Permitir el reciclaje de los empaques de Tetrapack, convirtiéndolos en un material espumoso de muy baja densidad, es decir con poco peso por volumen, es el propósito de la investigación llevada a efecto por un estudiante de maestría de la Universidad del Quindío.

La “fabricación de espumas de polialuminio basadas en envases de tetrapack” es el proyecto desarrollado por el estudiante Edwin Salazar, de la maestría en Ciencia de los Materiales en el Laboratorio de Fibras Vegetales y Aglomerados del Instituto Interdisciplinario de las Ciencias dirigido por el doctor Gerardo Fonthal.

El producto que es impermeable al agua, cuenta con propiedades de aislante térmico y acústico, que le permiten ser útil en la fabricación de paneles para cielorrasos, paredes divisorias de oficinas y aislamientos en estudios de grabación y parlantes. Adicionalmente, es importante resaltar que este material tiene mejor consistencia y durabilidad que el icopor.

En el proyecto dirigido por el PhD. Gerardo Fonthal, se destaca que la porosidad y elasticidad del material que le permite absorber vibraciones, lo que implica baja inercia durante sismos, manteniendo la misma resistencia mecánica, y aportando con gran pertinencia a la construcción en un territorio de tanta vulnerabilidad sísmica como el departamento del Quindío.

Los envases de Tetrapack han tenido una gran importancia en tiempos modernos porque sirven para almacenar leche, jugos, o bebidas en un recipiente hermético que permite la conservación del alimento por tiempos largos. Dichos envases están constituidos por cartón, polímero y aluminio, y si no se reciclan adecuadamente, se constituyen en un elemento altamente contaminante.

Según el estudiante investigador, Edwin Salazar, “el Tetrapack no es atractivo para el reciclaje ya que es un material compuesto y la separación de dichos elementos genera costos extra, especialmente lo relacionado con la separación del polietileno y el aluminio que requiere equipos muy costosos”.

Agrega, “hemos sabido que en Cali, Bogotá y Medellín se está reciclando este tipo de material para hacer madera plástica y utilizarla en la fabricación de muebles a través de su trituración y compactación para fundir el polietileno y dar cohesión a todo el material”.

También explica que “aquí utilizamos el polialuminio para la fabricación de espumas, dada su baja conductividad térmica, por lo cual se le puede usar en construcciones en donde se requieran sistemas de calefacción o aire acondicionado para minimizar pérdidas de calor y esto se vea reflejado en menos costo energético”.

En cuanto al aluminio presente en las espumas, proporciona al material la capacidad de absorber impactos de alta energía convirtiéndolo en óptimo para la fabricación de vehículos.

Finalmente, agrega que se trata de un material de amplio rango de aplicación con un importante aporte a la conservación del medio ambiente, dado que se utiliza un elemento que es considerado “basura” y que en su fabricación no se requieren sustancias tóxicas ni dañinas para el medio ambiente.