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Columnistas  |  10 agosto de 2018  |  12:00 AM |  Escrito por: Manuel Gómez Sabogal

Cuando les da la gana

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Manuel Gómez Sabogal

Así son. Porque les da la gana atienden, pero cuando no, no lo hacen. Y ni llame al 123. No hay caso. Las ambulancias están listas cuando ocurren accidentes, ya sea de motos o vehículos. Cuando se dan cuenta que hay Soat de por medio.

Pero si usted tiene una persona agonizante al frente, una persona que sufrió un infarto, un desmayo o algo parecido, puede llamar todas las ambulancias que quiera, pero no responderán. Actúan cuando les da la gana

Lo sucedido al mediodía del miércoles en la Plazoleta de la Quindianidad, frente al concejo municipal de Armenia, es una muestra clara que la sociedad actual se está deshumanizando y nos importa muy poco lo que ocurra a los demás.

Cuando algunos caminaban rumbo a sus viviendas en búsqueda de los alimentos del medio día, en un costado de la plazoleta frente al Concejo, un hombre de aproximadamente unos 50 años perdió el sentido y en la vía peatonal su cuerpo estuvo durante más de una hora esperando un servicio de ambulancia que trasladara hasta un centro asistencial.

El calor sobrepasaba los 28 grados, los primeros en socorrerlo fueron los vendedores de tinto que se ubican en ese sector de la plazoleta.

Pasaban los minutos y la desesperación crecía ante la negativa inicialmente del número telefónico123 desde donde indican no contar con el servicio de ambulancia.

En bomberos contestaban lo mismo; desde una oficina de la alcaldía donde estaban al tanto de lo ocurrido, trataban infructuosamente de conseguir el servicio del traslado del enfermo, pero no era posible.

Los transeúntes pasaban sin poner mucho cuidado a lo sucedido y el enfermo en el suelo.

Finalmente aparecieron dos policías y después de revisar al enfermo consiguieron el anhelado traslado de “El Soldado”, como es conocido en el sector, el hombre que perdió el sentido y duró mucho tiempo tirado en el suelo bajo un sol canicular y mirada pasiva de todos, y sobre todo de unos empresarios que no tienen sentido del servicio social y unas autoridades que se quedaron cortas en implementar un servicio de ambulancias que proteja a la comunidad y no solamente a los de accidentes de tránsito.

Y no es el primer caso. Ha ocurrido muchas veces, ha sucedido en muchos barrios en diferentes horarios. Se hacen los que no existen, cuando se les llama con urgencia.

Y la gente….la gente pasa, sigue, no se inmuta, no le importa. Ya nos volvimos autómatas del tiempo, la vida, el destino. La parte humana no interesa, porque eso desapareció. ¡Qué pesar! Es la frase que más se escucha en muchos de estos caso. Nada más.

Y seguiremos escribiendo, viendo y viviendo casos, porque así somos….y así pasa con los servicios de urgencia..

 

 

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