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Cultura  |  12 diciembre de 2021  |  12:00 AM |  Escrito por: Administrador web

Duque, Franco y Agudelo. tres homicidas de Manizales - Otro cuento de la tía Clara

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Por el Flaco Jiménez.

La tía Clara se recostó contra el mostrador y dijo: “Que envidia de los hombres que se rascan las bolas tranquilamente y en cambio a una le pica la cuca y tiene que volverse contorsionista, ayudarse con la escarcela o frotarse con disimulo contra el mostrador.

Todos celebramos la ocurrencia porque la tienda estaba llena de contertulios y la tía sirvió la primera ronda de Amarillo, se aclaró la garganta con un Pielroja, y dijo:

Voy a contar la historia de los tres colonos que mataron en 1851 al hombre más rico de Manizales: Elías Gonzales. Y lo mataron aquí precisamente en Guacaica, pasando el puente, con una escopeta de fisto.

¿Tres asesinos y una sola escopeta? ¿Quién disparó la escopeta?

Un colono de nombre bisexual como dicen ahora

¿Cómo así que bisexual tía?

La tía Clara se tomó el segundo Amarillo y explicó que aquel colono se llamaba José María pero como era machista, no le gustaba que le dijeran así. Había que decirle simplemente José…

No me diga más tía. Apuesto a que Elías Gonzales lo llamó simplemente María… y por eso lo mató.

No sea tan atarantao lombriciento y espere que en la olleta hay más. El agua viene sucia desde la toma. Resulta que ellos ya habían tenido su encontrón por una boleta que le mandó el muerto exigiéndole que desocupara la finquita que estaba abriendo por los lados de El Manzanillo.

O sea que Elías lo boletió y por eso José lo mató.

No mijo. Josemaría se limitó a responderle a Elías con las siguientes palabras que todavía se recuerdan en Manizales: “¿Que le desocupe Elías? Como ño moñito. Comeme toche que está de noche.

¿Y quién era ese Elías pues, que se hizo odiar tanto?

Ahí viene lo bueno sobrino. Resulta que Elías Gonzales era tío, y era socio, y era heredero del expresidente ladrón.

¿Expresidente ladrón? ¿Cuál de todos, tía?

Eeeeeh Ave María. Espabilece sonso. Desenculequese y ponga. ¿No le conté pues la semana pasada de un expresidente y exgobernador y exsenador paisa que se apoderó de estas selvas con testigos comprados? ¿No le conté que ese avivato despojó a don Fermín López del Morro de Sancancio?

Ah sí tía. Pero eso fue veinte años antes.

Pues en Colombia la historia se repite por culpa de los enteleridos como usted que vuelven a elegir a los mismos ladrones.

Sin revolverle política tía. Ya le mandaron decir algunos lectores, que se calle la boca.

A mí no me calla nadie cursiento. La boca es pa´brila, la risa es pa´rila y la música es pa´ñola.

Jajajaja usted siempre tan ocurrente tía y con esa retentiva. Pero siga con el cuento. ¿Cómo fue que Elías dio papaya para que lo mataran? ¿Qué más le hizo a don Josemaria ?

Pues la cosa se quedó así y Josemaría siguió montando su finquita en El manzanillo, que como su nombre lo indica era una selva que estaba tuquia de esos arbolitos venenosos y resulta que un día le volió machete a uno de esos manzanillos y le chilguetió leche de manzanillo. De inmediato le salieron ronchas en las manos, le dieron fiebres y vómitos y tuvo que irse para el rancho a echarse agua y a renegar porque estaba perdiendo el día.

Muy de malas ese güevón interrumpí yo Un montañero y resultar alérgico al monte.

Mas güevón es Usted sobrino me regañó la tía Clara, que no tenía pelos en la lengua y se puede decir que era la única parte donde no tenía pelos. ¿Pa´qué fue que estudió tanto zorombatico? Sépa y entiénda que el Manzanillo es un árbol tan venenoso, que lo hace brotar a uno con solo pararse al frente. Se lo advierto porque a usted le gusta poner en el monte y es muy fácil que se encuentre con el manzanillo por ahí.

Yo agaché la cabeza y la tía siguió contando que Josemaria estaba desesperado en el corredor del rancho, rascándose como un mico porque ya tenía ronchas en los sobacos, en las ingles y hasta en la salida pa´Neira, cuando en ese momento llegó un filipichín montado en mula muy fina y con dos peones de estribo.

Esta tierra es mia dijo el azaroso recién llegado, que era un hombre grande y culichupao de temperamento rudo. Mire las escrituras en papel sellado y debidamente plastificadas. Haga el favor de firmar aquí.

Apuesto tia, que era Elías Gonzales en persona

Nooooo. Pues que tan avispao, este tuntuniento. Dígame qué come que adivina.

Bueno pues tia, mejor tómese uno, que es preferible uno encima de otro que otro encima de uno. Y cuénte que le respondió Don Josemaría al gamonal Elías?

Lo mandó a tomar por culo, sobrino. Como estaba de mal genio, disque lanzó un gargajo a diez metros de distancia y se mandó la mano al machete de 22 pulgadas. De aquí salgo, pero con los pies por delante, disque le respondió.

No joda. ¿Y el gamonal que hizo?

Pues nada mijo. Se quedó quietecito. No ve que Don Elías era gente de bien. Por la noche sus peones le metieron candela al maizal de Josemaría y las llamas alcanzaron el rancho también y casi queman a los niños chiquitos.

Josemaría Duque tuvo que dormir en el monte con la familia y al otro día se fue para Manizales, y formó corrillo con otros colonos que traían la misma queja: Elías Gonzales los amenazó en el día y como no quisieron firmar los incendió en la noche. Eran más de sesenta los ofendidos.

Pero esto era una selva cuando yo llegué gritó Nepomuceno Franco, con voz ronca y levantando el zurriago . No había indios siquiera y QUE YO SEPA, los indios HAN SIDO los únicos dueños de estas selvas.

Eduardo Agudelo, otro colono muy viejo que se parecía al Quijote, y a quien le faltaba una mano, como a Cervantes, levantó el mocho y dijo que había perdido la mano en el pantano de Vargas al lado de mi general Bolívar. Dijo que tenía derecho a su pedazo de tierra en esta PATRIA que ayudó a independizar de España.

Yo le di una mano a La Patria dijo muy serio y ahora la patria debe darme una mano.

La Patria son los criollos ricos de Bogotá interrumpió Duque a quien la piquiña lo tenían puto ya . Y los soldados patriotas, como usted, apenas fueron carne de cañón.

No le gustó a Don quijote, que pocas carnes tenia, que le llamaran carne de cañón, pero luego entendió la frase cuando supo que los jueces de La patria a la que dió una mano, le iban a quitar su tierrita.

Son una mano de hijos de la gran puta dicen que dijo. Pero a la tía Clara no le consta, ni a mí tampoco. Yo solo escribo lo que me cuentan.

Los ofendidos colonos mandaron una comisión a Salamina para poner el denuncio y tres meses después se supo que regresaba Elías con sus paracos y con la policía, para desalojar a Josemaría y a los colonos que no quisieron firmar, pero al pasar el puente aquí sobre el río Guacaica, sonó un disparo de escopeta desde un matorral de la orilla y cayó del caballo ya muerto o se mató en la caída

Hecha la investigación se descubrió a los causantes de la muerte: José María Duque, Nepomuceno Franco y Eduardo Agudelo, pero en el matorral encontraron solamente una escopeta.

Llevados a Salamina ante un juez, este les preguntó: ¿Quién disparó?

¡Yo! Contestó José María Duque, al mismo tiempo con los otros dos.

El Juez miró a los tres hombres y rápidamente vio que Agudelo era manco y Josemaría Duque tenía las manos hinchadas por la alergia. Entonces declaró culpable a Nepomuceno Franco y a los otros dos cómplices y encubridores. Pero los atropellos de Elías Gonzales en Arma, en Neira y en Salamina ya eran conocidos por ese juez, así que la sentencia para el asesino fue solamente simbólica. Le puso el remoquete de "MATAELÍAS", lo cual, si se mira bien, más que un castigo, era una mención honorifica.

Cuando volvieron a Manizales los recibieron con sancocho de gallina.

 

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