• VIERNES,  19 ABRIL DE 2024

Cultura  |  21 marzo de 2023  |  12:00 AM |  Escrito por: Administrador web

Les compartimos 7 poemas hoy en la celebración del Día internacional de la poesía

0 Comentarios

Imagen noticia

Foto tomada del libro Poemas para sobrellevar un día, del escritor, profesor y poeta colombiano Carlos Alberto Castrillón y que hace parte de la BAQ.

Desde el año 1.999 se celebra el día internacional de la poesía, esa bella manifestación artística que acompaña al ser humano en su trasegar por la existencia desde que tiene memoria. Miles de poetas han plasmado, ya sea en papiros, libros o incluso en servilletas, esa interpretación de la realidad que llega con la inspiración como el ladrón, sin avisar ni el día ni la hora, para dejar en letras la belleza en todas sus formas, estilos y dimensiones.

Hoy en El Quindiano queremos compartir algunos poemas, tanto clásicos como modernos, de autores que dejaron plasmada su obra para la inmortalidad. Disfruten de la poesía y de todas sus formas.

Pido la paz y la palabra - Blas de Otero

Escribo en defensa del reino del hombre y su justicia. Pido la paz y la palabra. He dicho "silencio", "sombra", "vacío", etcétera. Digo "del hombre y su justicia", "océano pacífico", lo que me dejan. Pido la paz y la palabra.

Retrato - Antonio Machado

Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla, y un huerto claro donde madura el limonero; mi juventud, veinte años en tierras de Castilla; mi historia, algunos casos que recordar no quiero.

Siempre - Diego Ojeda

Hoy no me interesa la seguridad pero me acojona no volver a verte, sé que todos necesitamos heridas para estar vivos pero me he ido ya de tantos sitios, corazón, que a veces preferiría estar muerto y alquilarme un piso sin ventanas en los dos interrogantes de tus ojos.

Gacela de la terrible presencia - Federico García Lorca

Yo quiero que el agua se quede sin cauce.
Yo quiero que el viento se quede sin valles.

Quiero que la noche se quede sin ojos
y mi corazón sin la flor del oro.

Que los bueyes hablen con las grandes hojas
y que la lombriz se muera de sombra.

Que brillen los dientes de la calavera
y los amarillos inunden la seda.

Puedo ver el duelo de la noche herida
luchando enroscada con el mediodía.

Resisto un ocaso de verde veneno
y los arcos rotos donde sufre el tiempo.

Pero no me enseñes tu limpio desnudo
como un negro cactus abierto en los juncos.

Déjame en un ansia de oscuros planetas,
¡pero no me enseñes tu cintura fresca!

Hijas del viento - Alejandra Pizarnik

Han venido.
Invaden la sangre.
Huelen a plumas,
a carencia,
a llanto.
Pero tú alimentas al miedo
y a la soledad
como a dos animales pequeños
perdidos en el desierto.

Han venido
a incendiar la edad del sueño.
Un adiós es tu vida.
Pero tú te abrazas
como la serpiente loca de movimiento
que sólo se halla a sí misma
porque no hay nadie.

Tú lloras debajo de tu llanto,
tú abres el cofre de tus deseos
y eres más rica que la noche.

Pero hace tanta soledad
que las palabras se suicidan.

Después de todo - Jaime Sabines

Después de todo -pero después de todo-
sólo se trata de acostarse juntos,
se trata de la carne,
de los cuerpos desnudos,
lámpara de la muerte en el mundo.

Gloria degollada, sobreviviente
del tiempo sordomudo,
mezquina paga de los que mueren juntos.

A la miseria del placer, eternidad,
condenaste la búsqueda, al injusto
fracaso encadenaste sed,
clavaste el corazón a un muro.

Se trata de mi cuerpo al que bendigo,
contra el que lucho,
el que ha de darme todo
en un silencio robusto
y el que se muere y mata a menudo.

Soledad, márcame con tu pie desnudo,
aprieta mi corazón como las uvas
y lléname la boca con su licor maduro.

Nubes sobre el bloque opuesto - Mircea Cărtărescu

No puedo hacer que la aguja de la brújula se mueva a través de la concentración.
Lo intenté. No puedo hacerlo. No puedo canalizar la imagen de un naipe. Lo intenté.
Quería levitar y concentrarme media hora y me sentí loco, acostado de espaldas en una cama deshecha, sudando. Traté de hacer que una mujer me mirara en el metro por supuesto, ella no miró.

¡Señor, no soy tu elegido!

El mundo no cambia para mí. No amo lo suficiente, no tengo suficiente fe.
No tengo un aura alrededor de mi cabeza y no me has mostrado, no has dado una señal.

Sostengo el mantel entre mis dedos: sin ceder, sin elevarse en vapor rojo. Toco el cabello de mi niña, los rizos: oscuro, dorado, suave. Nada confunde mis sentidos. No hay ilusión. Mi mente es un suave espejo del mundo.
Liso y plano. No hay rasguño. No hay vida pasada, ninguna criatura ectoplásmica. No hay Agartha, no hay Shambala no hay Maya, lo que viene en sueños es solo el maquillaje de la nada.

Miro la llama de la estufa, hipnotizado, sabiendo que vine de un útero, sabiendo que me iré en un ataúd o mancharé la tierra con mi sangre. No seré yo quien encuentre la grieta.

No seré yo con la cabeza vuelta en la foto de grupo.

PUBLICIDAD

Comenta esta noticia

©2024 elquindiano.com todos los derechos reservados
Diseño y Desarrollo: logo Rhiss.net