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Judicial  |  28 febrero de 2018  |  12:00 AM |  Escrito por: Rubiela Tapazco Arenas

Con piropos morbosos el anterior comandante de la Policía del Quindío irrespetó a periodista

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Con 'piropos' pasados de tono dirigidos a una comunicadora social del Quindío el anterior comandante de la Policía Coronel Ricardo Suárez Laguna irrespetó, incomodó, avergonzó e hizo sentir mal a una joven profesional  que se le acercó únicamente con el propósito de cumplir labores profesionales.

Muchos piropos se constituyen en abusos y transgresiones a la dignidad y sexualidad de quienes los reciben, tal es el caso de la entonces pasante de un medio de comunicación radial víctima de este oficial de la Policía que estaba obligado a guardar la distancia, respetarla y garantizarle el libre ejercicio de su labor informativa.

Cuando ha pasado más de un año del bochornoso episodio protagonizado por el saliente comandante de la Policía en el Quindío, todavía esta comunicadora se sonroja al recordar el desagradable momento.

Narra la periodista que en cumplimiento de su proceso de pasantía en una radio local, fue enviada a cubrir una rueda de prensa en el nuevo comando de la Policía, “los periodistas estábamos esperando la presencia del coronel en el sector de la cafetería, al momento de llegar él saludó y al mirarme dijo “hola ya llegó mi saladito”, las risas no se hicieron esperar, a los periodistas les pareció gracioso, mientras la joven cambiaba de colores sin entender el significado de la frase acabada de pronunciar por la autoridad más importante de la Policía del departamento, claro que ella intuía que era algo malicioso por la actitud del corrillo.

Un piropo es una palabra o frase que un hombre le dice a una mujer que no conoce, es decir con quien no tiene relación afectiva de ningún tipo y para mayor gravedad, en público, eso fue lo que ocurrió en el episodio protagonizado por el señor comandante de la Policía en ese momento con la periodista.

La joven comunicadora no comprendía las razones por las que debía soportar semejante incomodidad, sin embargo, al hombre del piropo no le importó como la haría sentir, él, supuso que ella estaría halagada que un hombre de su rango y poder evaluara su físico en público.

“Me sentí mal, aunque no entendí, me preguntaba que sería lo que me quiso decir, luego me toco ir a otro evento en la alcaldía donde iban a condecorar a personas de la Policía, ahí me encontré al mismo coronel y al verme me repitió la desagradable frase, vean a mi saladito y se reían quienes lo acompañaban”.

El coronel Suárez enfrenta una investigación por las denuncias que formalmente le formuló una exoficial a quien al parecer llevó hasta la crisis por sus supuesto acoso laboral y sexual, ahora se conoce este nuevo caso revelado por una comunicadora social del Quindío, quien se pregunta por qué actuaba de manera tan morbosa el oficial, si no tenían confianza y ella no había dado lugar para que este hombre pasara la raya.

Al parecer muchos hombres sin importar su nivel social, su rango o condición económica desconocen la tremenda repercusión en violencia sexual que estas acciones tienen, para la periodista que pidió mantener su nombre en reserva, la actitud del coronel fue muy irrespetuosa y atrevida lo que le permite creer la versión de la teniente que lo denunció, porque “imagínese, si conmigo que no tiene ningún tipo de confianza me hizo semejante comentario de alto calibre, pues como será con las subalternas”.

La sensación que provocó el reiterado comentario del coronel a la periodista es de incomodidad, de malestar, ella considera que el hombre que pronuncia un piropo tan desafortunado, es un irrespetuoso y al ser preguntada sobre otros casos similares con fuentes informativas de la región afirmó que hay algunos funcionarios muy morbosos con las periodistas jóvenes a quienes incomoda entrevistarlos, se muestran muy confianzudos.

Para la presidenta del Circulo de Periodistas del Quindío Betty Martínez Salazar la experiencia vivida por la colega es muy desafortunada y reprochable, porque es frecuente que en situaciones de trabajo, muchas mujeres sean víctimas de acoso sexual por parte de sus jefes, superiores jerárquicos o compañeros de trabajo, agregó que el acoso sexual en el ambiente laboral, es una forma de violencia de género, donde se da lugar claramente a la violencia sexual, violencia laboral y violencia institucional, que deben ser rechazadas por la sociedad y puestas en evidencia sin contemplaciones.

Es lamentable lo sucedido en este nuevo caso que vincula al saliente comandante de la institución policial en el Quindío y vale la pena reflexionar sobre la actitud de los colegas hombres que escucharon el piropo malintencionado y no fueron solidarios con su compañera de labores, más bien les pareció muy gracioso el momento y lo celebraron.

 

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