El infarto agudo de miocardio o también conocido como ataque al corazón, es considerado una de las principales causas de fallecimientos en el país. Según el Ministerio de Salud, en el mes de febrero del 2022, más de 28.000 personas fallecieron por esta causa, cifra que se podrían reducir desde la prevención ya que su principal desencadenante está relacionado con malos hábitos de vida.

Desde la Nueva EPS se entrega una serie de recomendaciones para que en caso de que usted padezca una situación como esta, logre identificarla de manera prematura y pueda reaccionar a tiempo.

El infarto de miocardio es una patología que se caracteriza por la muerte de una porción del músculo del corazón, esta se produce cuando se obstruye completamente una arteria coronaria por acumulación de los desechos grasos dentro de las arterias. Cuando el músculo cardiaco carece de oxígeno por demasiado tiempo, el tejido de esa zona muere y no se regenera.

Los síntomas previos son varios, entre ellos el más significativo es el dolor torácico o abdominal, que se irradia a los hombros o brazos, y puede ir acompañado de mareos, ansiedad, palpitaciones, sudoración y dificultad para respirar. En mujeres, además de los síntomas mencionados, se puede presentar un intenso dolor en el cuello y la mandíbula, cansancio y debilidad.

La persona debe dejar cualquier actividad que esté realizando y pedir ayuda, e inmediatamente acercarse al servicio de Urgencias.

Los factores de riesgo son:

• Colesterol elevado: el organismo obtiene colesterol adicional que contienen grandes cantidades de grasas saturadas.
• Diabetes: Si usted sabe que sufre de diabetes, está debe estar controlada por el médico tratante y así evitar que los niveles de glucosa (azúcar) en sangre puede reducir su riesgo cardiovascular.
• Obesidad y sobre peso: el exceso de peso puede elevar el colesterol, causando el taponamiento de las arterias.
• Alcohol: el consumo excesivo de bebidas alcohólicas repercute en los niveles de azúcar y presión arterial, además del alto contenido calórico que representa.
• Inactividad física: las personas inactivas tienen un mayor riesgo de sufrir un ataque al corazón. El ejercicio quema calorías para mantener un peso saludable, ayuda a controlar los niveles de colesterol, la diabetes, y posiblemente disminuya la presión arterial.
• Herencia: es uno de los factores que presentan mayor probabilidad en caso de que algún familiar en primer o segundo grado de consanguinidad la padeciera.
• Sexo y edad: estadísticamente los hombres son quienes más sufren de enfermedades cardiovasculares, principalmente mayores de 65 años.
  Como se puede prevenir:
• Abandonar el consumo y la exposición a productos derivados del tabaco y evitar la exposición permanente al humo de leña.
• Reducir al mínimo el consumo de alimentos ricos en grasa trans (aceite o manteca de origen animal, margarina, y aceite reutilizado), bebidas azucaradas (refrescos, gaseosas), conservas o encurtidos. Incluir en la alimentación cinco porciones diarias (400 gramos) de frutas y verduras y reducir el consumo de sal.
• Realizar actividad física, son suficientes 30 minutos de caminata diaria durante 5 días a la semana. En niños y adolescentes, el tiempo es el doble y se deben incluir actividades deportivas vigorosas
• A partir de los 30 años, se aconseja realizar controles clínicos periódicamente.