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Mascotas  |  28 marzo de 2023  |  12:00 AM |  Escrito por: Administrador web

El toybob, una raza felina, pequeña y desconocida del mundo

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En 1983, en Rusia, Elena Krasnichenko se encontró a un pequeño gato callejero colourpoint con la cola corta o truncada y ligeramente rizada hacia su lomo. Un par de años después, la madre de Elena adoptó a otra gata, también con el famoso color asociado a los siameses, y de nuevo mostrando una cola con pocas vértebras.

Ambas mujeres decidieron cruzar a los dos gatos y el resultado fue un gato muy pequeño con la misma cola corta que sus progenitores y al que se bautizó como Kutciy. Elena Krasnichenko presentó a Kutciy a una exposición de gatos caseros sin raza en 1989 y tanto jueces como público daban por hecho que era un cachorro y no un gato adulto. Los expertos en felinos recomendaron a Elena iniciar un programa de cría, ante la peculiar apariencia de su gato, y también bautizaron a la raza: toy, de juguete, como alusión a su pequeño tamaño, y bob por la cola corta. Un toybob adulto y completamente desarrollado presenta el tamaño aproximado de un gato de 4 a 6 meses. Actualmente, todos los toybobs vivos proceden de Kutciy y se puede rastrear su ascendencia.

El desarrollo de la raza fue muy lento, ya que querían hacerlo bien y mantener un amplio acervo genético mientras introducían nuevos colores y patrones, y el toybob fue admitido como “raza experimental” en La Asociación Internacional de Gatos (TICA) en 2009. Cambió su estatus en 2017, pero sigue sin ser una raza apta para exposiciones bajo este organismo. La Asociación de Criadores de Gatos (CFA) la admitió en 2019, siendo, así, la cuadragésima quinta (45ª) raza reconocida por esta asociación felina internacional.

La mutación de su cola corta es una variación en el mismo gen que provoca la cola corta del bobtail japonés y del kurilian bobtail, por lo que, hasta la fecha, no se ha encontrado que afecte al desarrollo del sistema musculoesquelético ni suponga patologías añadidas que pongan en peligro su salud.

El toybob no sufre acondroplasia ni ningún otro tipo de enanismo. Tienen un cuerpo musculoso y compacto, de medidas armoniosas, pero en su conjunto es de menor tamaño que otros gatos. Son muy cariñosos, sociables y con un nivel de actividad y juego intermedio. Muestran una alta dependencia humana, por lo que expertos les proponen como gatos muy aptos para la convivencia con niños, otros animales o personas mayores, siempre y cuando no vayan a estar mucho tiempo solos y se les permita total movimiento e interacción con los miembros de su hogar.

Se admite la variedad de pelo corto y de pelo semilargo, y todos los colores presentes en la genética felina. Su mantenimiento es relativamente bajo, necesitando cepillados durante las mudas estacionales.

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