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Colombia  |  14 febrero de 2022  |  12:00 AM |  Escrito por: Administrador web

Homenaje a los periodistas en tres toques

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Por: Danilo Gómez Herrera

Pregonero de tu historia

 

El periodismo. Un mundo fascinante. Una actividad que siendo bien ejercida representa a los que no tienen voz. Pertenezco a la generación de periodistas que enfrentó los vetos y la censura, y que miro con asombro cómo hoy se practica la autocensura. En esta nota quiero hacer referencia a tres grandes del ejercicio periodístico en Colombia. Quiero empezar con Hernán Peláez Restrepo quien se convirtió en el referente para nosotros los periodistas deportivos.

Pero este ingeniero químico dio un gran paso cuando incursionó en programas de opinión siendo líder en franjas radiales que hicieron época en este país, tales como La Polémica de los deportes, La Luciérnaga y el Pulso del fútbol. Sin dejar de lado un espacio de reportajes dedicado a los grandes del fútbol en El Café Caracol.

Hernán Peláez Restrepo ha sido calificado con acierto como el “Rey midas” de la radio en Colombia porque los programas que dirige tienen gran aceptación de la audiencia. Esto queda demostrado ahora en el otoño de su vida, con el programa Peláez y De Francisco que se transmite en W Radio.

Al referirme a este gigante de la radio en Colombia no sólo toco al periodista deportivo, campo en el cual de hecho es el más grande, sino que extiendo el espectro al periodista integral.

Gabriel García Márquez nuestro Premio Nobel de Literatura era en esencia un escritor, pero en sus inicios también se ganó la vida como periodista. En la sala de redacción del diario Crónica en Barranquilla desató esa capacidad para imaginar y contar su mundo mágico. “Gabo” hacía reportajes, redactaba noticias, pero los directores de medios descubrieron pronto que en él residía un periodista diferente. Un hombre de letras. Sus amigos de “La Cueva”, cuna de intelectuales en La Arenosa, le insistían:” tu periodismo es muy literario”.

Ese periodista que disfrutaba las eternas tertulias con sus amigos del grupo de Barranquilla, un día decidió aceptar la invitación de sus colegas para asistir al estadio Romelio Martínez y ver un partido clásico en la época de El Dorado, cuando Atlético Junior recibió la visita del Millonarios de Pedernera y Di Stéfano.

Y éste fue el resultado de su percepción de ese espectáculo futbolero, que no era precisamente el que ocupaba sus horas, que más bien prefería dedicarlas a una sala de cine, como también a las tertulias en la Cueva.

 

La crónica de García Márquez sobre un partido del Junior

 

Jugaban Junior y Millonarios en el estadio Romelio Martínez. Transcurría el año 1950. Era la época de El Dorado en el naciente fútbol rentado de Colombia. Y en la tribuna estaba un escritor de excepción, el joven periodista Gabriel García Márquez. Y estas fueron sus impresiones del juego…

“En primer término, me pareció que el Junior dominó a Millonarios desde el primer momento. Si la línea blanca que divide la cancha en dos mitades significa algo, mi afirmación anterior es cierta, puesto que muy pocas veces pudo estar la bola, en el primer tiempo, dentro de la mitad correspondiente a la portería de Junior”.

 

Y siguió con el análisis de los futbolistas… “Por otra parte, si los jugadores del Junior no hubieran sido jugadores sino escritores, me parece que el maestro Heleno (De Freitas) habría sido un extraordinario autor de novelas policíacas.

Su sentido del Cálculo, sus reposados movimientos de investigador y finalmente sus desenlaces rápidos y sorpresivos le otorgan suficientes méritos para ser el creador de un nuevo detective para la novelística de policía.

De la Tour habría escrito versos, también inspirados poemas de largometraje, cosa que no podría decirse de Ary, porque de Ary no puede decirse nada, ya que sus compañeros del Junior no le dieron oportunidad de demostrar al menos sus más modestas condiciones literarias. Y esto por no entrar con Los Millonarios, cuyo gran Di Stéfano si de algo sabe, es de retórica. ¿Qué tal mi debut como comentarista de fútbol?” Escribió aquella vez García Márquez.

Así remató su particular escribo “Gabo” en el lejano año de 1950.

 

Samper Pizano “Cardenal”

 

Es momento para hacer mención de Daniel Samper Pizano, en este trío de ases. Pero no voy a referirme a sus bondades como escritor, o al autor de aquellas inolvidables columnas en el diario El Tiempo. No señores, hoy tocaré al dirigente futbolero. El equipo capitalino que luce el rojo y blanco en su uniforme ha sido varias veces campeón de Colombia. En su nómina han brillado futbolistas criollos y foráneos de gran cartel.

Entonces si un hincha cardenal está leyendo estas líneas de inmediato evocará a Alfonso “El Maestrico” Cañón y Adolfo el “Tren” Valencia. También a Osvaldo Panzuto y Alberto Perazo, los goleadores del equipo en aquel título de 1960. Así las cosas, los fanáticos santafereños de ayer y hoy seguirán esculcando en su memoria.

Pero no hay nada que hacer. La mejor contratación para Independiente Santa Fe la hizo el periodista Daniel Samper Pizano. Y no fue una inversión millonaria. Tampoco tuvo que ir hasta Argentina. El negocio lo hizo en Pereira, exactamente en el zoológico Matecaña.

 Eso sí, se trató de un gran romperredes, digo, porque fue un golazo publicitario. Su Nombre: monaguillo. Su costo: dos mil pesos.

No existe un futbolista por famoso goleador que haya sido, que tenga tanta aceptación y sea tan grato a la memoria de los hinchas cardenales como su inolvidable mascota Monaguillo.

Si señores, el leoncito cachorro que le vendió Rafael Cuartas Gaviria, en aquel tiempo gerente del parque zoológico matecaña, al famoso columnista y dirigente del Santa Fe.

En el estadio El Campin durante muchos años se ha vendido el leoncito de Felpa y las canciones de los Cardenales van acompañadas del rugido de la feroz mascota. Y también se volvió paisaje en el estadio el hombre que disfrazado de León anima a la tribuna.

Se recuerda que en 1975 cuando Santa Fe salió Campeón su capitán Rafael Pacheco salía a la cancha exhibiendo a Monaguillo. Pero cuando el animal creció lo paseaban en una jaula previo a los partidos.

La anécdota: Wilson Ospina quien era veterinario del zoológico en aquel tiempo, me confesó que una vez lo llamó Daniel Samper Pizano para pedirle ayuda en el manejo de Monaguillo. Resulta que lo sacaron a un parque cercano a la sede del Santa Fe y el leoncito no quiso regresar a su celda. El veterinario viajó a Bogotá y logró dominar al animal. La familia creció y recientemente cuando Santa Fe exhibió con orgullo su título en el fútbol femenino anunció con pompa la nueva estrella ganada por “Las Leonas”.

 

 

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