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Cultura  |  13 octubre de 2022  |  08:15 AM |  Escrito por: Miguel Ángel Rojas Arias

HISTORIA. Los verdaderos creadores de la Universidad del Quindío (IV y ÚLTMA PARTE)

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La UQ y sus primeros equipos de tecnología educativa

Miguel Ángel Rojas Arias

La confirmación de recursos y de la asesoría de la Universidad Nacional, por parte del presidente Lleras Camargo y del ministro de Agricultura Otto Morales Benítez, para la universidad del Quindío, era un triunfo que había que celebrar. Por eso, el delegado del gobierno Alirio Gallego Valencia, convocó un acto público para anunciarle a los armenios la creación de la universidad. Dicho acto fue programado para el 20 de mayo de 1961.

El acto púbico del sábado 20 de mayo se inició a las 9:00 a.m. con una concentración en la plaza, donde estaba el clero en pleno, el gobierno, incluyendo los obreros del municipio y Empresas Públicas de Armenia, los estudiantes y profesores de todos los colegios públicos y privados, las entidades cívicas y ciudadanos en general. Hubo tres discursos. El primero pronunciado por el sacerdote Neftalí Duque, párroco del templo de la Virgen de la Inmaculada Concepción, catedral de Armenia; el segundo lo pronunció el estudiante de último año de bachillerato del colegio Rufino José Cuervo, Juan Antonio Uribe; y cerró el representante de la universidad Nacional en la junta del Centro Universitario del Quindío Alirio Gallego Valencia, delegado para tal fin por el concejo municipal.[i]

Otto Morales Benítez y Darío Leyva Troncoso, dos de los fundadores de la UQ

Los discursos en la plaza

En su discurso, el concejal Gallego Valencia les contó a los quindianos los pormenores de la gesta fundadora de la universidad, las gestiones y recursos obtenidos hasta la fecha y anunció la iniciación de clases a comienzos del año 1962. Al final de su disertación dejó plasmada una constancia histórica que hoy cobra vigencia, en los siguientes términos:

“(…) Solamente por el privilegio de pertenecer a un pueblo nuevo y a un continente en plena formación y desarrollo, podréis contar a vuestros hijos que la epopeya culta de nuestro pueblo estuvo con vosotros en la primera juventud, que los artífices de esta espléndida realidad os acompañaron con vuestros padres en el tránsito de la emancipación espiritual del Quindío. Recibid pues, el legado que hoy otorgamos y sed dignos de mantener la tradición universitaria de Armenia, que hoy comienza con este acto”.[ii]

Rector para una semana

Federico Flórez García acepta el cargo de rector del Centro Universitario del Quindío, después de una reunión con la junta. Sin embargo, ocho días después, y tras haber estudiado la difícil situación financiera y económica de la naciente institución, este pedagogo, ex rector del Instituto Universitario de Manizales, declina su nombramiento y se margina del proceso.[iii]

Antigua sede del Club Campestre, actual barrio La Nueva Cecilia, lote donado por la alcaldía a la universidad.

Conseguir fondos

Sin rector, la junta inicia, en el mes de junio de ese año de 1961, una ardua tarea para conseguir los fondos necesarios que materialicen el sueño, por una parte, y cristalizar en dinero contante y sonante las promesas de auxilios para el proyecto. Para tal función se encarga a José Reyes Carrillo, gerente del Banco de la República en Armenia. Recurre inicialmente a los ricos del pueblo, a los grandes cafeteros y comerciantes, con resultados infructuosos, que fueron expresados en el periódico El Comercio por el Pájaro Cantor, seudónimo del periodista Francisco Elías Valencia Arcila:

“Tanta fiesta, tanto bombo, /bailes cursis, necedad; /y nadie dice: yo ayudo /a nuestra universidad. / Qué indiferencia, qué inercia; /tengo así que vapular /y despertar la paciencia /de esta cara sociedad. /Ni ayuda ni donaciones; /nadie se mueve a legar; /ni tan siquiera boletas / de un carro quieren comprar. /Necesitamos estudio, /centro, universidad; / ¿dónde están los cafeteros / que no quieren ayudar? / Los ricos latifundistas/ hacendados, ganaderos, /temen a los comunistas /pero no aflojan un bledo. / Rentistas, mayoritarios /que vendéis todo tan caro, /si ayudáis con un denario/ tendremos pueblo educado. / Con cuánto gusto y placer / siguen ahorrando dinero; / y se olvidan por hacer / universidad primero. (…) Seremos departamento, /seremos la capital; / pero, no podemos serlo / si no hay universidad. (…)[iv]

En el mes de julio la junta descarga toda la responsabilidad de materializar el sueño, de ponerlo a caminar en las manos del concejal Alirio Gallego Valencia, a quien nombra como secretario ejecutivo de la universidad. Al tiempo, designa a la señorita Marietta Jaramillo Londoño, hija del iniciador de la idea de la universidad, Euclides Jaramillo Arango, como secretaria en propiedad, pues venía ejerciendo esas funciones en la junta ad honórem.[v]

Es así como se consiguen los primeros recursos por donaciones: $100.000 de Ecopetrol; $50.000 del Banco de la República; $50.000 que desembolsa la alcaldía a través del concejo de Armenia;[vi] un lote de terreno avaluado en $250.000, ubicado en la avenida Bolívar, donde había funcionado el club Campestre, donado por la alcaldía a través del concejo; y la cesión del antiguo edificio de la alcaldía, carrera 16 con calle 20 (actual sede del Instituto de Bellas Artes), para que se convierta en la primera sede de la universidad, como evidentemente lo fue[vii].

Asimismo, se concreta la donación del ministerio de Agricultura por $250.000, que se giran a través de la universidad Nacional para compra de equipos de laboratorio y dotación de biblioteca. En el mes de septiembre se aprueban los estatutos y el primer Consejo Superior, de siete miembros, integrado por el alcalde, el obispo, un delegado del ministerio de educación, representantes de profesores, estudiantes, de los rectores de los colegios de secundaria de la ciudad y un delegado de la universidad Nacional. Simultáneamente, el secretario ejecutivo recibe el 12 de ese mismo mes la resolución 25 de la gobernación de Caldas que le otorga la personería jurídica a la universidad del Quindío.[viii]

Antiguo edificio de la alcaldía de Armenia, antes Rentas Departamentales de Caldas, donado a la UQ por la alcaldía, y donde inició actividades la universidad.

Docentes asesores

La universidad Nacional nombra a los docentes Eduardo Villate y Ernesto Rojas como asesores para organizar el comienzo de actividades en Armenia y se resuelve iniciar la programación académica en dos carreras: Topografía y Ciencias de la Educación.[ix] En el mes de diciembre, Gallego logra que la Asociación Colombiana de Universidades, ASCUN, envíe a los profesores Rafael Bernal Jiménez y Hernando Franco para que, a nombre del Fondo Universitario Nacional, FUN, organismo del Estado, evalúen las condiciones del recién creado claustro superior y concedan el permiso de funcionamiento.[x]

Para tal fin, en reunión del Consejo Superior con los delegados de ASCUN, el secretario ejecutivo Alirio Gallego pronuncia un discurso donde rememora la gesta fundadora y la trascendencia de la universidad como bastión para combatir la violencia que azota la región:

 (…) La situación social que el país ha vivido en los últimos años, la preocupación constante del gobierno y de las autoridades educativas por resolverla, y las investigaciones de orden sociológico realizadas alrededor de tan trascendental circunstancia adversa a la vida colombiana hicieron concluir que en definitiva el traumatismo moral y social que ensangrienta al país, obedece a causas que en la mayor porción se resolverán abriendo las puertas de la educación a todas las capas sociales, a todas las regiones y a todos los niveles (…).[xi]

Bernardo Ramírez, rector

El Consejo Superior, presidido por Ancízar López López a nombre del recién nombrado alcalde de la ciudad Jorge Arango Mejía, designa en su reunión del 22 de diciembre al educador Bernardo Ramírez Granada como rector de la universidad, y ratifica a Gallego como secretario ejecutivo. Ocho días después, el 30 de diciembre, el mismo organismo resuelve asignar sueldos para los funcionarios que empezarán a laborar el 1º de enero de 1962: rector, $4.000; secretario ejecutivo: $4.000; secretaria general: $1.500; decanos: $2.300; profesor de tiempo completo: $1.800; profesor de medio tiempo: $1.000; catedrático $30/hora; cajero/contador: $1.200; mecanógrafa: $500; bibliotecario: $400; almacenista: $400; aseador: $120; conserje: $250.[xii]

Primer maestro

El 2 de enero del nuevo año de 1962 se nombra al primer profesor, Julio César Morales, un cundinamarqués que había sido el fundador de la Normal Departamental de Manizales, vicerrector del Instituto Universitario de Manizales y fundador de la facultad de Filosofía y Letras de la universidad de Caldas. En el mismo acto, se designa al señor Rodrigo Alzate García como secretario general de la universidad.[xiii]

El periódico El Tiempo de Bogotá, anunció la iniciación de clases en su edición dominical del 4 de febrero, en un cable del corresponsal de Armenia:

El ocho de febrero iniciarán labores las facultades de Agrimensura y Ciencias de la Educación de la universidad del Quindío, que está bajo la dirección de Bernardo Ramírez Granada, y que tiene la asesoría permanente de la universidad Nacional. (…) Inicialmente la universidad contará con doce profesores, dos decanos y el rector. (…) Con las facultades de Agrimensura y Ciencias de la Educación se da un paso más de avanzada en la materialización del programa Alianza para el Progreso, que fuera acelerado con la recién visita del presidente de Estados Unidos Jhon F. Kennedy. Los topógrafos egresados de la universidad del Quindío entrarán a colaborar en las realizaciones de la reforma agraria, y los profesores preparados en la facultad de Ciencias de la Educación disminuirán el creciente déficit que existe en el magisterio colombiano.[xiv]

Carné de los primeros estudiantes de Topografía

Los primeros estudiantes

Las aulas de la universidad reciben a los primeros 22 estudiantes de Topografía el jueves 8 de febrero de 1962. Quince días después, el 22 de febrero del mismo año, entran a clases los 35 estudiantes de Ciencias de la Educación. Para la primera carrera se nombra a Eduardo Villate como decano; mientras que para la segunda encargan al propio rector Ramírez Granada[xv]. Sobre la iniciación de clases, el periódico La Patria de Manizales, informó al siguiente día 9 de febrero, a través de su corresponsal en Armenia Francisco Elías Valencia Arcila:

A las ocho de la mañana de ayer en un sencillo pero solemne acto abrió sus puertas la Universidad del Quindío, dando principio por primera vez en la historia de Armenia en las labores universitarias por parte de 22 alumnos que iniciaron los cursos en la facultad de Agrimensura y Topografía. Monseñor Jesús Martínez Vargas, obispo de Armenia, ofreció una misa, y luego, el rector de la universidad, Bernardo Ramírez Granada pronunció el discurso de apertura, iniciando así inmediatamente labores la universidad. En el acto estuvieron presentes las autoridades eclesiásticas, civiles y militares, representaciones de los colegios de segunda enseñanza, periodistas y público en general. Asistieron los integrantes del Consejo Superior universitario (…) y del Consejo Directivo (…)[xvi]

En esa misma fecha, el ex ministro de Agricultura Otto Morales Benítez envía una carta de congratulación por la iniciación de clases en la universidad del Quindío, dirigida a Alirio Gallego Valencia y Mercedes Uribe de Velásquez. En ella sostiene:

(…)No puedo ocultar mi satisfacción por este avance que alcanza el Quindío con esta empresa cultural que principió a abrirles perspectivas antes desconocidas a las nuevas generaciones de esta magnífica comarca (…). [xvii]

Más adelante, en la misma carta, Otto Morales recuerda la trascendencia de una universidad como contribución a la pacificación de la región:

(…) Me di cuenta de que era una manera de conseguir que la opinión pública se desviara hacia otras inquietudes diferentes de la violencia (…) sólo trataba de demostrar cómo el gobierno del Frente Nacional ha puesto a funcionar iniciativas que buscan crear más condiciones culturales, sociales y económicas que libren al Quindío del asedio y perturbación de la violencia (…).[xviii]

 

Topografía y Educación, primeras carreras

El Consejo Superior implementó las carreras de Topografía y Educación para el inicio de sus actividades, como queda dicho, lo que implicó un severo cambio con relación a aquellas que había promulgado el concejo de Armenia en el acuerdo 023 del 14 de octubre de 1960, cuando creó el centro de estudios superiores, y que se había decidido por las de Economía y Agronomía. Para los concejales era lógica esta decisión, pues tanto una como la otra eran cercanas a la vocación productiva de la región. Pero, ¿Cuáles fueron los motivos del Consejo Superior para hacer tales cambios?

En realidad, el Consejo Académico de la universidad Nacional tenía una visión más universal de los problemas del país. Era evidente, para ellos, que la región y el país necesitaban profesionales universitarios en pedagogía, maestros profesionales para enfrentar el reto de la masificación educativa que se había propuesto el gobierno del Frente Nacional, por un lado, y por el otro, el país necesitaba Topógrafos para enfrentar dos campos: la Reforma Agraria, Ley 135 de 1961, que había promulgado el Congreso; y la evidente apertura de carreteras y caminos rurales.  Por eso, este Consejo Académico, le recomendó al Consejo Superior de la universidad del Quindío poner en marcha las carreras de Topografía y Educación y aplazar las de Economía y Agronomía.

Un país analfabeto

En el año de 1951, de los 61.896 habitantes de la ciudad, 15.644 eran analfabetos. Para 1964 la población general ha ascendido a 106.882 y los analfabetos también crecieron a 19.127. Para este mismo año, 81% de los habitantes, la inmensa mayoría, tienen sólo educación primaria; el 16% alcanza estudios de secundaria, y sólo el 0.8% tiene estudios superiores (DANE, 1983).  Estas cifras demuestran la necesidad de preparar maestros profesionales, lo que justifica la creación de la carrera de Educación, por un lado, y de abrir las puertas de una universidad para que más personas tengan acceso a la educación superior en el Quindío.

El profesor Jaime Sepúlveda lo reafirma en los siguientes términos:

(…) la región experimentaba un problema: la falta de profesores calificados. Generalmente se nombraba como maestros de escuelas rurales a egresados de primaria o, a lo sumo, sujetos con uno o dos años de bachillerato. El profesorado de las escuelas urbanas tenía una preparación semejante. En secundaria trabajaban muchos bachilleres, e incluso se dio el caso de profesores nombrados en secundaria que no habían terminado el bachillerato (…) (Sepúlveda, 1985).

Pero el problema no sólo era en el Quindío, sino también en la nación entera. De hecho, los licenciados en Educación de la universidad del Quindío empezaron a ser empleados en todo el territorio nacional. ASCUN y la FUN señalan la condición de los maestros en 1960:

(…) En 1960 había en el país 44.910 maestros en ejercicio, de los cuales 5.000 tenían preparación adecuada para la docencia. Ese mismo año ejercían como profesores de educación media 21.351, y solamente 1.860 estaban preparados para hacerlo. Entre los profesores de primaria había 64 niveles culturales diferentes que variaban desde un año de educación primaria hasta educación superior completa. (ASCUN, 1962)

En el mismo sentido, el país veía venir la Reforma Agraria que paliaría el conflicto armado denominado La Violencia, entre liberales y conservadores. Esa reforma, menciona en el objetivo primero del Artículo 1º, lo siguiente: “Reformar la estructura social agraria por medio de procedimientos enderezados a eliminar y prevenir la inequitativa concentración de la propiedad rústica o su fraccionamiento antieconómico; reconstruir adecuadas unidades de explotación en las zonas de minifundio y dotar de tierras a los que no las posean, con preferencia para quienes hayan de conducir directamente su explotación e incorporar a ésta su trabajo personal”[xix]. Como es evidente, la dotación de tierras a campesinos, provenientes de baldíos y/o de expropiaciones de tierras improductivas, necesitaba una colosal labor de medición, que sólo podían realizar topógrafos y agrimensores.

Por fortuna, para los estudiantes y el futuro de la Universidad, la Asociación Colombiana de Universidades, ASCUN, mediante el Acuerdo 14 del tres de mayo de 1962, autorizó a la facultad de Ciencias de la Educación y a la Escuela de Topografía para su funcionamiento. Ese mismo año, el 20 de junio, el ministerio de Educación, con la firma del titular de esa cartera Jaime Posada, refrendó la autorización referida. 

El mosaico de los primeros graduados de la U.Q.

Primeros topógrafos graduados

Los primeros topógrafos los gradúa la universidad del Quindío en 1964, a través del Acuerdo 108 del 9 de octubre de ese año. De los treinta inscritos y los 22 estudiantes que empezaron la carrera el 8 de febrero de 1962, recibieron el título de Topógrafos Geodestas, una carrera intermedia, las siguientes 14 personas, que vienen a ser los primeros graduados que entregó este claustro superior en su vida institucional: Silvio Álvarez González, Jaime Alzate García, Julio César Arias Buitrago, Gustavo Arias Gómez, José Jesús Baracaldo Camacho, Guillermo Correa Vega, Aníbal Jaramillo Arango, Omairo Marín García, Hernán Orrego Gutiérrez, Marleny Osorio Toro, Ramiro Rodas Tovar, César Augusto Rodríguez Varón, Tito Noel Rojas y Darío Alberto Vanegas. La ceremonia de graduación se realizó en la antigua sede del alma máter, actual Instituto de Bellas Artes, presidida por el rector Pedro García Echeverri[xx].

Primeros educadores graduados

Casi dos años después, el 20 de mayo de 1966, el Consejo Directivo expide el Acuerdo 194, por medio del cual concede el grado de licenciados en Pedagogía y Administración Educativa a 27 personas, que vienen a ser los primeros graduados profesionales del claustro, y son los siguientes: María Consuelo Arbeláez de Bustamante, Olga Aristizábal Fadul, Mario Aparicio Castañeda, Nidia Bastidas Escobar, Nodier Botero Jiménez, Marino Bustamante Arboleda, Alberto Delgado Cortés, Graciela Estrada Hernández, Shirley García Duarte, Yolanda Giraldo Urrea, José Miguel Gómez Naranjo, Stella Gómez Naranjo, Henry González Mesa, Rubiela González Jaramillo, Lucía Gutiérrez Jaramillo, Isiderio Herrera Patarroyo, Carmelita Laverde Ospina, Lady Londoño de Pineda, Lilia Moreno Arango, Alfredo Ortiz Velásquez, Hermann Pava Trejos, Antonio Jesús Ríos Blanco, José Noé Ríos Muñoz, Ofelia Sánchez de Barrera, Jalil Tabares Rodas, Fanny Valencia Cifuentes y Rodolfo Vanegas Palomino. El acuerdo está firmado por el rector Pedro García Echeverri y todo el Consejo Directivo, pero curiosamente no aparece la rúbrica del decano de la facultad de educación Octavio Zambrano Arellano.[xxi] El acto se realizó en las instalaciones del teatro Yanuba de Armenia.

 

ARCHIVOS CONSULTADOS

 

[i] La Patria. 22 de mayo de 1961.

[ii] Discurso de Alirio Gallego Valencia. 20 de mayo de 1961. Desgravado de casete por Jacobo Arana Lozada. En Historia de la universidad del Quindío. Inédito. 1987.

[iii] Archivo de Euclides Jaramillo Arango. Ver actas del 23 y el 30 de mayo de 1961

[iv] El Comercio. 8 de julio de 1961.

[v] Archivo de Euclides Jaramillo Arango. Acta del 11 de julio de 1961.

[vi] Archivo de Euclides Jaramillo Arango. Ver actas de junio y julio de 1961

[vii] Concejo municipal de Armenia. Libro de Acuerdos de 1961. Acuerdo 22 de noviembre 20 de 1961

[viii] Archivo de la Universidad del Quindío

[ix] Archivo de la Universidad del Quindío. Libro de Actas 1961.

[x] Ibídem.

[xi] Discurso de Alirio Gallego Valencia. 19 de diciembre de 1961. Desgravado de casete por Jacobo Arana Lozada. En Historia de la Universidad del Quindío. Inédito. 1987.

[xii] Archivo de la Universidad del Quindío. Libro de Actas 1961.

[xiii] Ibídem. Libro de Resoluciones. Resolución Nº 1, del 2 de enero de 1962

[xiv] El Tiempo. Edición del 4 de febrero de 1962.

[xv] Archivo de la Universidad del Quindío. Libro de Actas de 1962. Acta 3 del 5 de febrero.

[xvi] La Patria. Edición del 9 de Febrero de 1962

[xvii] Archivo de Alirio Gallego Valencia. Citado por Arana Jacob, en: Historia de la universidad del Quindío, tomo II, inédito, 1987

[xviii] Ibídem.

[xix] Congreso de Colombia. Leyes de 1961. Ley 135 de 1961.

[xx] Archivo de la Universidad del Quindío. Libro de Actas 1964.

[xxi] Archivo de la Universidad del Quindío. Libro de Actas 1966

BIBLIOGRAFÍA

ARANA Losada Jacob. Historia de la Universidad del Quindío. Tomo I, II, III, IV. Mimeografiado, Universidad del Quindío. Armenia 1987.

ASCUN. Primer Seminario de facultades de Ciencias de la Educación. 1962

ASCUN. 50 años construyendo pensamiento universitario 1957-2007. Panamericana, 2009, Bogotá.

MORALES Benítez, Otto. Historia de la Universidad del Quindío y otros escritos académicos. Editorial Universidad del Quindío. Armenia, 2000.

SEPÚLVEDA, Jaime. Intereses sociales en la creación de la universidad del Quindío. Inédito, 1985.

FOTOS

  1. La UQ y sus primeros equipos de tecnología educativa
  2. Otto Morales Benítez y Darío Leyva Troncoso, dos de los fundadores de la UQ
  3. Antiguo edificio de la alcaldía de Armenia, antes Rentas Departamentales de Caldas, donado a la UQ por la alcaldía, y donde inició actividades la universidad.
  4. Antigua sede del Club Campestre, actual barrio La Nueva Cecilia, lote donado por la alcaldía a la universidad.
  5. Carné de los primeros estudiantes de Topografía
  6. El mosaico de los primeros graduados de la U.Q.
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