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Editorial  |  30 agosto de 2018  |  12:00 AM

Los retos de la infraestructura frente al turismo del futuro

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Los gobiernos municipales y el departamental tienen grandes retos frente al flujo de turistas que se nos viene con la apertura, próximamente, del túnel de La Línea. Cuentas muy conservadoras están hablando de un flujo superior a un millón 500.000 turistas que visitarán el departamento, a través de una vía histórica, que por fin, será expedita, rápida, sin trancones de tractomulas y accidentes a cada instante.

En Armenia, como en los demás municipios del departamento, hace falta infraestructura para recibir debidamente este flujo turístico. No hay una buena disposición de basuras, estamos muy cortos de agua potable en los municipios, tanto que algunos de ellos, en esta temporada de verano, sin turistas, anunciaron racionamiento del líquido. Y qué decir de las fincas convertidas en hoteles y los hoteles rurales, donde el agua que se consume no es potable.

La contaminación de los ríos y quebradas por las aguas servidas, crece cada día, y será mucho mayor cuando nos lleguen los grandes flujos turísticos por la apertura del túnel de La Línea. El tema vial al interior de Armenia y los municipios también es cuestión de preocupación. Los trancones en la ciudad capital y en los pueblos son muy grandes, ahora, sin mayor número de turistas, lo que, evidentemente será peor cuando lleguen los grandes flujos humanos.

Y la atención en salud por parte de hospitales y clínicas, aunque es buena para una población de 600.000 habitantes, seguramente puede colapsar en el momento en que haya 1 millón 500.000 o 2 millones de personas en la región. La oferta turística hacia el Quindío va a crecer a la velocidad de un Jet, mientras que el desarrollo de la infraestructura departamental avanza en mula.

Las inversiones que necesita el Quindío para estar bien equipado para atender el flujo turístico que se prevé, superan el billón de pesos. Mejorar los acueductos, tener reservas de agua, hacer colectores y plantas de tratamiento de aguas residuales, dobles calzadas entre los municipios de la zona plana, mejorar la red hospitalaria, trazar acciones en cada pueblo para evitar el ingreso de cientos de vehículos, son medidas urgentes, que no dan mucha espera.

El presidente Duque viene al Quindío el próximo 15 de septiembre, con el propósito de escuchar la gente, especialmente para poder integrar las regiones al Plan Nacional de Desarrollo, y es la oportunidad de presentar nuestras necesidades. Si no las presentamos, y si no nos hacen caso, que podría ser muy grave, se podría decir que nuestro turismo podría colapsar, pues la mala atención y el hartazgo de las incomodidades podrían espantar a los visitantes del futuro.

Es urgente reunir a todos los sectores, con el gobierno seccional, y ponerse de acuerdo en los proyectos que debemos dejar en la carpeta del presidente Duque.

 

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