Entre robos, disparos y una ciudad que arde por los enfrentamientos de poderosos gánster que la habitan en una atmosfera al mejor estilo de viejo oeste, la vida de Joe Coughlin está en el sitio de confort como bandido. Nada parece motivarlo a hacer parte de ninguno de los bandos en disputa. Él no aspira a ser mafioso, pero lo único que sabe o al menos de lo que quiere vivir el resto de sus días es de delinquir. Una contradicción que explica en sus acciones.

Son los años 20 y Boston como el resto de Estados Unidos está ad portas de la gran depresión económica y ya vive la prohibición del alcohol. Joe sobrevivió a la Primera Guerra Mundial pero la que lo espera será mucho peor. En esta las trincheras serán calles comunes y corrientes con transeúntes desprevenidos que quedan en el fuego cruzado o por alguna bomba puesta en un carro o local comercial.

Luego de un amor prohibido y de pisar terrenos ajenos, Joe encuentra en la venganza la única razón para tener un ascenso en el mundo del hampa. Entre decisiones a sangre fría donde la crueldad es el pasaporte a sus metas, este hombre hijo de un policía se va convirtiendo en alguien que puede llegar a construir para sus enemigos el infierno como castigo, aunque si quisiera, crearía un cielo propio y placentero en el cual sentarse a ver los atardeceres, solo que no puede estar para esas cosas.

La violencia lo atrapa y aprieta. Cada acto de guerra, negocios, dinero o muerte lo conducen poco a poco a unas consecuencias apenas lógicas y justas.

Y en esa ruta de subida hacia su nuevo y oscuro destino hay también policías en la nómina de los mafiosos, así como poder, mujeres hermosas, vicios, racismo, casinos y un ingrediente común en el mundo de los gánsters, la traición.

Vivir de noche es la cuarta película de ficción dirigida por el también reconocido actor Ben Affleck, que se estrenó en la silla de mando con una obra majestuosa del año 2007 llamada Gone Baby Gone, luego Ciudad de Ladrones en el año 2010 y Argo dos años después, merecedora de premios internacionales.

En esta oportunidad Affleck también escribe el guion, basado en la novela de Dennis Lehane y logra darle a su trabajo de autor una interpretación visual que no desentona, como hasta ahora no lo ha hecho, mostrándonos un personaje con motivaciones claras y aunque en momentos parece que nos desconecta de la historia con algunas secuencias que le ponen freno al acelerado mundo del crimen, en general hay un cúmulo de información muy bien condensada que retoma luego y distribuye correctamente en las 2 horas con 10 minutos que dura la cinta.

Con una notable influencia de Martin Scorsese, referenciado porque esta es una producción de cine de gánster, Vivir de Noche tiene todo un sentido coherente de altas y bajas donde las deudas se pagan así hayan pasado los años. Es una historia en la que todos sus personajes por pequeños que parezcan, intervendrán con sus decisiones y afectarán a Joe de forma defiitiva, así como él intervino y afectó en sus vidas.

En general, Vivir de Noche es toda una glorieta de venganzas y sin salidas. Un bucle como suele ser el día a día de la mafia, donde sus integrantes no pueden ver en paz ni siquiera un atardecer y muy pocas veces llegan a viejos.

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