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Colombia  |  09 abril de 2018  |  12:00 AM |  Escrito por: Edición web

Los consumidores de café en Europa son engañados con el cuento del ‘café justo’

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A propósito de la reunión de la Organización Internacional del Café a partir de hoy en México, publicamos esta nota del diario de Querétano, de México sobre la discusión alrededor del ‘café justo’, por los que los europeos pagan, pero cuyas utilidades no cumplen con la justicia social de retribución a los productores.

“La iniciativa Café for Change en Berlín expresó que en la cita de la Organización Internacional del Café, que se celebrará en México, se busca “que haya conciencia de que los países desarrollados pagan 60 por ciento menos a los productores y violan sus propias leyes, como la del trabajo infantil”.

La reunión se efectuará del 9 al 13 de abril en México. Café for Change nació en 2014. No participará en la reunión internacional porque no tiene estatus oficial ni gubernamental. La iniciativa está formada por voluntarios y tiene el apoyo de organizaciones no gubernamentales pequeñas.

El dirigente de esa iniciativa, Fernando Morales de la Cruz, denunció en Berlín que las utilidades de la industria alemana, europea y multinacional del café se incrementan en miles de millones de euros, mientras los campesinos ven reducida su capacidad económica.

Su análisis es que “la industria vive un modelo de negocios neocolonial”. Dijo que el diagnóstico es claro: las utilidades, beneficios y valor agregado se concentran en países desarrollados, y todo el costo humano está sólo en los países productores.

Las multinacionales pagan 60 por ciento menos que en 1983, desde su punto de vista. Agregó que esto lleva a la situación de que los productores de café de todo el mundo dejan de percibir más de 30 mil millones de dólares anuales debido a unos precios artificialmente bajos.

A eso se suma que en 1983, los productores cafetaleros todavía no pagaban la cuota de certificación de comercio justo que deben pagar ahora. “Lo que ahora estamos tratando de hacer es que se le dé un cambio radical al modelo de negocios de la industria de café, té y cacao en el mundo”.

“Nos gustaría que la industria se diera cuenta que también estamos defendiendo sus propios intereses. El concepto de valor compartido es una solución que les costaría cero, pues lo paga el consumidor”, apuntó Morales de la Cruz.

El shared value o valor compartido implica que todas las partes de la cadena se beneficien. Cafe for Change propone por ejemplo que los consumidores de café paguen 10 céntimos más -de euro, en el caso de Europa- por taza, unos 12 euros por kilo de café de mediana calidad, destinados a los productores.

Suena caro, pero 10 céntimos de un consumidor del Primer Mundo marca la diferencia para un productor del Tercer Mundo que puede llegar a recibir 90 céntimos al día por su trabajo.

En Alemania, el ministro de Desarrollo, Gerd Müller, hizo declaraciones la semana pasada que no dejaron indiferentes a Cafe for Change: admitió que 100 mil niños trabajan en la producción de café. Café que se consume y se importa desde Alemania.

Empresas alemanas gigantescas como Aldi, de supermercados de precios muy bajos, también venden productos de comercio justo, un modelo del que se benefician.

Una novedad importante de cara a la reunión: Estados Unidos han anunciado renunciar al International Coffee Agreement, algo que será efectivo en junio. “Es una gran oportunidad para Alemania y la UE para demostrar que su compromiso con los derechos humanos no son solo palabras”.

 

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