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Columnistas  |  15 diciembre de 2022  |  12:00 AM |  Escrito por: Jair Castro López

“¿Dueño de qué? dueño de nada…” Manuel Alejandro

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Jair Castro López

Por Jair Castro López

En mi condición de quindiano raizal, de afectos perpetuos por el Deportes Quindío, con licencia fugaz de mis quebrantos de salud para elaborar este escrito de obligado compromiso conceptual en lo atinente a la burla infame de repetitiva secuencia, referente al frustrado ascenso del equipo de la tierra, latente en las inagotables ilusiones de la más noble afición del país, sin soportes reales que rubriquen esperanzas alejadas de las manifestaciones masoquistas por parte de la parcialidad cafetera.

Hernando Ángel Montaño, sentó sus reales en la región, apoderándose de la más icónica expresión institucional, en el equipo representada, ultrajando la gloriosa gesta cívica que en 1951, convocadas las fuerzas vivas de la ciudad, construyó un estadio ( S.J. ) en tiempo récord, paralelo a la legalización participativa en el torneo profesional colombiano, 73 años ha.

Jornadas gloriosas tejidas en las gramillas dentro y fuera de la comarca, cubiertas de baldón, oprobio y estulticia, desde el funesto arribo del califa caucano. Ni la furia desatada de la naturaleza que asoló la región, logró doblegar el espíritu de cientos de coterráneos sumergidos en los escombros de sus viviendas, rescatando cuerpos sin vida para frustrados funerales.

Esa valerosa estirpe que se privó de lo esencial, en medio de la tragedia, para acompañar al onceno de sus entrañas, a sedes improvisadas, Montenegro, Cartago y otras, debido a los daños estructurales del estadio Centenario, salvado de la maza demoledora, gracias a la intervención del ingeniero alcalde, Mario Londoño, dedicado a la recuperación total del escenario.

Como sucede en casi todo el mundo del deporte, inversionistas con dineros calientes y fríos se vinculan con recursos para obtener réditos, sin afectar la imagen de la región. En el Quindío, como botones de muestra, CERQUERA, OVIEDO- TORRES, GUZMÁN, MORENO, LA DUPLA GONZALES – TABARES , EL BAVARIO LÓPEZ ; paradójicamente, los períodos de mayor fortaleza en nómina y resultados correspondió a la gestión de Moreno Jaramillo, el mismo que  trajo de Cali al Ángel de piedra, a quien protegió en su condición de Alcalde Cívico en la funesta administración de Luz Piedad Valencia, sombrío personaje adalid de la corrupción territorial , y quien encontró en el cívico dirigente, un defensor a ultranza de sus fechorías. De hecho, fuimos los primeros blancos de las santas iras de Moreno, cuando nos atrevimos a denunciar y criticar… pero para verdades el tiempo. Con la presencia del caucano, se dio origen a un INRI con cientos de perjudicados en las filas de los seguidores, amén de la cruzada encaminada a rebautizar el Jardín de América, con el nombre del exbanquero, como cuota retributiva de empalagosa lambonería, de los serviles de todas las horas.

El Turco Ángel, ya había iniciado expediciones por Boyacá, el Llano, Popayán, con sus representativos Lanceros, Llaneros, Universitario. Muy pronto, las fuerzas vivas de esos lugares, determinaron expulsarlo de sus dominios. La gente salió a la vía, pero no a despedirlo, sino a cerciorarse que no regresara.

En la funesta era de El Califa, todo se redujo a contratar técnicos desuetos, perdedores, como el abuelo Cruz, Arturo Boyacá, El Cachaco Rodríguez, Torres, Prince, el Cheché, el tal Suárez… etc., hasta el ingreso de Quintabani. Algunos aficionados se molestan porque periodistas y medios, critican con argumentos el saqueo deportivo. Enemigos del equipo nos tildan.

Por tratarse del D.Q., un equipo tradicional, así esté en la B, Ángel y sus adláteres, reciben de las jerarquías, iguales canonjías que los clubes grandes. Participaciones por derechos de tv, publicidad en los uniformes, tiquetes, participaciones y el más superlativo de los ingresos por la venta o préstamo de jugadores; novatos que llegan a Armenia desde las escuelas del caucano, sin ninguna condición válida para un club profesional. Pero quien manda, manda, aunque mande mal; los técnicos solo obedecen instructivas para darles minutos a costa de perder puntos y sacrificar el ascenso una y otra vez. Al final de temporada, el Turco recibe su cuota de negociables, sin más gastos que pagos en chontaduros y sancocho de tienda, (pan y gaseosa). No contrata refuerzos, porque el Quindío, solo es un medio para lograr un fin. Nos atrevemos a pensar       que ningún equipo en Colombia, tiene los ingresos de este colectivo. Hasta el estadio, lo usufructuaba como si de un potrero se tratara.

Dos años atrás el invasor tuvo su primer susto real, cuando los hinchas cansados, salieron a liderar la operación rescate, encaminada a regresar el conjunto a sus legítimos dueños: la unidad territorial avasallada. Se mencionaron cifras hasta de 60 mil millones durante el usufructo por parte del mercachife, con impuestos impagos a las arcas del municipio, incluido el ridículo alquiler del estadio.

Las administraciones municipal y departamental, siempre ajenas a un tema de enorme trascendencia, gobernantes, legisladores a todo nivel, se desmontaron por las orejas y hasta Jaramillo gobernador habló de posibles compradores, jeques árabes, guardianes de las minas del rey Salomón y otros magnates del vecindario, especies circulantes con tufillo a embuchados. Salvo las esporádicas intervenciones de Obando Roa, nada de nada.

Ríos alcalde contrató con la U.Q, un peritazgo por deudas y avalúos, por más de 20 años de explotación. Ha transcurrido un largo periodo y solo excusas, que la Dimayor es un ente privado y no está obligado a suministrar información alguna. Premisa falsa… ¿es Colombia un estado de derecho o una dictadura?… ¿la ley es para cumplirla o evadirla? ¿Existen en el país republiquetas independientes con patente de corzo para burlar dictámenes judiciales?

Así el fútbol profesional sea manejado por una cáfila de descontrolados gaznápiros como Senior, Bedoya, Gonzales, Jaramillo, Jesurúm… muchos de ellos investigados por el fraude en el mercadeo de la boletería para diferentes eventos internacionales… cobijados por Dimayor, tribunales variopintos, rectoras del FPC y asociaciones diversas con idénticos apetitos de poder traducidos en círculos cerrados, a los cuales pertenece Ángel y obvio es, que se reservarán la información comprometedora exigida, porque para eso es el poder, para poder joder.

En este orden de ideas, nuestro representativo es un huérfano, con su geografía, su institucionalidad expuesta a la voracidad de los buitres y en permanente subasta. Si el D.Q. es patrimonio de sus moradores y autoridades, ¿cuál es la razón válida para que alcalde y gobernador no comisionen a los equipos jurídicos para recuperar la ficha?

Tampoco procede que medios y periodistas sigan llamando a Ángel, el dueño del equipo… de esa fea costumbre surgió el título de esta columna: DUEÑO DE QUÉ ¿?, DUEÑO DE NADA ¡!. Facilitarle al invasor que se lleve al D.Q. a otros lugares, es transigir con los atropellos. El equipo es un patrimonio intangible que ha de conservarse por generaciones futuras, además, porque con un nuevo equipo, se perderían los beneficios que, por derechos adquiridos durante siete largas décadas, quede en manos de inescrupulosos negociantes.

De hecho, en semanas previas a la instancia final del torneo de la B, periodistas deportivos expusieron con argumentos irrebatibles, la certeza de anticipar otra frustración más en el manido tema del ascenso… Willy Marín, James Padilla Motoa, tradicionalmente circunspecto en estas consideraciones. El Quindiano, rotuló su escrito, con análisis amplios sobre la felicidad del intruso al permanecer en la segunda división y el aventurero siga con su zarpa sobre nuestros íconos.

Como agregado complementario, es imperativo rememorar, que solo el congresista Ricardo Arias, por iniciativa propia, convocó al periodismo y a los líderes de la parcial cafetera, a una reunión con la presencia del entonces director de Coldeportes,    Clopatofsky, con la misión específica de buscar la recuperación del bien histórico del departamento. Esta iniciativa no tuvo feliz culminación, porque con el auditorio lleno, solo el suscrito tomó la palabra y expuso las razones de la querella, cuando aún no se conocían las abismales cifras de hace un bienio. Oscar Hincapié fungió como maestro de ceremonias y ningún comunicador intervino, lo hicieron los aficionados presentes… la memoria infiel, nos ubica en otro escenario cuando se presentó al Cheché Hernández, y un concejal trepanguero invitado, dijo al auditorio, que con cinco personas como Ángel en el país, el mundo sería un lugar diferente… ese día, muchos cronistas reconocidos, lloraron de la dicha... Si seguimos con nostalgia de cadenas, alma de esclavos, medrosos y conniventes, así nos tratarán, todas las fuerzas vivas de esta y otras regiones de la patria.

Para concluir, comentaristas deportivos de todo el país, hicieron pública su congratulación al Atlético Huila por el ascenso. Recordando que hace un par de años, el equipo opita, estaba abierto a negociar la ficha, por situaciones propias de malas campañas… con el técnico Craviotto, ganador indiscutible, una nómina modesta, le dieron a sus parciales una felicidad compensatoria. Carlos Antonio Vélez, en su escuchado espacio, rubricó con un ácido comentario, que D.Q. era el ocupante perpetuo de la B… siempre como el náufrago, que se ahoga a 10 metros de la orilla.

El fracaso de los cafeteros en este nuevo torneo, no es el primero, ni el último… años atrás, con Jaguares, sucedió igual, Meza portero, le entregó como regalo navideño anticipado, el ascenso a los felinos, regalándole las opciones.

Con el Cúcuta Deportivo, igual, con la misma palurda filosofía de añeja data, un juez matrero validó un gol con la mano que vio el país entero, menos el bandido del Arrieta… Ángel más rápido que inmediatamente, sacó el capote y defendió con vehemencia al inmoral árbitro, porque según él, fue un error de valoración, tan grave fue el hecho, que al felón de negro, la comisión lo suspendió definitivamente. Solo faltó que el Califa desfilara en el carro de bomberos en Cúcuta para sumarse a la celebración motilona.

El año anterior, en Neiva, el obsequio fue de un portero de apellido Cadavid, quien también entregó su cuota parte para el triunfo del Huila. Como bombón de trapo, sin refuerzos, D.Q. ascendió por cuatro meses…y regresó a su nicho natural, esto nos demuestra que así el equipo ascienda, Ángel no reforzará al club y será entonces el síndrome del cascabel con la cinta morada.

Quintabani, es un buen ser humano, sabe el oficio, pero es empleado de Ángel, tiene muchos años de vida y actividad profesional, así que se decide por la fácil. En este calendario, cuántos jugadores desconocidos tuvieron oportunidad reiterada, banqueando a los titulares, que se atrevieron a exigir mejores condiciones laborales. Los biches hacen parte del menaje para entregar al Turco este fin de año.

Justo y necesario es congratular al Deportivo Pereira , un vecino solidario que aún con asuntos legaloides, logró el trapo campeonil, de la mano de un técnico joven sapiente y humilde . Jugadores y fanáticos presentes en el estadio, lloraron al entonar el himno de Risaralda. Nosotros a conformarnos con un estadio sin equipo. A los seguidores del milagroso, que no cesen en sus luchas recuperadoras, que no transijan por promesas. Es hora de exigirle a gobernantes y legisladores, que hagan cumplir los fallos judiciales con relación al equipo. No más homenajes de desagravio al felón, tampoco permitir que la ira y la frustración los lleven a invadir el campo y a destruir la estructura del estadio. La sanción recaerá en la plaza y es justamente lo que Ángel espera: motivos para trastear con el Deportes Quindío.

Somos referentes nacionales, como puerto libre para las fechorías de extraños: Castaños, Gallos, Gavirias y toda una pléyade de corsarios, porque todo lo nuestro, es muestra gratis para ellos, con la anuencia descarada de quienes, por cuna, debería ser guardianes de la heredad…

Como será de crítico este fenómeno en el Quindío, que desde hace dos semanas, nos invadió otro huésped devastador y peligroso: el caracol africano; llegó sin visa y se aposentó en la tierra de nadie.

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