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Región  |  29 mayo de 2019  |  11:42 AM |  Escrito por: Edición web

‘El perdón es una virtud política’, dice el obispo de Armenia en un llamado para dejar la polarización del país

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El obispo de la Diócesis de Armenia monseñor Carlos Arturo Quintero Gómez hizo un llamado a la reflexión sobre el acuerdo de paz en Colombia y llamó a los ciudadanos a pensar en la paz y en la reconciliación, como virtudes políticas. El obispo fue invitado por el gobernador del Quindío Carlos Eduardo Osorio Buriticá al Consejo de Gobierno del departamento, donde habló sobre la necesidad de dejar atrás la polarización política del país y convertirnos en artesanos de la paz.

Recordó el mensaje del papa Francisco en el sentido de que la buena política debe estar al servicio de la paz. “El papa Francisco nos recuerda las palabras del poeta Charles Péguy, que dice que ‘la paz es como una flor frágil que trata de florecer entre las piedras de la violencia’. Eso es lo que estamos viviendo en Colombia, una paz que empieza a florecer en medio de dificultades, en medio de una polarización de nuestra sociedad, polarización que se va dando, no solamente por todo el sistema, sino porque también los medios de comunicación han ayudado a esta polarización. Esa es la realidad, la polarización se está dando porque no somos fieles a la verdad”, dijo el prelado.

“El papa Francisco también nos ha hablado de las noticias falsas que hoy se difunden, que hacen mucho daño, porque en el fondo trituran a la sociedad, destruyen a la familia, opacan la verdad y oscurecen nuestra relación. Por eso esa categoría universal de la paz, la ve uno más lejana, como también la ve más ajena, precisamente porque hay una polarización, una mirada esquiva frente a la verdad, y eso implica que nos volvamos más esquivos a la justicia y a la verdad”, analizó el obispo en medio del silencio y la atención de todos los secretarios de despacho y el propio mandatario seccional.

El obispo Carlos Arturo Quintero aludió al papa Juan XXIII, y recordó que el santo padre decía que para construir la paz se necesitan cuatro pilares fundamentales: La justicia, la libertad, la verdad y el amor. “Hoy tenemos que entender que no puede haber una paz sin justicia, ni una paz sin perdón. La sociedad en que vivimos nos habla permanentemente de reconciliación, pareciera que nos diera miedo de hablar de perdón. Sin embargo entre nosotros nos damos cuenta que el perdón y la reconciliación van de la mano”, explicó el obispo diocesano.

El perdón, una virtud política

El obispo recordó que el perdón no solo es una virtud religiosa, sino también una virtud política. “El perdón es fundamental porque es una decisión libre y personal que nace en el corazón de cada ser humano. Cuando yo perdono, no necesariamente tengo que acercarme al otro para decirle: ‘ya lo perdoné’. Tal vez porque para muchos el perdón se quedó como una connotación religiosa. Nos olvidamos que el perdón también es una virtud política”, asintió el religioso. Y explicó: “Cuando uno entiende el perdón como virtud política es capaz de entender que es posible perdonar lo imperdonable. Jesucristo que murió en la cruz nos enseña que es posible perdonar lo imperdonable. ‘Padre perdónalos porque no saben lo que hacen’. Por eso el perdón está en el corazón del Evangelio, porque siendo una virtud política no deja de ser una virtud religiosa”.

El perdón no es impunidad, ni olvidar

Monseñor Quintero Gómez explicó que, cuando una persona toma la decisión de perdonar, ese perdón no significa impunidad. “Hay que entender que el perdón no es impunidad. El perdón exige la justicia, exige la reparación, exige la verdad, la no repetición”.

El obispo sostuvo que muchos también creen que el perdón significa olvidar. “No, el perdón no significa olvidar. Muchas personas dicen yo perdono, pero no olvido, y eso es bueno. Si una persona me dice que está pidiéndole a Dios que lo ayude a olvidar, lo que le está pidiendo al señor es que le quite la memoria. La memoria es la facultad de recordar las cosas del pasado. Entonces el perdón tiene que ver con el pasado. Cuando miro al pasado y veo que hay un dolor, una acumulación de heridas, y acudo al perdón, que es libre y personal, ese perdón me permiten construir una nueva narrativa de ese pasado. Aprendo a perdonar”.

El perdón, puerta de entrada a la reconciliación

El obispo precisó los conceptos de perdón y reconciliación: “El perdón se convierte en la puerta de entrada a la reconciliación. Y la reconciliación tiene un ciclo muy lindo que es el abrazo. Cristo murió en la cruz con los brazos abiertos. El abrazo del perdón y la reconciliación es un camino hacia la comunión plena de los seres humanos. Cuando el papa nos habla de la paz y la reconciliación nos dice que hay un ser en quien convergen el mensaje y el mensajero, la coherencia, y es Jesucristo. Cuando comprendemos esa realidad es más fácil perdonar, abrirnos a la reconciliación, que se vive en diversas instancias: la reconciliación consigo mismo, con el otro, con la naturaleza y con Dios”.

Reconciliarnos con el hermano

El obispo recordó: “No es posible reconciliarnos con Dios si primero no nos reconciliamos con el hermano. San Juan decía, nadie puede afirmar que ama a Dios, a quien no ve, si aborrece a su hermano, a quien sí ve. Y San Agustín de Hipona decía que para poder vivir ese camino del perdón, tengo que partir del hombre. Busqué a mi alma y no pude encontrarla, busqué a Dios y no pude hallarlo, busqué a mi hermano y me encontré con los tres. Así, la reconciliación es un camino hacia la comunión. Hoy se habla en Colombia de una reconciliación de coexistencia, de convivencia y de una reconciliación de comunión. La plena sería una reconciliación de comunión, pero a veces no alcanzamos hasta allá, nos quedamos en la reconciliación de coexistencia, de poder vivir juntos, que podemos hacer unos acuerdos, pero tú allá y yo acá, porque se ha perdido la confianza, se ha fracturado la relación, porque se ha perdido la armonía en el paraíso. Perdón y reconciliación son puerta de entrada para conseguir la paz”.

La moral y la política

Monseñor Quintero recordó al filósofo, abogado y teólogo Tomás Moro, considerado por la propia iglesia como el patrono de los gobernantes y los políticos. Mencionó que Moro había dicho que cuando los seres humanos nos separamos de Dios, nos extraviamos, y que lo mismo sucede cuando quitamos la moral de la política. “Si un ser humano se aleja de Dios, queda en la penumbra, si a la política se le quita la moral, queda en la oscuridad. Es lo que estamos viviendo, una sociedad sin Dios y una política sin moral. Por eso la restauración tiene que ser un trabajo de todos, con filigrana, un trabajo manual, artesanal, donde cada uno se sienta artesano y constructor de paz. Cada uno desde su credo, desde su partido político, desde su realidad personal y familiar”, observó el prelado.

“Tomas Moro llegó a decir que cuando el hombre y la mujer escuchan la llamada de la verdad, su conciencia les permite orientarse hacia los actos de bondad, hacia la rectitud moral, a hacer el bien”. Tras esta reflexión, el purpurado de la iglesia quindiana invitó al gabinete departamental a que lo acompañara en una oración por la paz del país.

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