A las 7 de la mañana empezó la apuesta por la segunda dosis de la vacuna contra el Covid-19 en la jornada de este 17 de junio, para centenares de personas en Red Salud, sede ubicada en el sur de Armenia.
 

Por fortuna, la mañana soleada facilitó las cosas para la gente que se aglomeró en la pequeña puerta de ingreso a las instalaciones de la edificación, con la expectativa de lograr un cupo luego de haber recibido la primera dosis semanas atrás, en otros centros de salud de esta capital donde el proceso fue ordenado y ágil.
 

El portero pedía que hicieran la fila junto a la malla que rodea el lugar y la cual se extendía muchos metros más allá, era una fila interminable, mientras llegaba y llegaba gente.

De repente, salieron dos funcionarios que empezaron a recibirle a cada persona su carnet de vacunación y la cédula y como para dorar la píldora, advertían que tenían que tener paciencia, que esto se demoraba un poquito.

Pues el poquito, fueron 10 horas de fila, de espera, de paciencia, de incomodidad, de sol, de hambre, de angustia, de malestar, de estrés y para muchos de indignación.

Personas en sillas de ruedas, con discapacidad cognitiva, con movilidad reducida, adultos mayores que llegaron caminando y no tenían para el pasaje en el bus y devolverse a sus casas, personas que al carecer de recursos para el pasaje, pués, mucho menos tenían para un almuerzo, todos veían pasar las horas frente a una institución indolente que no brinda las mínimas condiciones para la atención a sus usuarios.

Gente que llegó a las 7 de la mañana y a las 12 del día seguía esperando ser vacunada sin la probabilidad de ser atendida en las dos horas siguientes, con rostros de desnutrición, con caras de dolor, con señales de cansancio, con deseos de ir al baño y sin contar con la posibilidad de hacerlo, por la inexistencia de uno público.

Los minutos pasaban, las horas avanzaban y de tanto en tanto, por un altavoz se escuchaban los listados de quienes debían ingresar y por fin sentarse bajo unas carpas a seguir haciendo fila otro rato más.

Definitivamente, si esto no es una tortura qué lo es? quienes llegaron a las 7 de la mañana, todavía a las 4 de la tarde no escuchaban su nombre, no oían el llamado, mientras muchos de ellos durante todo el día, se ubicaron en el duro separador de la avenida frente al Hospital del Sur, corriendo todos los riesgos de ser atropellados por un vehículo o por las motos que pasan veloces, sometidos a todos los peligros, sin que esto genere la menor inquietud a las directivas del hospital.

Algunos funcionarios se asomaban por las ventanas y volvían a sus rutinas luego de observar a tantos abuelos, madres, padres, tíos y vecinos soportando entre el aburrimiento, comentarios de desagrado y "un poquito de paciencia", como se los advirtieron al principio de la jornada, la inadecuada atención, la burocracia en su máxima expresión, la desadministración y el maltrato a la comunidad.

Parece que en la institución consideran que es un favorcito que le prestan a la gente con menores recursos y que todos estamos obligados a aguantar el mal servicio, la desorganización, la evidente falta de atención con calidad, la carencia de humanidad, de sensibilidad, de sentido común, de amor al prójimo etc.

Después de las 5 de la tarde, un funcionario dijo con toda la tranquilidad posible" Ya esperaron lo más...esperen lo menos" y una mano suave, inoculó el líquido en el brazo izquierdo y cumplido el propósito.... 10 horas después. Gracias por su eficiencia, funcionarios de Red Salud.