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Judicial  |  07 diciembre de 2020  |  12:00 AM |  Escrito por: Edición web

Así relató Rosalba a la Fiscalía cómo mató a Betty Vallejo, y cómo enterró su cadáver

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Rosalba Marín Montes, una de las dos implicadas en el asesinato de Betty Vallejo, le contó a la Fiscalía, el 4 de diciembre, cómo asesinó y enterró a Betty Vallejo Reyes, el pasado 8 de septiembre en una casa del barrio Los Quindos, primera etapa.

El Fiscal séptimo especializado hizo el relato escalofriante para sustentar la medida de aseguramiento de las mujeres e indicó que Rosalba Ruiz Montes, el 8 de septiembre sostuvo una discusión acalorada con Betty Vallejo, por una humedad que se presentaba en el primer piso de la vivienda demarcada con la manzana 5 casa 36 del barrio Los Quindos primera etapa que como arrendatarias habían tomado la madre e hija.

Este es el relato de Rosalba Marín Montes: “Yo residía como inquilina en la casa del barrio Los Quindos primera etapa desde el 23 de agosto hasta el 17 de Septiembre de 2020 cuando me fui debido al caso de la familia de Betty, que la estaba buscando. Hicimos negocio con la señora Betty, acordamos un arrendamiento de $380.000 pesos más servicios. Al llegar a vivir en la casa notamos una humedad en la pared de la última habitación y la dueña se comprometió a arreglarla pero no lo hizo. El día martes 8 de septiembre eran las 11:00 de la mañana cuando doña Betty se mostró disgustada porque pretendíamos hacer instalar el servicio de parabólica y ella no quería porque eso le provocaba paso de agua por la cuerda y le entraba al apartamento. Yo le dije que me la dejara colocar porque era mi derecho y la señora Betty se enojó. Ese día en la mañana ella se asomó por la ventana de arriba me preguntó por la humedad y le dije que seguía mal. Solicitó que la dejara entrar para mirar la pared y la humedad, fue hasta la pieza y se enojó, dijo que la culpa de la humedad era mía, yo le dije que eso ya estaba y de repente se mostró agresiva, levantaba las manos, discutía y se me vino encima alegando, mi reacción fue defenderme y empujarla, ella cayó contra el pollo de la cocina, se golpeó la cabeza y comenzó a chapalear, estirar las piernas, yo me asusté y no sabía que hacer, me quede bloqueada, nunca imagine eso y nunca fue mi intención de hacerle daño, hasta que dejó de respirar”.

La partió a la mitad

Rosalba siguió su narración: “No sabía que hacer, iban a ser la 1:00 de la tarde pensé que iba a llegar mi hija del trabajo, comencé a pensar qué hacer con el cuerpo. Me dio miedo porque de pronto llegaba la Policía y se me ocurrió llevarla al patio de la casa. Cogí un machete y un martillo, luego empecé a partirla por la cintura y con el martillo golpeaba el machete en dos partes. Luego busqué dos chuspas de bultos de concentrado para perros y en cada uno metí cada parte del cuerpo, amarré las bolsas y las puse en un carrito de mercado color rojo con el que acostumbraba hacer las compras”.

Un señor la enterró como si fuera un perro

“Salí de casa solo para buscar un sitio y saber a dónde llevar las dos partes del cuerpo de doña Betty, vi un señor afuera por el lado de la escuela, hacía abajo, en un sector que ya no eran Los Quindos, le dije que si me podría ayudar a enterrar unos perritos que se me habían muerto. El señor me dijo que yo debía hablar con la Policía porque los perros no se pueden enterrar así y le contesté que no tenía plata para un entierro. El señor me propuso hacer dos huecos para enterrarlos cerca de su casa y que se los llevara a las 3:00 de la tarde”.

“Yo lleve las dos bolsas a las 2:30 de la tarde. Cuando iba con la primera bolsa vi un hueco, al llevar la segunda se la entregué y el señor se encargó de enterrarla, le pagué 50 mil pesos y me fui de ahí. Al señor nunca lo había visto y no lo volví a ver, me fui a casa, limpie con jabón y límpido, utilicé una toalla vieja con la que secaba a las perritas después del baño. Como el cuerpo de doña Betty arrojó mucha sangre, se coaguló, yo cogí en una bolsa y al día siguiente la boté al camión de la basura. La casa de abajo se comunicaba con el segundo piso en la parte interna, subí a la casa de la señora Betty y saque varias cosas como ollas metálicas, sartenes, cobijas, sabanas, ropa y toallas y unas carteras para hacer pensar que se había ido de la casa. También cogí el celular de doña Betty, porque al momento de caerse, el celular se fue al piso lo cogí y lo guarde en mi armario”.

La huida

“Ese día mi hija Maricela se fue a trabajar como a las 10:00 de la mañana, porque trabajaba en Lucerna, al regreso en la noche la casa estaba limpia y ella no se dio cuenta de lo que yo hice nunca insinué nada de lo que hice. Como la familia de la señora Betty empezó a acosarnos mucho, decidí irme de la casa porque hasta mi hija empezó a decirme cosas y estaba molesta por la situación, me preguntaba que si yo sabía algo, le decía que no y tomé la decisión de irme al Valle del Cauca, luego a Armenia y posteriormente a Caldas”.

Rosalba Marín finaliza el relato diciendo: “Todo lo que sucedió solo lo sabía yo, porque no lo había contado, hasta que no lo pude ocultar y están involucrando a mi hija que nada tiene que ver en el caso, además me arrepiento de lo que hice y deseo que la familia de doña Betty, pueda de alguna manera descansar hasta ver lo que le paso a ella dejando en claro que nunca quise que eso pasara y todo comenzó con un accidente, en este caso solo participe yo”.

Luego de tres horas de audiencia, la Fiscalía solicitó la medida de aseguramiento en centro carcelario en contra de Rosalba Marín Montes y su hija Maricela Ruiz Marín. El Juzgado Segundo Promiscuo Municipal de Circasia con Función de Control de Garantías encontró los elementos suficientes para dictar medida preventiva de la privación de la libertad para las implicadas en el asesinato y desaparición de la señora Betty Vallejo Reyes.

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