Por Germán Estrada Mariño

La terapia de pareja es el medio más eficaz basado en la evidencia científica en psicología de las relaciones humanas para restaurar una relación de pareja que puede estar o no rota, frágil, vulnerable, pero que siempre se puede mejorar y fortalecer. El amor requiere de alimento.

La terapia de pareja no está dirigida solo a parejas en crisis graves por infidelidad, violencia, alcoholismo o luchas jurídicas por custodia de los hijos u otros graves y comunes motivos de consulta que llevan a las personas a consultar cuando muchas veces es demasiado tarde.

La terapia de pareja está destinada a cualquier pareja que quiera fortalecer los vínculos afectivos y aprender a amar mejor y hacer más feliz al ser amado.

En 1997 un teórico diseño una teoría llamada la teoría triangular del amor en la que se describen teóricamente tres dimensiones que han demostrado estudios están asociadas a un amor fuerte, estable, consistente y resiliente ante las crisis. El amor fuerte puede afrontar crisis económicas, tentaciones, interferencias de la familia o suegros, terceros que quieran dañar la relación. El amor fuerte puede afrontar una enfermedad con más fortaleza o incluso el desgaste de la relación por monotonía, o rutinas desgastantes que traen consigo los años, la ausencia de novedad , la crianza de los hijos, los altibajos de la vida cotidiana y la perdida de la atracción física y de la calidad de la sexualidad.

Estas tres dimensiones asociadas a un amor fuerte son:

Intimidad: es la base de las otras dos, aunque muchas personas crean que es al revés. La intimidad noes sexual es emocional. Esta es la intimidad más importante.

La intimidad emocional incluye variables que han demostrado estudios tienen las parejas más exitosas y estables como: Apertura (capacidad de abrirse y contar con el otro), Confidencialidad (prudencia y secreto entre la pareja); Complicidad (capacidad de apoyar al otro y de comprenderle incluso cuando se equivoca sin juzgar ); Empatía( capacidad de ponerme en el lugar de mi pareja y de prever sus emociones sufrimientos y fuentes de sufrimiento y felicidad); Compasión (capacidad de procurar la felicidad del otro ser humano y evitarle sufrimiento, con una elevada consciencia de sus necesidades sueños y deseos); Soporte y motivación( capacidad de apoyarle en sus sueños incluso si no siempre son compatibles con los míos, si por ejemplo, implican seguir una vocación un deporte o un oficio, deporte o aspiración de crecimiento personal  que  llena e inspira a mi pareja,   aunque yo no comparta ese mismo gusto o vocación, pero que me llevan apoyarle por su felicidad más que por la mía, sin egoísmo ni control como ocurre en los destructivos  celos narcisistas y  patológicos . 

La intimidad emocional incluye además la capacidad de Perdonar, ya que se valora al ser por su esencia más que por sus errores. El perdón como oportunidad de aprendizaje y mejora,  es siempre la primera opción, a no ser que uno de los dos miembros de la pareja sea una persona maltratante reincidente o  quien jamás reconoce errores a pesar de que su pareja se los señale y que es incapaz de sentir culpa, remordimiento o arrepentimiento,  lo cual  le deja una pobre capacidad de insight (Introspección) que le impedirá cambiar incluso en terapia a no ser que tome terapia individual, a lo que un individuo cínico suele negarse, a no ser que encuentre un terapeuta que le sirva de cómplice y le reafirme en todos sus mecanismos de defensa en su victimización y en su marcado discurso manipulador.

De lo contrario, y cuando hay empatía, aunque sea poca, porque se puede fortalecer en terapia, el perdón es la primera opción y este  surge de la intimidad emocional, que me permite, incluso, entender la historia de vida de mi pareja y de ver  como, aunque se equivoca, no pretende hacerlo y su personalidad es consecuencia muchas veces, de una historia difícil o incluso traumática en su infancia que debo reconocer y  comprender no para justificarle, sino para poder realmente conocerle y entenderle profundamente antes de juzgarle duramente .

Ese lado oscuro que descubrimos en el otro es el que nos lleva ver a los individuos como buenos o malos, a amar o a odiar, a acercarnos e idealizar y enamorarnos y luego alejarnos. Este mecanismo se conoce como escisión y no es parte de un amor maduro sino infantil, destructivo y necio.

Un amor maduro no ve las cosas desde los extremos de la idealización y la devaluación, sino que ve al otro como un todo con potencialidades y debilidades y es capaz de entender al otro, así como busca ser comprendido.

La terapia ayuda a que cada uno identifique sus propios patrones disfuncionales de conducta, aprenda a reconocer errores, se ponga en el lugar de otro y luego asuma una posición madura proactiva, empática,  conciliadora, e incluso creativa  y no como es común en parejas que deciden separarse y que asumen típicamente  una posición inmadura de víctima, de solo culpar al otro, una posición, vengativa , proyectiva ,resentida e incapaz de ver las cosas como un todo, que le impide  reconocer como los propios patrones pasivo- agresivos u otros patrones  comunes como la  indiferencia, la  frialdad, el  desinterés, el orgullo y la soberbia o el  involucramiento a terceros para buscar aliados que le victimicen y le den la razón, son al final, tan solo  patrones que mantienen  a su vez, los patrones disfuncionales del otro, de los cuales me quejo llevándonos como pareja,  a un círculo vicioso, destructivo cíclico e inmaduro.

El amor maduro se construye entre dos y la terapia de pareja es una gran alternativa para entrenarse en consciencia, en introspección,  en humildad, en inteligencia emocional y en estrategias de resolución de conflictos, comunicación, conciliación y actitudes proactivas y maduras.

Reinventa y fortalece tu relación con una buena terapia de pareja especializada y efectiva.

No temas a ser mejor. Sal de la zona de confort, de miedo, arrogancia y negación.

La terapia de pareja es para valientes que se atreven a salir de su zona de prepotencia, orgullo y egoísmo, con el fin de ser mejores seres humanos y dejar una huella de amor, en ese ser que tanto amor nos da, y que merece a su vez recibir, el mejor lado de nosotros mismos (as).

GERMAN ESTRADA MARIÑO

PSICOLOGO CLINICO

PSICOTERAPEUTA INDIVUDUAL DE PAREJA Y FAMILIAR

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

PERITO FORENSE

LIDER CAMPAÑA PREVENCION DE SUICIDIIO JUVENIL

316 4502080