Por Arcesio Chica Jr.

Cuánto diera uno por no escribir sobre el tema que tenemos sobre el tapete, la pandemia y la consecuente cuarentena, pero es difícil porque ese tema está ahí rodeándonos y a algunos apabullándonos con ese peso enorme que significa un cambio de 180 grados en nuestras vidas futuras.

Si uno cree que la tal cuarentena no es el remedio ideal pues surgen inquietudes válidas y sumamente preocupantes al ver el desarrollo de la misma. A veces se consideran algunas medidas necesarias e importantes para respetar la salud propia y la de los demás, pero otras son realmente delirantes y comienzan a dar visos dictatoriales porque violan derechos consagrados en nuestra constitución y que podemos y tenemos que exigir para dejar de ser como: “Vicente pa’donde va la gente”.

Uno de los temas que ha saltado a la palestra es la de las famosas zonas de alto riesgo, o zonas de alerta naranja como las ha denominado la alcadesa de Bogotá y por ello han sido cerradas, donde nadie sale o entra, y es ahí donde se comienza a recordar hechos aciagos de la historia.

Hace años se comenzó con los ataques a algunos almacenes y comercios, no; esos son vándalos, gente que le gusta arrasar con todo, eso va a pasar y se dejaba así, luego las famosas estrellas de David... ah, no eso es para evitarnos problemas, y se dejaba así, luego que al llevar estrellas no se podía transitar por ciertos lugares... qué bueno que nos cuidan, y se dejaba así, y después, no... es mejor que permanezcan encerrados en tales y tales calles para que no tengan contacto con los demás, y se dejó así y lo triste a nadie le importó.

Los vándalos son más controlables con la cuarentena o zona naranja; ya se inventaron un dispositivo que señala que Ud está contagiado...Celulares y su registro! Entonces no se puede salir de casa y menos entrar a un sitio que se quiera, y los último avisos y cintas que advierten que allí es más fácil contagiarse y es mejor abstenerse de entrar. Lo más triste es que nadie dice nada, nadie protesta, todos con la cabeza gacha y obedientes y quietos en primera!

Pero, y lo más grave, ¿por qué esas zonas naranjas sólo están en el sur de Bogotá?, y ya comienzan a crecer por todo el país, si no, vean Cali y Cartagena, y como aquí en el pueblito todo se copia muy pronto las vamos a tener aquí, pero eso sí, desde la calle 21 hacia abajo y en todos los barrios donde vive la clase que se puede dominar con esa terrible y poderosa palabra: MIEDO

Será que soy exagerado, ave de mal agüero o ¿por qué, mejor no dejamos así?, Ay! Dios.