¡Hágase la luz!

Noche de sábado con Tango y Bolero en Casaparte

Libaniel Marulanda

Si un moderado número de amigos de la cultura de Armenia y del Quindío acude a la cita de este sábado, entonces, la posibilidad de que  la luz se haga será una cercana certeza.

Declaro, de entrada, que asumo la responsabilidad de lo que aquí escribo y que puede ir en contravía de las expectativas que ante una presunta acción oficial alimenta  el centro cultural Casaparte de Armenia.

Pero, igual que aquellos que de cualquier manera nos movemos (y demasiadas veces reptamos) tras un estímulo o apoyo oficial, sacudiendo el tarrito de recolectar monedas, hemos podido ver que Casaparte no aparece nunca en las listas de los favorecidos con el respaldo económico de los entes burocráticos competentes.

Y ahora, luego de nueve meses de gestación, no percibimos ese aire gratificante del cambio social. Puede ser que la vieja y aceitada maquinaria politiquera sigue ahí, incrustada como un cáncer incurable.

También puede ser que los trabajadores del arte del Quindío adquirimos los hábitos mendicantes, mercenarios, cómplices y nefastos de la clientela política de las castas que desocuparon sus intestinos en esta pauperizada ciudad que, sin sarcasmo, todavía llaman Ciudad Milagro.

Casaparte, ese escondido punto G, de la cultura de Armenia, a quien un par de enfebrecidos artistas, convirtió en un sitio que honra el Arte, es un pequeño auditorio donde el teatro, la música, la danza y la pintura sobrevuelan las carencias y precariedades de un local tomado en arriendo en el barrio Granada, que fue un taller de mecánica con todo y grasa y que ese par de locos (pintor uno, actor el otro) transformaron con el arma invencible de sus sueños de artistas que saben que el arte tiene una función social antes que un recurso de subsistencia de plañidera,  en una región que por décadas está velando el cadáver de lo que alguna vez fue.

Casaparte hizo pública la necesidad de tener un juego de luces digno de su auditorio. Un teatro sin luces adecuadas es una guitarra sin cuerdas; así de simple. Y ese acto de convocación al abrazo solidario, de inmediato pulsó las notas más sensibles de una agrupación musical tan vieja como carente de oportunidades: Los Muchachos de Antes.

Nuestra respuesta fue inmediata: Para Casaparte toda nuestra solidaridad con aquello que –todavía- creemos hacer de manera digna y con convicción: Tocaremos y cantaremos Tangos y Boleros, y el resultado de la taquilla será nuestro aporte para que la esperanza estética brille más que  los bombillos leds.

¿Cuándo? Este sábado veinte de mayo de 2023, allá en el Barrio Granada de Armenia, a las 7:30 de la noche, con lluvia o sin ella.

Calarcá, mayo 18 de 2023

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