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Armenia  |  08 marzo de 2022  |  12:00 AM |  Escrito por: Administrador web

Me quieren determinar

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Un texto escrito por ​​​​​​​Nancy Ayala Tamayo.

Mediante sentencia C-055 de Febrero de 2022, la Corte Constitucional de Colombia, despenalizó la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) por parte de las mujeres. Hace justicia para aquellas en mayor estado de vulnerabilidad pues admite, sin que ello sea objeto de encarcelamiento, la decisión hasta la semana 24 para todos los casos y, en cualquier momento, cuando hay violación y/o abuso, malformación insalvable del feto y peligro para la vida de la madre.

También ordena, al sistema de salud y a toda la institucionalidad, acoger sin reservas la sentencia. Así, reconoce nuestros derechos sexuales y reproductivos en los que solo puede mediar el libre albedrío.

Abordo la reacción de rechazo de creyentes cristianos en general, pero no solo éstos.

Reconozco y respeto la similitud doctrinal de todas las iglesias cristianas, en cuanto sustentan su dogma en un Ser Humano que busca sentido a la existencia más allá y por fuera de sí mismo. Un ser, una esencia universal e inmodificable, con una orientación hacia Dios entendido como ‘misterio’. La filosofía nomina esta forma de estar en el mundo como ‘trascendencia’. En otra perspectiva, los laicos entendemos que nuestra existencia recae sobre sí misma, no está más allá de nosotros.

El Humano es un Ser-en-devenir, sin esencia que lo constituya, no es universal y es modificable. En filosofía toma el nombre de ‘inmanencia’. Para los laicos la existencia se renueva constantemente, nos orientamos por el conocimiento, por la observación e interrogación sobre “la vida tal como es y cómo podría ser”.

Señalo, en correspondencia con lo escrito, que el poder omnímodo de la iglesia en siglos anteriores se modificó (asumo que prácticas desplegadas por ésta como Las Cruzadas y la Santa Inquisición quedaron en el pasado) con la aparición del Estado Liberal Moderno, uno de cuyos pilares es la separación Iglesia/Estado. Ante las leyes del Estado todas y todos somos iguales y cualquier creencia merece igual protección. Para Colombia este ordenamiento jurídico se expresa en la Constitución de 1991 y sus posteriores desarrollos, de acatamiento obligatorio en todo el territorio. La Corte Constitucional es garante.

Ahora bien, si se trata de evitar a las mujeres el drama de encarcelamiento por tomar estas decisiones, si para ninguna es obligatorio, mucho menos les piden abjurar de su fe -tampoco a los hombres-, ¿en dónde tiene sustento la resistencia generada? Es obvio que el obstáculo real expuso su rostro. La sentencia devela y pone a tambalear la lógica patriarcal de dominación, jerarquía, centralización y determinación, la misma que estructura la institucionalidad eclesiástica.

Umberto Eco, en intercambio epistolar con el arzobispo italiano Carlo Maria Martini (“En qué creen los que no creen”, 1995), luego de revisar el dogma católico que ayudó a formular Santo Tomás de Aquino, le pregunta cuáles son las razones de la iglesia para prohibir el sacerdocio de mujeres. Eco parecía consternado con las afirmaciones del santo: “Cristo debía ser hombre porque el sexo masculino es más noble”; “los varones son superiores y más aptos para la sabiduría que las mujeres”; “las mujeres, puesto que viven en estado de sumisión, no pueden recibir el orden sacerdotal”.

A lo que responde el cardenal: “… Jesucristo escogió a los doce apóstoles. Este debe ser el punto de partida para determinar cualquier otra forma de apostolado en la Iglesia…se trata de aceptar que Dios se ha comunicado de una cierta manera y en una cierta historia…que nos sigue determinando todavía hoy”. Y agrega: “una praxis de la Iglesia tan profundamente enraizada en sus tradiciones…atañe a su propio misterio; … el deseo de la Iglesia es ser fiel a los actos salvíficos que la han generado y que no se derivan de pensamientos humanos sino de la propia actuación de Dios”.

Hombres, jerarcas, patriarcado, misoginia. Así, las mujeres hacemos la trazabilidad del mundo impuesto por siglos. Mecanismos reforzados por la iglesia, en su ‘misterio’, desde la cultura colonizadora. España católica en el Nuevo Mundo. Colombia.

La corporalidad y corporeidad de las mujeres han sido imaginadas por otros como sumisión. Pero ahora, tomando conciencia de nuestra autonomía y modificabilidad afirmamos: somos-en-devenir. Existimos. Nuestras historias hacen Historia. Con el movimiento feminista alrededor del mundo hemos ido robusteciendo otra lógica, la descentralidad, que abre una comprensión general hacia la existencia de distintas personas, grupos y culturas que se ven a sí mismas como el centro del mundo y que, por tanto, son evidencia de que existen muchos otros. Un giro civilizatorio.

El giro discurre por caminos que dan cuenta de “la vida tal como es y cómo podría ser”. Las sociedades se construyen, no son inmodificables, ni universales, ni determinadas de antemano. Lo que reclamamos las mujeres, (la despenalización de la IVE entre otros) es que nadie, de antemano, determine nuestro mundo.

¿Es mucho pedir, a quienes no han comprendido lo expuesto, que se abstengan de manipular conciencias difundiendo mentiras y generando miedos?

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