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Armenia  |  31 julio de 2020  |  12:00 AM |  Escrito por: Rubiela Tapazco Arenas

Parque De Sucre, “Yo no amo Armenia”

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Por Germán Rojas Arias

Con grandes letras de llamativos colores verde, blanco, rojo, amarillo azul, vino-tinto, naranja el parque De Sucre de la capital quindiana recibe a propios y extraños con la frase Yo amo Armenia, aviso este que se convierte en una paradoja pues el estado de este pulmón de la ciudad dice todo lo contrario.

El más antiguo de los parques de Armenia, el parque De Sucre, padece de abandono en varios de los lugares de su interior que alguna fueron vez habilitados para el sano esparcimiento y el encuentro agradable de los ciudadanos y visitantes a la sombra de sus árboles y la vista verde de sus prados y jardines.

El Sucre ha pasado por varias etapas, sus frondosos árboles han sido testigos del desarrollo de la ciudad. Allí funcionó el primer cuerpo de bomberos y se deleitaron los armenios con la tradicional Retreta integrada por 19 músicos.

En 1999, el parque De Sucre fue el principal protagonista de la ciudad, cuando el terremoto de aquel 25 de enero acabó con la vida y las ilusiones de cientos de quindianos. Ha sido y es el parque De Sucre un sitio de encuentro, de referencia. En el 2008 fue reconstruido y se convirtió en la sala de entrada del centro comercial de cielos abiertos La Calle Real, obra que en conjunto fue ganadora de la Bienal de Arquitectura. A dicha sala le fue agregado un gran sofá de concreto con cojinería de fina madera en su asiento y espaldar que invitaba al descanso físico y visual.

En tiempos de la pandemia, julio de 2020, el parque De Sucre presenta deterioro en sus partes blandas. Los prados de uno de sus costados desparecieron para darle lugar a la tierra que hoy día muchos utilizan para llevar a sus mascotas y depositar allí sus heces.

El puente metálico instalado en el centro del parque está podrido, requiere cambio casi en su totalidad porque en cualquier momento puede colapsar. Igualmente la poceta, sin agua, y la caseta de madera presentan deterioro y falta de mantenimiento.

El gran sofá de la sala de recibo del parque comercial de cielos abiertos La Calle Real quedó desnudo en su totalidad, su asiento y espaldar de madera desaparecieron por obra y magia de los ciudadanos que sin ningún sentido de pertenencia por su ciudad acaban con todo lo que encuentran a su paso y una administración municipal que patrocina el detrimento patrimonial con su ineptitud y falta de autoridad.

Vecinos del sector denunciaron la falta de cuidado de árboles y prados, al igual que el creciente consumo de estupefacientes de jóvenes en horas de la noche y de alcohólicos a cualquier hora del día.

El parque De Sucre, al igual que el de Los Fundadores si bien tiene sitios estacionarios de comidas también presenta una creciente población de vendedores ambulantes que sin dios ni ley así como en el resto de la ciudad utilizan el sitio para toda clase de comercio.

Requiere el parque atención en todos sus frentes, pero sobre todo compromiso ciudadano y gubernamental de parte de los encargados: EPA, Bienes y Suministros, Planeación municipal o la Edua que se tiran la pelotica y evaden su compromiso cada que vez que se pregunta por los parques u otro bienes públicos de la ciudad como los Paraderos con Espacio Público entregados por la Empresa Amable al municipio.

A los turistas, es decir, a la visita hay que recibirla con respecto y con el mejor vestido.
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