Se cumplió en el Quindío la firma del acuerdo de voluntades por una iniciativa de reconciliación y paz en el territorio, acto llevado a efecto con el concurso de los integrantes de la Mesa Departamental de Víctimas y excombatientes inmersos en el programa de la Agencia Nacional para la Reincorporación y la Normalización ARN.

La ceremonia fue presidida por Rodrigo Rivera Salazar, alto comisionado para La Paz, con la presencia de la gobernadora encargada del Quindío, Cielo López; el director territorial de la Unidad para las Víctimas en el Eje Cafetero, Freddy López; el director programático de la ARN, Lucas Uribe; Pastor Alape, representante de los excombatientes, y Maicol Martínez, coordinador de la mesa departamental de víctimas del Quindío.

País diferente

El director territorial de la ARN Carlos Soto, durante la explicación del proyecto, dijo que el objetivo de las entidades involucradas es adelantar un proceso que logre transformar las propias realidades que se vivieron en el conflicto, visualizando un país diferente a partir de las diferencias.

Agregó Soto, que no se puede forzar el perdón en el marco de dichos procesos y que no se pretende el olvido, sin embargo, afirmó que se quiere lograr la posibilidad que las nuevas generaciones tengan un departamento diferente.

Un mismo horizonte

Con una pregunta convertida en el slogan de la campaña ¿Y qué tal si nos reconciliamos? la Agencia para la Reintegración Nacional y la gobernación del Quindío, conjuntamente con la Unidad para las Víctimas avanzan en el propósito, para que tanto víctimas como excombatientes continúen en un mismo horizonte, que busca el perdón y el trabajo en equipo por un territorio unido.

Sobre el particular, Freddy López director regional de la unidad de víctimas señaló que esta iniciativa es muy importante, ya que tiene como único objetivo demostrar que se puede vivir en un país en paz y con perdón, después de los episodios de la guerra.

Territorio próspero

Agregó que los colombianos se deben dar la oportunidad de remar todos hacía un futuro prometedor, que solo apunte a la búsqueda del bien colectivo y la generación de proyectos que mejoren la condición de vida de víctimas y excombatientes en pro de un territorio próspero.

Tras firmarse el acuerdo de voluntades le corresponderá a la Unidad para las Víctimas adelantar un papel decisivo en el proceso durante por lo menos tres meses, con el equipo psicosocial encargado de cumplir diferentes sesiones que conduzcan a cerrar las heridas del conflicto armado apuntando a la consolidación de la paz y haciendo un gran cierre a través de un acto simbólico público.