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Medio Ambiente  |  07 mayo de 2024  |  12:00 AM |  Escrito por: Administrador web

El secreto de las plantas: 200 especies de semillas tiene la carpoteca de la UQ

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Por: Nathalia Baena Giraldo

En un rinconcito de la Universidad Jardín habita un guardián que protege un gran tesoro. No se trata de joyas ni dinero, sino algo mucho más valioso: el poder de las plantas. Uno de los secretos más útiles para aportar soluciones a muchas de las consecuencias que son resultado de la crisis climática que vivimos hoy.

En el invernadero de la Universidad del Quindío se encuentra la carpoteca: una colección científica de aproximadamente 200 semillas vegetales para fines educativos e investigativos que tiene las ventanas abiertas al mundo. La palabra carpoteca viene del griego karpon, que significa fruto, y sperma, que significa semilla.

No obstante, es mucho más que eso: un bosque dormido, un jardín ancestral, un museo de historia natural, un hogar de superhéroes en un suelo fértil listo para germinar el futuro.

Gerardo Ramos Valdés, técnico ambiental del Jardín Botánico de la Uniquindío y encargado de la colección, también hace parte del grupo de Investigación en Ciencias Agropecuarias (GICAP), adscrito a la facultad de Ciencias Agroindustriales y liderado por el docente Rigoberto Villa Ramírez, en el cual se estandariza un trabajo fuerte y consciente con las semillas vegetales, de la mano del invernadero de la Universidad del Quindío.

Ciencia que custodia la vida

Los estudiantes, docentes e investigadores del GICAP van a campo, identifican los árboles, revisan cuáles sirven de rodales semilleros y colectan las semillas. Esas semillas llegan al invernadero, en donde inicia la etapa de secado natural, luego se le realizan pruebas agronómicas que van desde la selección de las semillas hasta el pesaje y la pureza.

Después se lleva a cabo la etapa de viabilidad, que consiste en la obtención de un porcentaje de esas semillas, abrirlas y aplicarles cloruro de tetrazolio para que reaccionen con el oxígeno y se confirme su vitalidad. La semilla es un ser vivo que está en un periodo de latencia o dormancia, que espera las condiciones ideales para activarse. Esas condiciones normalmente son humedad, brillo solar y un sustrato específico.

Luego de la viabilidad y de haber pasado por una última y detallada revisión de insectos, perforaciones y agentes fitopatógenos, viene el proceso de etiquetado y almacenamiento en frío. Gracias al trabajo que ha hecho el Herbario de la UQ, ya se tiene la plena identificación de las semillas, proceso que es necesario para que la institución pueda realizar ciencia que aporte al territorio y a la conservación de la biodiversidad.

Ramos Valdés explicó que lo ideal es tener las semillas dentro del enfriador un máximo de 12 meses, porque al cumplir su ciclo como material de docencia e investigación, pasan al invernadero a los módulos de germinación, producción y propagación vegetal, en donde se transforman en plántulas que son sembradas en nuestro territorio.

Semillas: guardianas de nuestro territorio

Son aproximadamente 200 las especies de semillas vegetales que tiene actualmente la carpoteca de nuestra alma mater, la mayoría pertenecen al departamento del Quindío, Risaralda, Tolima y Valle del Cauca, recolectadas en los trabajos de campo realizados por docentes y estudiantes de la institución.

Dentro de las semillas más comunes que hay, se encuentran el Samán, especie importante para la región porque es un árbol de porte alto que brinda sombra para los sistemas agrosilvopastoriles, que es productor de alimento para la avifauna y que, además, es fijador de nitrógeno. También está el café arábico sembrado en el relicto boscoso; el Guayacán de Manizales, el Amarillo y el Rosado; el Vainillo, el Jagua y la Palma de Corozo, entonces muchas otras.

Si bien es cierto que estamos en un punto de no retorno ante la crisis climática, todavía hay acciones que pueden ayudar a mitigar esos impactos que genera en nuestro medio ambiente, y una de ellas es la propagación de especies vegetales. “Sembrar árboles es una de las acciones más nobles e importantes que podemos hacer, ya que ellos capturan el dióxido de carbono, regeneran suelos, sirven de alimento para la avifauna, contraen la erosión y purifican el aire”, señaló Ramos Valdés.

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