Felipe Villamil

La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el miércoles 11 de marzo de 2020 que la covid-19, la enfermedad causada por el coronavirus pasó de ser una epidemia a pandemia, lo que prendió las alarmas en todo el mundo por la fuerte propagación y las lamentables muertes que suscitaría.

En ese orden de ideas, el martes 17 de marzo el presidente Iván Duque Márquez declaró estado de emergencia en el país, donde debían acogerse todos los territorios a través del liderazgo de sus gobernantes, con el fin de mitigar la propagación de la pandemia y generar estrategias de impacto frente a la actual crisis que vivimos.

Todo lo anterior es de conocimiento de todos en el marco general que ha desatado la pandemia, afectando en gran medida el sector salud y visibilizando las falencias tan notorias que vive el país para dar garantías a la ciudadanía en materia de acceso a la salud.

Por otra parte, la economía ha sido uno de los sectores más perjudicados, pues tanto los grandes empresarios, comerciantes, emprendedores y trabajadores informales han tenido que cerrar sus negocios o suspender sus actividades, sortear las dificultades con el pago de nómina de sus empleados, deudas y arrendamientos, sumado a las dificultades y afectaciones al tejido social que son de conocimiento de todos en cada territorio.

Aún permanecemos en estado de emergencia en el país y afrontando con muchas dificultades esta situación como consecuencia de esta crisis, pero con la actitud y las ganas de salir adelante y sobrellevarla a pesar de las circunstancias. Cada persona ha tenido la oportunidad de reflexionar y repensar muchas cosas, entre ellas se han resaltado las palabras SOLIDARIDAD, que es esa capacidad de pensar en el otro, ayudarlo a solucionar una situación, y la EMPATÍA, como la capacidad de comprender los sentimientos ajenos y ponernos en los zapatos del otro.

De todo lo anterior podemos concluir que la vida nos deja muchas enseñanzas y reflexiones, muchos preocupados anteriormente por qué ropa comprar y usar cada día y hoy cualquier prenda de vestir para estar en casa nos parece buena. Ir a trabajar e interactuar con muchas personas de manera presencial y hoy hacerlo frente a un dispositivo tecnológico. Ver clases en el colegio, universidad u otro instituto educativo donde se comparte con los compañeros; allí se juega, se aprende y se disfruta, pero hoy hay que hacerlo de forma virtual.

Algo tan básico como saludar de beso, abrazo o extendiendo la mano cambió totalmente. Hoy nos toca desde lejos o con el codo y, finalmente, ni qué decir de los lujos, de nada valen, pues no poder utilizarlos en muchos aspectos valen poco comparado con lo valioso que es tener a alguien cerca o un abrazo.

Hemos entendido el valor de lo simple, cuando hago referencia a esta frase es resaltando que, aunque podamos estar en una situación complicada a nivel familiar, económica o personal, hay un factor preponderante y es valorar lo simple de un abrazo, un beso, la compañía de nuestra familia, nuestro hogar, nuestra pareja, un amigo, nuestra mascota, un saludo, un mensaje, una llamada; querer nuestro entorno, disfrutar de hacer ejercicio, sonreír y soñar.

Twitter: @Felipevilla088 – [email protected]