Hemos visto por lo menos tres acciones directas del alcalde James Padilla García en el comienzo de su gobierno, que nos llena de optimismo frente a la ciudad. La primera de ellas: no es un alcalde ‘pantallero’, no está haciendo por cada movimiento un vídeo para Tik Tok, Facebook, YouTube o Instagram, ni tampoco está escribiendo constantemente en la cuenta de X. Eso es bueno, porque está demostrando humildad en su trabajo, dedicándose a la acción y menos a la retórica, ahorrando tiempo para lo importante, no gastándolo en lo banal.

Lo segundo, el control que empezó a ejercer del espacio público en el centro de la ciudad. Hemos recorrido las calles del centro y tienen un mejor aspecto. En muchos lugares como las calles 17, 18 y 19 entre carreras 14 y 19, están hoy mucho más despejadas, sin ocupación de gran parte del espacio público por parte de las ventas ambulantes y estacionarias. Lo mismo hemos notado en la Calle Real o Peatonal de la 14, que en diciembre estaba completamente invadida de vendedores de todo tipo. Sabemos que no es fácil este control, pero se puede hacer con voluntad política y con ayuda de la Policía.

Y el tercer tema es el control a los desmanes de los motociclistas, especialmente a las ‘carreras de motos y los llamados piques’ que ocurren en zonas como el estadio Centenario de Armenia. Somos testigos de esa intervención y de las discusiones que la fuerza pública ha tenido con los motociclistas que provocan desorden en la ciudad. El uso de la motocicleta no puede convertirse en un sinónimo de desorden y de caos. Son los propios motociclistas los que deben contribuir para que se actividad se realice dentro de las normas nacionales y los controles de la ciudad.

Corrigió el alcalde el desplante de la posesión de los ediles de las juntas administradoras locales. Y eso es bienvenido. Los ediles que se sintieron mal el día de la posesión, por los afanes del alcalde y la falta de protocolo, fueron invitados por Padilla a su despacho, donde les pidió disculpas y los empoderó para su primera labor, contribuir con la confección del Plan de Desarrollo del municipio. Así tiene que ser.

También aplaudimos el decreto que prohíbe el consumo de sustancias psicoactivas en los espacios públicos como parques, calles, polideportivos, alrededor de los establecimientos educativos, etc. Aquí hay que incluir el consumo de alcohol. ‘Enmariguanarse’ o emborracharse con licor es cuestión personal, y en Colombia hay libertad para hacerlo, pero lo que no puede hacerse es en los espacios públicos mencionados. Hágalo en un bar o en un hotel o en el cuarto de su casa. Este decreto es de lo mejor que ha hecho el alcalde al inicio de su gobierno.

Otras acciones positivas estamos viendo en la ciudad, más presencia para controlar el problema de basuras, y un mejoramiento del ornato en las zonas verdes, incluyendo los parques.

Confiamos en el alcalde Padilla, para que continúe con la dura tarea de controlar las ventas ambulantes en el centro de la ciudad, para que no deje desbordar el problema de los piques de motociclistas, para que no haya consumo de drogas alucinógenas ni alcohol en los espacios públicos, para que la ciudad luzca bonita. Hay muchas otras cosas para realizar en el devenir de ciudad, que estamos seguros se van a hacer con la voluntad política con que vemos que ha empezado el nuevo gobierno del alcalde James Padilla García.