Hace más de 110 años, exactamente en 1910 el concejo de Armenia aprobó una partida para la erradicación de los gallinazos, estos animales estaban causando enfermedades en la poca población de la recién creada localidad, pues el agua que se utilizaba en la mayoría de los hogares para cocción de los alimentos provenía del agua lluvia que se recogía en canecas o baldes a través de los canales de las casas y esta estaba contaminada con las heces de las aves negras y carroñeras que surcaban el cielo del joven municipio caldense.

En la actualidad, los gallinazos hacen parte del panorama de Armenia, se han convertido en una verdadera plaga alimentada por la irresponsabilidad de un gran parte de ciudadanos que sin ningún amor propio por la ciudad arrojan las bolsas de basura en cualquier esquina, en las vías, situación que se presenta en la mayoría de los más de 200 barrios de Armenia.

Vecinos del barrio Granada de Armenia han denunciado en varias ocasiones esta situación. En el sector hay una gran cantidad de restaurantes y sitios de comidas rápidas. A lo largo de la carrera 23 y calle 11 son muchos los locales que desde el pasado fin de semana han vuelto a atender, a domicilio o para llevar, a cientos de comensales que se acercan a la zona. Los propietarios de esos establecimientos con el panorama que se presenta sobre todo en las mañanas tienen por sentado que la carrera 23 y calle 11 son el mejor sitio para depositar las basuras y sobras, desechos que quedan después de la preparación de las comidas que expenden.

Las basuras son tiradas al frente o en las esquinas de estos locales de comidas, sin ningún escrúpulo a donde llegan en la madrugada primero los indigentes y recicladores, segundo alguno que otro perro y por último los gallinazos en cantidades alarmantes, más dañinos que los perros y quienes se encargan de romper con sus picos y patas las bolsas plásticas y esparcir los desechos por todas partes formando un panorama de ciudad sucia, abandonada, con la basura al cuello y con la protesta de unos cuantos habitantes del sector.

José Jairo Rincón vecino de la zona, indicó que no entiende cómo los propietarios de los locales de comida son protagonistas de este panorama. “No sé cómo hacen para vender, pero más grave aún no sé por qué la gente compra en estos lugares. Si los comerciantes le dan este manejo a las basuras que producen desorden, afean la ciudad y atraen los gallinazos, no creo que cumplan las normas de higiene para la preparación de los alimentos”, enfatizó. Dijo asimismo que desconocía la labor de los organismos de salud del municipio “a quienes tampoco les importa porque ni se aparecen por aquí”.

Los gallinazos, dijo otros de los habitantes del barrio, no tienen la culpa ellos huelen y buscan su alimento y por la irresponsabilidad de los comerciantes se han tomado una confianza enorme tanto así que no temen ni siquiera a los carros y motos que transitan por esta zona.

Los escobitas de Empresa Públicas de Armenia cumplen con su labor de limpieza en este y todos los barrios donde la situación ya es una constante. Las calles y las esquinas quedan limpias a las 9:00 o 10:00 de la mañana. La basura vuelve en la noche y los gallinazos en la mañana.

Proponen algunos vecinos, “ante la irresponsabilidad y cochinada de los propietarios de los locales de comida”, la implementación de contenedores de basuras. Piden asimismo más compromiso de la alcaldía municipal en la inversión para una solución al problema que está generando, aparte de un feo panorama, roedores y otra clase de animales que atentan contra la salud de los pobladores de la zona.

“El Granada es una vergüenza, es el reflejo del poco amor, de lo nada que nos duele la ciudad y de la indiferencia de una gran mayoría de los ciudadanos tanto de los que se lucran como de los que frecuentan el lugar”, manifestó don Gustavo Restrepo.