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Cultura  |  30 diciembre de 2022  |  12:00 AM |  Escrito por: Administrador web

Lucio Demare

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Ayer y hoy al compás del tango

Por Darío Tobón Montoya

Los famosos años 40 del tango, los más nombrados y exaltados, a los cuales me he referido varias veces en mis crónicas, no hubieran tenido su grandiosidad sin la presencia de Lucio Demare. Los conocedores  y los aficionados lo recuerdan por sus 2 más exclusivos tangos: Malena y Mañana zarpa un barco, pero para conocer de su contribución inmensa en esos memorables tiempos, nos referiremos a cuatro esferas interconectadas:

  1. La composición, la más conocida, produjo tangos simbólicos de esa época. Fuera de los mencionados, escribió Tal vez será el alcohol, Solamente ella, Hermana, Sosteniendo recuerdos y Mientras viva.
  2. La interpretación pianística que según Horacio Ferrer es de “ejecución inconfundible por el clima intimista que creaba”.
  3. Su actividad de compositor no solo tuvo desarrollo en la música para tangos sino también para la musicalización de muchas películas, especialmente las dirigidas por su hermano Lucas Demare, como “La guerra gaucha”, muy premiada por su música y sonido. “Pampa Bárbara”, y “Su mejor alumno”, filmes de los más representativos de los 40. En 1942 su hermano Lucas dirigió la película “El viejo Hucha”, también musicalizada por Lucio. En ella se estrenó el tango Malena. Aparecía interpretado por su principal actor, que doblaba la voz del cantante Juan Carlos Miranda. Hasta 1971 siguió creando bandas sonoras.
  4. Dirección orquestal y arreglador. Este es el campo de menor reconocimiento de Demare. A pesar de tener una orquesta de la calidad de sus contemporáneos: Miguel Caló, Osmar Maderna y Francini y Pontier, no contó con la misma adhesión que tuvieron los otros en el público. Quizás su inmensa popularidad como compositor opacó esta otra labor. El mismo Lucio lo reconoce. Cuenta que su orquesta tuvo vigencia de solo 10 años hasta 1948, cuando abandona su dirección y se dedica de modo exclusivo al piano. Ello también coincidió con que la radio dejó de solicitar su orquesta. Todo ello a pesar de que Demare dirigía la orquesta desde el piano y contaba con el extraordinario bandoneonista Máximo Mori y un tiempo con el violinista Elvino Vardaro. El propio Demare decía que se sentía más satisfecho tocando piano que dirigiendo la orquesta, así hicieran parte de ella los dos grandes cantantes Juan Carlos Miranda y Raúl Berón, quien lo acompañó por un año. Como ocurrió en otras instancias del tango, creó su propio espacio tanguero. Fundó el establecimiento nocturno “La tanguería de Lucio”. Al cambiar de local lo llamó “Malena al sur” y estaba situado en el barrio San Telmo. Fue su último reducto tanguero.

Juan Carlos Miranda y Lucio Demare                                                           Raúl Berón

Biografía:

 Nació en Buenos Aires el  9 de agosto de 1906 y murió en 1974. Compositor, director y musicalizador de cine. Su padre violinista y Escaramuza, maestro de piano, le dieron sus primeras enseñanzas pianísticas. A sus 9 años tocaba a dúo con un violinista valses vieneses en el barco, que hacia el viaje diario entre Buenos aires y Montevideo. A sus 11 años acompañó al piano a Imperio Argentina. Para principios de los años 20 tocaba en orquestas de jazz. En 1926 se vinculó a Canaro y de ahí inicia su relación con el tango. Hace parte del trío Irusta-Fugazot-Demare. En 1936 integra su propia orquesta. Desde el principio su principal cantante fue Juan Carlos Miranda. En su definitiva orquesta de 1939, acoge a Raúl Berón, su segundo importante vocalista. Con ellos realiza grabaciones que no fueron excesivas.

Ya habíamos planteado su importante presencia en la composición. Vale la pena insistir en este tema. Tenía una natural facultad para la invención musical y un delicado temperamento creador, todo dentro de la escuela romántica que inició a mediados de los años diez Cobián, seguido por Enrique Delfino y compartida por Francisco De Caro y Bardi. Su obra tiene el mismo espíritu de la de Chon Pereyra, Joaquín Mora y Aníbal Troilo.

Vale la pena recordar la historia de su más importante tango Malena, uno de los más trascendentales de toda la historia del tango.

Ideado a fines del 41, se cantó por primera vez en enero del 42. A fines del 41 Homero Manzi, su letrista, volvía a la Argentina en un viaje desde México, en un barco que bordeaba la costa Atlántica. La nave hizo escala en Porto Alegre, Brasil, donde Manzi en un sencillo cafetín escucho cantar a Malena de Toledo, nombre artístico de María Helena Tortolero, una cantante secundaria que había actuado en la orquesta Vardaro-Pugliese y de la que solo quedó una sola grabación conocida, el tango Volvé.

Durante una presentación en Cuba, ella conoció al bolerista Genaro Salinas. Con él hace una  gira por Buenos Aires. Luego ella viaja a Caracas y  es seguida por Salinas. En la capital venezolana, se prenda también de ella el jefe de policía del régimen del dictador Pérez Jiménez. Después, el cuerpo de Genaro apareció brutalmente apaleado bajo un puente del centro de Caracas. Había sido asesinado por orden del jefe de policía. Malena de Toledo siguió en presentaciones públicas y ahí fue cuando la conoció Manzi. Todos los entendidos han dicho que una vocalista de segundo nivel no podía ser “la Malena que canta el tango como ninguna”. De acuerdo con los últimos datos, entre ellos una biografía de Nelly Omar, es a ella a quien iban dirigidas esas estrofas. Ella era la amante oculta, la innombrable que inspiró ese soberano poema.

Ese tango fue estrenado por Juan Carlos Miranda. Pero se ha considerado su gran cumbre vocal, la que hizo Francisco Fiorentino con la orquesta de Troilo en grabación de enero del 42. Otro tango de Demare con historia es Tal vez será el alcohol, igualmente con letra de Manzi. Fue compuesto en mayo del 43, casualmente el año en que se implantó la feroz censura a las letras del tango. Inmediatamente así lo graba Troilo con la voz de Alberto Marino. Pero la censura no aceptó esa palabra “alcohol” y obligó a Manzi a reformarla. Así ese tango pasó a titularse tal vez será su voz y su letra también fue modificada. Otros tangos trascendentales de Lucio fueron Dandy, La calle sin sueño, Esclavo de tu piel, Musette, Capricho de amor, Brumas, Más allá de mi rencor, Cariño gaucho, Yo era un corazón, Telón y Solamente ella.

 Con Homero Manzi, Demare forma la dupla autoral ideal para, según Ferrer,  crear tangos “de exaltado lirismo y de inmensa riqueza melódica”. El segundo más importante tango de la dupla Manzi-Demare es Mañana zarpa un barco, del que dijo el historiador Blas Matamoro las palabras ya escritas en estas crónicas: “es el tango más literario y dramático del 40”. Fue grabado en 1942 con la voz de Juan Carlos Miranda. En las últimas décadas de su vida Demare se dedicó a interpretar el piano y a componer. Tania lo lleva como solista a su local “Cambalache”, para que la acompañara al cantar. Fallece en 1974.

En los siguientes vínculos, lo invitamos a que escuche los tangos:

 

https://youtu.be/emu1PYcNk1w           Malena:                                 Fiorentino: Troilo

https://youtu.be/r0Owx-J5N0Q             Mañana zarpa un barco:   Demare Juan Carlos Miranda

https://youtu.be/13YRqdA2a-M            Tal vez será su voz (1943): Lucio Demare - Raúl Berón

https://youtu.be/DodhiwKakjk               La calle sin sueño

https://youtu.be/Rn4H2peWPpI            Solamente ella (1944):         Lucio Demare & Horacio Quintana        

 

 

 

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