“Pon distancia y trata de mantener la sonrisa. Sintoniza un rock and roll en la radio y ve hacia toda la vida que existe con todo el valor que puedas reunir y toda la fe que logres invocar. Sé leal, sé valiente, aguanta. El resto es oscuridad.”

Stephen King.

El colectivo café&letras renata en conjunto con el apoyo de la Corporación de Cultura y Turismo de Armenia, dieron en este año vida al proyecto “La Radio en el Quindío”, tertulia literaria que buscaba explorar esa historia referente a la comunicación y los primeros vínculos con la información generalizada y ‘al instante’ que se conoció en el siglo XX.

Dentro de las sesiones, debates, charlas y discusiones emanadas en este espacio fueron importantes los aportes desde la experiencia y el recuerdo, que apelando a las emociones e intensidad de lo vivido se conectaron con las valiosas participaciones, desde el trabajo y el arte de hacer radio, hasta los conceptos y teoría académica de los diferentes invitados; lo cual, brindó un panorama mucho más amplio de la significancia y trascendencia de un artefacto/medio de comunicación muy ligado a la vida social colombiana.

Todo inicia en la niñez ¿cómo no? Si, es en ese preciso lapso de la existencia que la creatividad, el asombro y el ingenio están a flote; es así como se recordó esos primeros encuentros con la radio en casa, de las hipótesis que originaban esas luces, figuras y voces que se difundían a través de esas cajas de marca Sanyo, Philips y RCA. Era tal la irrupción en las familias, que resultaba un elemento cohesionante, y en los más pequeños y pequeñas un objeto que tocaba escudriñar para averiguar el porqué de las voces que parecía, habitaban dentro de cables y bombillos, causando después regaños por dejar a la casa sin el medio para escuchar música, historias, novelas y noticias.

Sin duda la atribución expresiva de la radio es algo que siempre dará de que hablar e identificar: es ahí donde hay una similitud con los libros, puesto que son las palabras, unas escritas y otras habladas, las que se tienen que dotar de tal sentido que para las personas que las reciben, resulten con un alto nivel de descripción, permitiendo a la mente desarrollar e imaginar múltiples escenarios, donde la creatividad materializa lo no-ilustrado, una poética de la vida.

Fijándonos en la importancia de la radio en ese Quindío incipiente y rural, es superlativo que sean recordados programas como Radio Sutatenza, escuela de muchos a la distancia en esa Colombia profunda, el cómo era un fenómeno de hacer comunidad en las veredas y ranchos.

También existe una relación entre la radio y el café, pues era común ver a recolectores y personas del campo, con una radio ‘al cinto’; más teniendo en cuenta que en la segunda mitad del siglo pasado se vivió una bonanza proveniente de este grano y en la región del viejo Caldas específicamente, las personas tenían muchas veces el poder adquisitivo para comprar tecnología y crear comunidad alrededor de ésta.

Las sociedades se cimentan en discursos, instituciones y una consolidada cultura, donde lo popular muchas veces da cuenta de todo lo que no es hegemónico o que no proviene de los ‘grandes relatos’. La centralidad que ejercía la radio en las familias colombianas es algo muy interesante, puesto que es ahí donde como seres humanos nos relacionamos por primera vez, no solo con personas, sino con cosmovisiones y creación de identidades, de ahí que la repercusión en identidades y personalidades a partir de la radio es fundamental para entender el carácter social de este medio de comunicación, con la expresión de diferentes aristas de lo humano, llevando la voz de juventudes en su momento y de pensamientos de todo tipo.

Existe también una interpretación política dentro de la historia de la radio en el país, puesto que ésta sirvió como insumo para de alguna manera, establecer una identidad y promulgación de lo quindiano en los años en que se estaba estableciendo de esta forma administrativa, separándose del centralismo ejercido por Manizales, capital del viejo Caldas; es así como los comentarios e impresiones de distintos locutores de la región, calaban en los imaginarios y concepciones de muchas personas.

Así mismo, por medio de la radio se podían atestiguar hechos de tregua dentro del largo conflicto armado y social que ha vivido Colombia, precisamente en momentos de la vuelta a Colombia, donde parecía vivirse una tensa paz al menos mientras se desarrollaban y transmitían los eventos ciclísticos, haciendo un intertexto con las épocas de la Grecia del siglo VIII a. C. cuando la tregua olímpica suspendía por un plazo los conflictos bélicos entre polis y ciudades.

Las novelas que llevaron a muchos a llorar o emocionar al otro lado de la emisión, la pelea de boxeo que trasnochó a gran parte del país, los comerciales de diferentes productos populares, los grandes desenlaces y batallas libradas por guerreros sobre dos ruedas y unos pedales, también goles de antología como el empate a cuatro tantos en el mundial del 62 entre Colombia y la URSS, incluido el icónico gol de Marcos Coll desde el tiro de esquina, único en su tipo; configuran un entramado de emociones e historias increíbles que no dejan de sorprender y de evidenciar múltiples cosas, la expresión acogida por la escucha y el oír, el apelar a este sentido para dejar llevar lo que se conoce y lo que falta por descubrir es solo una de las definiciones que podemos darle a la radio.

El proyecto “La Radio en el Quindío” evocó diferentes impresiones para los asistentes, buscando y formulando preguntas en esas memorias de antaño, en las vivencias de los primeros años, en historias de viajes y lugares que recorren la geografía nacional y quindiana, casi haciendo una cartografía de la información y de cómo se constituían el entretenimiento y las visiones de país desde un dispositivo, desde las voces que correspondían con la cotidianidad en fincas y casas, llegando a los grandes eventos y derivaciones culturales que surgían a partir de ondas electromagnéticas sintonizadas.

En retrospectiva, se cumplieron los objetivos de la tertulia literaria al apostarle a este fenómeno comunicativo que sigue teniendo relevancia en las dinámicas sociales de colombianas y colombianos, traspasando generaciones, gustos e invenciones.