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Cultura  |  11 octubre de 2020  |  12:00 AM |  Escrito por: Rubiela Tapazco Arenas

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Un texto de Guillermo Salazar Jiménez.

"A alguien a quien verdaderamente le gusta el futbol nada le importa quién gana o quién pierde, porque solo el verlo jugar es un gran y bello espectáculo", no creyó que se trataba de una frase de García Márquez. La frase lo motivó a salir de la monotonía de la cuarentena, encendió el televisor para ver los partidos pos pandemia del fútbol profesional colombiano.

Se interesó por los cambios realizados en los equipos colombianos durante el tiempo de descanso obligado. Como los partidos de la liga alemana iniciaron antes, observarlos le permitió valorar sus avances. Los estadios vacíos significan mucho para los hinchas, pensó en Eduardo Galeano: “No hay nada menos mudo que las gradas sin nadie”

La pandemia obliga a cambios para preservar nuestro fútbol como empresa no solo para equilibrar los desfases económicos sino para hacerlo atractivo. Sin hinchas en las graderías es como bailar sin música o ir a la playa sin sol. Valoró que Alemania transformó a fondo su filosofía y organización e imaginó que se apoyaron en aquella frase “Si perdemos seremos los mejores, si ganamos seremos eternos” de Pep Guardiola.

Cuando ganó por tercera vez el mundial de 1990 y con motivo de la organización como sede en 2006, Alemania decidió construir los estadios para beneficio de los clubes. Fue el comienzo del éxito que continuó con combinar la fuerza, el choque y la superioridad física con recursos técnicos del juego alegre y bonito. Pensó sobre los proyectos económicos para equilibrar las finanzas de los clubes y la acertada regla según la cual cada equipo debía tener su academia formativa de jugadores.

Sacchi, ex seleccionador de Italia, dijo que “la victoria podrá quedar en los libros, pero la forma de conseguirla queda en la cabeza de la gente”. Imaginó que en la mente de los alemanes agradar quedó tan enraizada que apoyaron a sus equipos de tal manera que ya no dependieron de los ingresos por televisión, los aportes con sentimiento de pertenencia como hincha y los patrocinios convirtieron la Bundesliga en una de las más fuertes del mundo. “La mitad más uno”, regla de oro que permitió transformar a los hinchas como dueños mayoritarios de los equipos, en contraste con los equipos nuestros donde tienen un dueño o pertenecen al mayor accionista.

Concluyó con que este paso de lo táctico y técnico a lo humano ratificó que el hincha es la razón de ser del fútbol como deporte y espectáculo. Con razón el presidente de la Bundesliga declaró que “en la innovación está el futuro de la liga, es por eso que los clubes y sus hinchas deben ser más importantes que las mismas figuras del fútbol”.

En lo humano del fútbol, Christian Seifert, presidente de la Bundesliga, lideró la idea de llegarle al corazón de los hinchas con los goles anotados, por ello juzgó que el fútbol alemán actual se basa en llegar al arco contrario y aprisionar la vida del hincha en el tiempo que dura el partido.

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