La urbe, sus lugares, los personajes y situaciones como un gran lienzo y las palabras como pinturas y pinceles, y con todo ese material recopilado en datos, observaciones, preguntas y respuestas, el periodista Julio Villanueva Chang plasmó a finales del siglo pasado las mejores obras de arte a las que llamó crónicas, publicadas primero en el diario el Comercio, de Perú, y posteriormente recopiladas en el libro Mariposas y murciélagos.

Pero si miramos las historias escritas por Julio Villanueva como poemas, podríamos decir que también lo son, entonces la comparación con el arte pictórico antes dicho se quedaría en otro plano pero igualmente válido. Y si las disfrutamos como literatura a modo de cuentos, sin duda que también aplica esta definición.

Porque llámense cuadros, poemas o cuentos, estas historias tienen la belleza artística que pocos narradores logran brindarle a sus lectores y con la que los conecta, y mucho más mérito tiene esta virtud si de crónicas se trata y se habla.

Estas son historias urbanas con más de 20 años de haberse escrito, pero que siguen tan vigentes en el mundo moderno, que parecieran recién salidas del horno de la redacción hace unas pocas horas y listas para ser consumidas por sus necesitados lectores en los quioscos de venta.

Pero esta crónicas cuando se escribieron, estábamos lejos de las redes sociales, los Android y toda la nueva terminología que ha desconectado cada vez más a la humanidad, pero pese a todo están vivas, reafirmando y confirmando lo que se ha dicho muchas veces en varios frentes; las crónicas son el mayor baluarte y el más preciado tesoro que le queda al periodismo, siempre lo han sido y lo serán.

Para la muestra de lo anterior existen las Mariposas y murciélagos que nos traje Julio Villanueva Chang. Una antología de crónicas reeditadas y publicadas dos décadas después y en un acto de bondad por Tusquets, del Grupo Editorial Planeta, como un regalo a quienes necesitamos viajar por las buenas historias de una Latinoamérica que parece existir en una fotografía incambiable y perpetua.

Que las disfruten.