merarado Garay, Ferney Cardona Ocampo (El señor Café),Silvio Martínez, Silmart, Carlos Giraldo Diaz (en sus comienzos en Radio Reloj), José Octavio “pepillo” Marín, Octavio U chima, Luis Fernando Aranzazu Valencia, Olmedo Correa, Jorge Alberto Ramírez y muchos otros que llevo con mucha gratitud en mi corazón. Algunos de ellos desafortunadamente ya no están con nosotros…se han ido con su voz y sus micrófonos a la emisora celestial

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