Ayer y hoy al compás del tango

Darío Tobón Montoya

Cuando se iniciaron los gloriosos años 40 en la Argentina, tan recordados en estas crónicas, con el surgimiento de las maravillosas voces de Raúl Berón, Alberto Podestá, Edmundo Rivero, Roberto Goyeneche, Carlos Roldán y Eduardo Adrián con Canaro y Jorge Ortiz con Biagi, no se tuvo en cuenta que faltaba la voz de Alberto Gómez, un gran triunfador de los años 30 en la grabación, la actuación, el cine y especialmente en la radiofonía.

 Por esos años Gómez recorría triunfalmente los países al norte de Suramérica. Nosotros no nos percatamos de esa circunstancia, disfrutando como estábamos de la voz de este extraordinario cantante. A fines de los 40, cuando el tango estaba en extremaunción, reapareció en la radio argentina Alberto Gómez.

Alberto Gómez

(1908-1973). Cantante, compositor, letrista y cantor nacional. Nació en Lomas de Zamora, población de la periferia de Buenos Aires, hoy convertida en populosa barriada. Por ello fue llamado por Gardel, el “Pingo” (potro) de ese lugar. Debido al excesivo volumen de su cráneo, también lo apodaron El “Cabezón”. Y en una etapa inicial de sus grabaciones en la Víctor, le pusieron el alias de “Nico”.

Con un característico registro de voz, blanca y refinada de tenor, cantor impecable, su acento vocal lo llevó a ser apreciado como uno de los mejores en el pleno apogeo de Gardel, Magaldi, Corsini, Charlo y Agustín Irusta. Por ello, al morir Carlitos, fue considerado como uno de sus posibles sustitutos.

Comenzó a sus 10 años de edad, como cantante lírico, debutando en el teatro Marconi en la óperas “Cavallería Rusticana y La Traviata”. Inicio similar también lo tuvo Magaldi. Ocasionalmente de infante, le dio por cantar un tango, lo que sirvió para que lo llamaran a integrar un trío con el vocalista Augusto “Tito” Vila y un buen guitarrista, Manuel Parada.

Al separarse Parada, permite que en 1925 se forme el dueto Gómez-Vila, considerado el más importante de toda la historia del tango, por su duración de 10 años hasta 1934, por la calidad de sus componentes y por el número de grabaciones que efectuó, que fueron 52. Este dueto interpretó muchas canciones del folclor.

Simultáneamente con el dueto, Gómez se convierte en solista en 1929 y estribillista de La Típica Víctor. Era frecuente que en sus grabaciones, una cara del disco sencillo la ocupara el dueto y en la otra apareciera sólo la voz de Alberto. En ese año 29 graba Soy un arlequín de Discépolo, su primer gran éxito como solista, al que le siguieron Manón, Alma de bohemio, Que nadie se entere, y Al pie de la Santa Cruz. Nunca fue cantor de orquesta.

Su trascendente labor cinematográfica se inicia con la intervención en la película “Tango” de 1933, la primera sonora del cine argentino, con el sonido impreso en la cinta. En ella cantó Alma y mi desdicha. En ese film hace el papel de galán y cantor. Le sigue la película “Juan Moreira” de 1936 y en 1938 “De la Sierra al Valle”.

Alberto Gómez, como Roberto “Chula” Clausi, que estaba en Chile, se perdió los años de 1940 y 1950 en la Argentina, por estar recorriendo América Latina. Fue agasajado en Uruguay, Chile, Brasil, México, Cuba y Venezuela. A Colombia arriba a fines de los 30. En 1970 lo volvemos a encontrar en nuestra tierra. Tanto la amó que le dedicó el bambuco Cardo silvestre.

En Medellín graba con los conjuntos del argentino José Canet y del maestro santandereano Luis Uribe Bueno, quien fue director artístico de Sonolux. En Discos Fuentes de Medellín, graba el tango Churrasca y la zamba Noche de abril. De ella había hecho una inicial grabación a principios de los años 30, desmedidamente popular entre nosotros, pues a los oyentes les seducía mucho el largo sostenido o calderón que tiene esta canción. En la grabación de Medellín, por limitaciones vocales, este sostenido lo hizo en dos partes, fusionadas por el técnico de grabación.

No fueron muchas las composiciones de Alberto Gómez. El tema más conocido es Milonga que peina canas, relacionada con las carreras de caballos. Y los tangos Que nadie se entere, Que sea lo que Dios quiera, Del tiempo de la morocha, Tolerancia y Cansancio.

En cuanto a su etapa de cantor, aun cuándo prefirió las guitarras como acompañantes, también lo hicieron los instrumentos de la casa grabadora Víctor con su Típica. Igualmente lo acompañó la orquesta de Adolfo Carabelli, de sonido similar a la Típica Víctor, con sus orquestas típica y de jazz. Con ellas grabó unas curiosas letras que fueron puestas muchos años después de creadas, a los tangos instrumentales Rodríguez Peña, Inspiración y el trece.

Otras muy conocidas grabaciones en Colombia, fueron las de los boleros Sombras, Traicionera y Pobre gitana, de mucha popularidad en mis lejanos tiempos de bachillerato. También grabó la canción mexicana La casita.

Carlos Roldán

Entre tantas voces masculinas de Francisco Canaro, mis favoritas son las de Carlos Roldán y Eduardo Adrián, y entre las escasas femeninas, están las de Ada Falcón, Nelly Omar, Myrna Mores y Tita Merelo, todas favoritas mías sobre las que ya he escrito.

Carlos Roldán, Carlos Porcal, nació en Montevideo en 1913 y murió de 60 años en 1973 en Buenos Aires, a causa de los excesos de su vida bohemia. Desde niño mostró su maravillosa voz y fue precoz estribillista de orquesta. Según Alfonso Acuña en su libro “El tango y sus secretos”, tiene voz de acento inconfundible y afinada modulación, rica en matices y tonos.

Como tantos otros se inició cantando en su barrio y pasa a orquestas de su tierra poco conocidas. Desde 1936, se radica en Buenos Aires cantando en la radio. Su reconocimiento le llega cuando en 1940 Francisco Canaro lo integra a su orquesta. Es cuando yo comienzo a saber y a gustar de él. En 1947 es actor de la película “Buenos Aires canta”. Luego se incorpora a las orquestas de Francisco Rotundo y Miguel Caló por cortos tiempos. La culminación de su carrera vocal se da en su ciudad natal Montevideo, a donde llega como solista, con presentaciones en televisión, radio y escenarios de teatro. Después ingresa a la orquesta de Donato Racciatti, en la que participa en la etapa estelar de este director.

Eduardo Adrián

Eduardo Adrián – Francisco Canaro

No es tan común en el tango que haya cantantes, que fuera de su actividad vocal, desarrollen otras notorias, como en el caso de Edmundo Rivero, guitarrista y lunfardista. Este es el caso de Eduardo Adrián, quien, de acuerdo con Carlos Serna, visitó varias veces a Medellín como conferencista en universidades, actividad complementaria a la de cantante, publicista y actor.

Nació en Mar del Plata en 1923 y murió en 1990. Su madre, con linda voz de mezzo-soprano fue su maestra. En 1942 ingresa a la orquesta de Canaro, hasta 1944, para seguir de solista. En 1947 se incorpora a la orquesta de Maraffioti, en la radio se presenta con Argentino Galván y en 1958 crea su propia orquesta. En 1962 se radica en Montevideo y allí desarrolla su oficio de cantante, charlista de radio y televisión, crítico literario y actor de teatro.

Voz de timbre original, de novedoso estilo, favorable para tangos románticos, como ocurrió con su gran éxito Gricel. Triunfó haciendo un ciclo de declamación de poemas y cantando en “Latitud Tango” en la radio motevideana.

Como es usual, a continuación puede el lector oír y ver una selección de temas mencionados en este artículo.

https://youtu.be/2nqOhwVakWY     Soy un Arlequín – Alberto Gómez.

https://youtu.be/9L1m9MDtHx4      Noche de abril - Alberto Gómez.

https://youtu.be/OE87XTE10bg      Que nadie se entere- Alberto Gómez.

https://youtu.be/XRxToQSAOvk     Los ojos más lindos - Carlos Roldán – Francisco Canaro.

https://youtu.be/imdP7ulx5oM        Mariposa nocturna - Francisco Canaro / Carlos Roldan (1942).

 https://youtu.be/GVIAT0d0hXU     Otra noche · Orquesta Típica Francisco Canaro · Carlos Roldán.

https://youtu.be/-w8jRkmHs1Y       Gricel - Francisco Canaro Eduardo Adrián.

https://youtu.be/zcGOyUByiVk       Corazón que me has herido -Francisco Canaro Y Eduardo Adrián.

https://youtu.be/e6kMVqYVdDU     Tristeza marina – Canaro – Adrián.

Armenia, mayo 19 del 2023.