Llegaron en la tarde del jueves 5 de diciembre y en menos de una hora detectaron el cuerpo del pequeño Jean Pierre, que había sido atrapado por un alud de tierra desde el sábado último en la Escuela Teresa García de la vereda Travesías del municipio de Calarcá.

Eran seis los muertos, pero hasta entonces, solo cinco cadáveres habían emergido de entre el barro, cuatro días atrás, los de Deisy Buriticá, de 41 años de edad, y sus hijos Andrés Felipe, de 15 años, Leison Estiven de 11 y Jhon Freddy Lasso Buriticá, de 15 años, así como un compañero de estos, William Camilo Ospina Pineros, de 11 años.

Las esperanzas de encontrar a Jean Pierre Isaza de 11 años se diluían, hasta que ellas, Sacha y Darsy se metieron en el barro, olisquearon durante un buen rato, y empezaron a escarbar y a ladrar en un sitio determinado. “Ahí debe de estar, lo encontramos”, dijo Héctor Antonio García Rico, miembro de la Unidad Canina del CTI de la Fiscalía y encargado de las dos perras pastor belga que habían llegado con él desde Pereira.

El tiempo cambió en forma inesperada. Empezó a llover y se dio la alerta de desalojar el lodazal que había formado el enorme deslizamiento que empezó en la noche del viernes 30 de noviembre y se concretó en la mañana del sábado, enterrando las seis personas.

Los rescatistas volvieron a las 7 de la mañana del viernes 6 de diciembre, de nuevo con las dos perras, que de inmediato se pararon en el mismo sitio de la tarde anterior. Allí empezaron a cavar los soldados, los bomberos y los miembros de la Defensa Civil, con el desespero en el hocico de Darsy, que con cada palada sentía más cerca el olor del niño. Hasta que apareció. No hubo júbilo, sino tristeza, como en los cinco casos anteriores. Es el triunfo de hallar el cadáver, pero la melancolía de la muerte no permite celebrar.

Tacha y Darsy se retiraron del sitio. Habían cumplido su misión, de forma rápida. Para eso se entrenan. Llevan cerca de cuatro años olisqueando, día de por medio, cuerpos o elementos con olores parecidos a los cadáveres que tienen más de 24 horas debajo de deslizamientos o de escombros de terremotos. Ese entrenamiento, de la mano de Héctor Antonio García Rico, las convierte en las más expertas en Colombia para hallar personas en los desastres. Por eso, siempre están listas, de la mano de su entrenador, para salir a cualquier parte del país, en busca de aquellos que tuvieron la mala suerte de morir por cuenta de una tragedia provocada por la naturaleza.

Las perras, flacas ellas, fueron presentadas, también, como grandes colaboradoras en las labores de rescate, en la rueda de prensa que se ofreció en el cuerpo de bomberos de Calarcá, para anunciar que se habían terminado con éxito las labores de rescate en la vereda Travesía del municipio de Calarcá.