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Región  |  26 octubre de 2022  |  12:00 AM |  Escrito por: Administrador web

El renacer del Ecoparque de la Salud en Cartago Valle

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Este es un texto de Henry Plazas Olaya.

En el lenguaje coloquial de los ambientalistas, se dice que solo se cuida y protege aquello que se quiere y según los sociólogos, solo se quiere aquello que se conoce, de modo que para cuidar un parque o destino turístico, hay que conocerlo, y eso fue lo que descubrimos un domingo en la búsqueda de sitios naturales tranquilos y seguros, donde invitar a pajarear, caminar, disfrutar sin afanes ni angustias, puesto que por su ubicación, un poco escondido en la comuna 4 de Cartago, no lo habíamos podido localizar antes.

Al fin, después de preguntar un poco, descubrimos un lugar paradisiaco en medio de una ciudad que ha cercado ese pulmón ambiental, rodeada de construcciones de diferentes tamaños, casi siempre de tipo familiar de buen diseño y materiales modernos, así como un edificio público correspondiente, según me dijeron, a un centro de salud, a medio construir que ojalá, no se convierta en otro elefante blanco.

El ambiente cercano al parque de la Salud o parque del Samán es típico de barrio de clase media con buenas vías pavimentadas en su mayoría, negocios de tiendas de abarrotes y en medio de vecinos amables y colaboradores para ubicar la entrada al parque, un poco escondida por la falta de señalización.

Así fue como al penetrar en el parque nos recibió con una amable sonrisa Don Onías, quien escoba en mano se dedicaba a barrer las numerosas hojas y ramas que por el tiempo de la visita y por las continuas lluvias y vientos, permanecían sobre un patio amplio que, a manera de entrada, da apertura a los caminos o senderos que posee el parque

La primera impresión que me llevé de don Onias, fue que se trataba del portero o celador, de modo que le pregunté donde se cancelaba la entrada a dicho parque y con la amabilidad de vecino voluntario de querer colaborar con el forastero, me dijo que ese parque es público, y que por lo tanto no había costo -esa fue la segunda favorable impresión -  puesto que estamos acostumbrados en nuestro país, a pagar hasta grandes sumas  para poder entrar o atravesar un predio privado para  llegar a cualquier parque natural, jardín botánico, reserva, cascada, mirador natural o terreno de valor paisajístico interesante, solo  para hacer aviturismo o practicar senderismo o conocer la naturaleza.

Pues don Onías no solo nos indicó las características y alguna historia de este parque, sino que tuvo la amabilidad de acompañarnos durante todo el recorrido por los buenos senderos con pasamanos y pisos bien conservados, a manera de guía de sitio, sobre todo cuando saqué de mi mochila, la cámara de fotografía, frente a algunos jóvenes que me parecieron estar en actitud, que de alguna manera podría considerarse de cuidado, frente a la vulnerabilidad de un turista en trance de conocer un nuevo sitio.

El hecho es que el parque está alrededor de un lago de aproximadamente una hectárea, en cuyo centro se hallan algunos árboles que las garzas blancas quienes han adoptado allí su sitio de llegada y de incubación, de la misma forma como sucede en Pijao, o sea que hay otro sitio “donde ponen las garzas”.

Talvez el abundante excremento de las Garzas sobre el lago, ha favorecido la proliferación de una diminuta alga flotante (Lemna minor) llamada allí “lenteja”, que prácticamente cubre la totalidad del espejo de agua, impidiendo de esta manera la oxigenación del agua, desluciendo el entorno y evitando el bienestar de la fauna acuática que allí habita.

Pero no solamente pudimos observar las garzas sino también innumerables especies de aves, como Garcillas, Cotaras, Bienteveo, Espatulillas y una familia de Rapaces como el Cara cara y muchos más, cuyos registros pude captar no solo en mi cámara, sino lo más importante: en mi memoria de admirador de la naturaleza y por supuesto en el listado de Ebird.

Sin embargo, varios metros adelante, con complacencia vimos que se estaba bombeando agua fresca y que en el centro del lago funcionaban fuentes oxigenadoras alimentadas con paneles solares y que de acuerdo con el guía improvisado que encontramos, supimos que los vecinos se han organizado como Junta de acción comunal del Barrio El Samán, para cuidar y mejorar este espacio natural y con la policía de turismo para darle la seguridad deseable para los turistas que son atraídos por la belleza del lugar.

Pero la mayor sorpresa, fue que pocos días después de nuestra visita, el vecino cuidador voluntario del parque, me ha compartido algunas fotos, que acompañan este texto, donde se observan grupos de vecinos, en jornadas voluntarias de trabajo ambiental, quienes con  la ayuda de la Defensa Civil, la CVC, las empresas municipales de la alcaldía,  la Policía ambiental, los niños,  y otras organizaciones, han retirado con redes y barreras de guadua, las algas que estaban impactando el lago, han sacado las basuras, arreglado algunos pasos de los senderos, han sembrado árboles y colocado nuevos avisos informativos así como mensajes de exhortación al cuidado de este pulmón de la ciudad y están en el proceso de mejora ambiental y recuperación del lago, con recambio de agua, control de las algas y aumento del oxígeno disuelto

Valga resaltar que, con este tipo de acciones, los vecinos se empoderan de su entorno, lo valoran y así protegen algo tan importante como es un sitio de descanso, relax y meditación frente a un lago, en pleno centro de la ciudad.

Este parque de la Salud en Cartago, donde se puede ir desde el Quindío, sin pagar peajes, merece ser reconocido por propios y extraños, ser visitado y disfrutar su entorno y frescura en plan de fin de semana como uno de los Destinos con Sentido.

Queremos entonces, desde este medio, reconocer como una comunidad de barrio, se une proactivamente para recuperar un espacio ambiental valioso con el objeto de ponerlo al servicio de la ciudad, como una manifestación de trabajo comunal y de conciencia por dejar este mundo algo mejor de lo que lo encontramos. Nuestro deseo es el de continuar por lo menos cada 6 meses con acciones similares para evitar el deterioro normal y la vigilancia de estos espacios naturales.

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