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Cultura  |  06 agosto de 2023  |  12:00 AM |  Escrito por: Administrador web

Barbie y los estereotipos que anulan y alienan: análisis psicológico y lecciones de la película Barbie

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Germán Estrada Mariño

La belleza eterna e inmune al sufrimiento, el tributo a la imagen física como fuente de felicidad y la instrumentalización sexual de la mujer son presentadas en la película como una mentira fascista creada por ególatras sin escrúpulos y sin sentimientos movidos solo por la ambición mercantil y comercial.

Muy a pesar de lo que miles de espectadores creíamos, la película Barbie no es una apología a la muñeca clásica de Matel que rinde tributo una mujer bella, pero superficial, consumista, poco pensante, sumisa y cuyo sentido de vida es el lujo; la belleza y la eterna juventud.

Tampoco es una película para ver con ojos de entretenimiento infantil ni apta para niños. Es una crítica voraz, audaz, sarcástica y una parodia a los estereotipos de género que amerita una argumentación crítica con los adolescentes luego de verla.

Los más pequeños (menores de 12) no deberían verla aún, ya que su capacidad deductiva no está desarrollada.

Barbie se ve enfrentada desde el inicio a pensamientos de muerte que son dibujados por la recepcionista de Matel que siente como la mujer real se parece poco a una muñeca que parece perfecta, pero que por superficial no sufre, que no engorda, ni se deteriora físicamente como es la ley de la vida, ni envejece, ni muere.

La muñeca se enfrenta a la inevitable levedad de la existencia: La mujer real no es una Barbie, la mujer real llora, sufre, siente, envejece y muere. Y de fondo, la película da el mensaje existencial de que la mujer real no vive de las ilusiones dominadas por el ego y el apego en la sociedad moderna que presentan los medios de comunicación a los jóvenes.

Barbie tiene que entrar en una profunda crisis existencial que acerca a la mujer a la realidad, de que, para ser feliz, es necesario, aceptar que no puede alienarse a los estereotipos sexuados y de consumo, que le han impuesto las industrias del glamur, la moda y la estética de la que muchas mujeres aún son presa fácil.

De allí que la capacidad crítica y el pensamiento abstracto son los héroes de la historia y lo que en realidad los atributos admirables, más allá de las curvas; el cabello rubio; las medidas perfectas y los lujos superficiales.

Barbie, además, ya no desea un macho musculoso a su lado para sentirse bien acompañada, ya que ahora, busca un hombre empático que la acompañe en la consecución de sus sueños que están basados en la autorrealización personal y la individuación, mas no en la dependencia sumisa al patriarcado dominante por décadas.

La aparición de mujeres de diferentes razas y tallas pone en escena, y en evidencia, que las jóvenes y mujeres del siglo XXI no tragan entero y no han de identificarse con una mujer que encaje en las medidas 90, 60, 90 para ser valiosa.

La crítica a la vanidad está representada en la adolescente que cuestiona directamente a Barbie al humillarla en una escuela pública, por retrasar la liberación femenina, en unos escenarios donde las chicas no están dispuestas a recibir bullying y ser ellas mismas humilladas por no verse tan perfectamente bellas como Barbie. La adolescente llama a Barbie “Cabeza hueca” y “bombón” culpándola de la degradación de la imagen femenina y de su empoderamiento en la sociedad. ¡Nada más real!

La belleza eterna e inmune al sufrimiento, el tributo a la imagen física como fuente de felicidad y la instrumentalización sexual de la mujer son presentadas en la película como una mentira fascista creada por ególatras sin escrúpulos y sin sentimientos movidos solo por la ambición mercantil y comercial.

No puedo dejar de pensar, como paralelo a todo esto, en la industria actual de las cirugías estéticas en Colombia que tanto auge ha ganado y al que miles de mujeres, incluso educadas y cultas, se siguen sometiendo. Como si el bisturí llenara vacíos afectivos o se pudiesen operar las autoestimas heridas. O, como si, la belleza y el lujo banal y transitorio le diese a la mujer, la autorrealización de todos sus potenciales que han de ser su causa última hacia la emancipación y la equidad de género.

En los Simpson, ya en el pasado, en una maravillosa escena Lisa Simpson, con su Stacy Malibu en la mano - parodia a la muñeca Barbie - le dice a su hermano Bart: “Muchas niñas van a crecer queriendo hablar como ella, pensando que no pueden ser más que adornos cuya única meta en la vida es verse bonita, casarse con un rico y pasar el día en el teléfono hablando con sus igualmente vacías amigas, de lo fantástico que es ser bonitas y conseguir un esposo rico”.

Las mujeres no son un pedazo de carne, un objeto sexual, un objeto comercial o una publicidad de productos de limpieza plantean tanto las críticas de lisa Simpson, como las de la directora de Barbie a la sociedad moderna y mercantil de la belleza.

La película, antes que ser una comedia infantil, es una crítica a los estereotipos de género tanto masculinos que presentan al hombre como un ególatra narciso y superficial, con sentimientos de superioridad para quien su sentido de vida es la fuerza física y la posesión material de poder.

Los “ken” representan hombres vacíos que solo luchan desde sus vacíos egos, por ser admirados, quienes, a través de conductas egocéntricas, que son exageradamente superficiales y centradas en la búsqueda obsesiva de atraer admiración de las mujeres a toda costa.

El macho está representado como se lo ha ganado a través de la historia, como un individuo dominante, fascista y muchas veces estúpido y ególatra, incapaz de empatizar con las necesidades emocionales del sexo opuesto, al cual ve tan solo como un objeto o un trofeo al cual poseer en todos los niveles y a quien debe bastarle tener el privilegio de tener a un macho dominante, para ser feliz.

Ruth Handler y su esposo Elliot Handler, fundador de Mattel Inc, crearon la muñeca Barbie. Ruth No inventó ninguna Barbie que salga a pelear por sus derechos, para terminar con un sistema de opresión y explotación, sino más bien todo lo contrario, para seguir manteniendo el statu quo social.

La película es implacable con Elliot su esposo, presentando a los ejecutivos de Matel como una junta directiva de una típica empresa americana dominada exclusivamente por hombres que piensan poco, mientras entre ellos, se cepillan sus egos mientras ignoran que la vida, va más allá de las posesiones materiales, el estatus, el poder y la mercantilización instrumental de la mujer, la publicidad y la producción de juguetes como Barbie que deben permanecer encerradas en una caja, donde puedan permanecer calladas (escena en que los ejecutivos le piden a Barbie que se calle la boca y se meta a la caja).

Para la Barbie que trasciende hacia la aceptación de la imperfección (escena sentada en un paradero del mundo real junto a una mujer anciana, sabia y tierna) y de que todas las mujeres son bellas más allá de su edad, color, raza, talla o de lo que muestra superficialmente una piel sin celulitis ni estrías, adornada, maquillada o cubierta de máscaras que esconden la esencia de su ser y de su corazón y potencial intelectual.

La celulitis aparece en la película para decirle a las adolescentes: Las mujeres reales no son como la muñeca Barbie. Es legítimo enfermar, subir de peso, ver más allá del espejo, preguntarse sobre el sentido de la existencia en esta corta vida y contemplar que más allá de la muerte, no te llevas nada de lo que tu ego, hoy te pide que tengas para intentar ser feliz a través de la apariencia.

De allí el reto de que padres maestros y tutores guiemos a niños y niñas sobre el verdadero mensaje de una película no apta para menores de 12 años porque amerita para su comprensión un razonamiento abstracto y un pensamiento hipotético deductivo que invite al adolescente sea varón o mujer, a cuestionar el rol y el impacto de lo que la publicidad, la industria de la belleza, los estereotipos de consumo insaciable y el papel de lo que hoy son las redes sociales llenas de basura, puedan hacer para destruir o construir la autoestima de las nuevas generaciones cada vez más inundadas de contenidos digitales sin contenidos de fondo.

Aunque la película puede ser vista como una venganza premeditada de la directora con el género masculino, generalizando al macho (excepto al personaje homosexual de la película como único capaz de empatizar con las Barbies y su causa) como un macho insensible, dominante, vacío y ególatra superficial, que aunque no son la norma, porque existen múltiples ejemplos de hombres menos estúpidos, se reconoce que la supremacía masculina en la historia y en la industria consumista, incluida el cine, merece una reivindicación.

Aplaudo a su directora, quien a pesar de haber sido más implacable con los hombres que con las mujeres en esta, a veces absurda, guerra de los sexos, que no logra ninguna equidad, sino la búsqueda de dominar al sexo opuesto, por poner en escena la invitación a las chicas a pensarse, a conocerse, a desarrollar sus potenciales, a aceptarse, a seguir sus sueños y a aceptar a todo tipo de mujeres con todo tipo de estuches o fachadas, siempre que su valor se lo den a la valentía de sus almas, a sus corazones y valentía y a su históricamente denigrado y subestimado intelecto.

Cae como anillo al dedo para reivindicar a la mujer en este verano en el que se celebra la copa mundial de la FIFA femenina, en las que las mujeres son el centro de la atención del deporte más visto en el mundo. ¡Las niñas del 2023 se despiertan viendo otras realidades que sin duda eran necesarias y, sobre todo, justas!

 

GERMAN ESTRADA MARIÑO

gerestradam@gmail.com

PSICOLOGO CLINICO

PSICOTERAPEUTA INDIVIDUAL DE PAREJA Y DE FAMILIA

PERITO FORENSE

LIDER CAMPAÑA VOLUNTARIA DETECCION DE LA DEPRESION Y PREVENCION DEL SUICIDIO

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

WHAS APP CITAS VIRTUALES EN INGLES Y EN ESPAÑOL: 316 4502080

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