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Cultura  |  09 enero de 2023  |  10:16 AM |  Escrito por: Administrador web

La escuela del alma

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Gloria Chávez Vásquez

Les he dicho a mis chicos que cuando muera, echen globos a volar, para celebrar que me he graduado. Para mí, la muerte es una graduación. Elisabeth Kübler-Ross

 

En la película Groundhog Day (1993) el protagonista, un arrogante meteorólogo de la televisión que cubre el evento anual del Día de la Marmota en Punxsutawney, Pensilvania, se encuentra atrapado en un ciclo de tiempo, repitiendo el mismo día una y otra vez. De esa manera, el hombre tiene la oportunidad de revisar su vida, enmendar sus errores y aprender lecciones para mejorar como persona. La historia tiene un alto contenido metafísico y resulta un modelo básico de cómo opera la reencarnación.​

La literatura acerca de la posibilidad de vidas pasadas también ha proliferado. En la actualidad, existen muchos testimonios documentados de experiencias cercanas a la muerte, regresiones, experiencias transcendentales inducidas por la meditación, comunicaciones posteriores a la muerte e incluso investigaciones científicas sobre las descripciones espontáneas de los niños de sus vidas pasadas. Destaca la obra de investigadores, doctores y psiquiatras, como Raymond Moody, Elisabeth Kübler-Ross, Ian Stevenson, María J. Álvarez Garrido y Brian Weiss.

Uno de entre los miles de relatos alusivos, es el del médico judío, Eli Lasch (1929-2009) conocido por su labor humanitaria en Gaza, quien documentó el caso de un niño de 3 años que vivía cerca de la frontera entre Siria e Israel. El chico decía haber sido un hombre asesinado con un hacha en su vida anterior. Cuando se le llevó a la aldea en cuestión, mostró donde se había enterrado su cuerpo, dónde estaba escondida el arma, e identificó a su asesino. En efecto, el cadáver mostraba una herida en la cabeza, causada por al hacha que se encontró. El asesino admitió el crimen.

Historia en el tiempo

El tema de la reencarnación ya se conocía en las corrientes filosóficas y religiosas en el Mediterráneo antes de la Era Cristiana: el orfismo egipcio, el neoplatonismo, el maniqueísmo y el pitagorismo. Las sociedades africanas, consideraban la reencarnación una parte importante de su rol social. Pero es en Asia, (India, China, Japón, Mongolia, Indonesia etc.) donde se arraiga la doctrina. Los tibetanos ven en el Dalai Lama, una reencarnación del guía espiritual que le precedió.

El Janismo enseña que las almas recogen los frutos de sus buenas o malas acciones a través de vidas sucesivas. Estas enseñanzas han sido transmitidas por el Mahabharata, uno de los principales escritos de la India antigua, en el episodio que lleva el nombre de Bhagavad Gita.

La Cábala, disciplina y escuela de pensamiento esotérico, relacionada con los esenios y el judaísmo jasídico, afirma que la reencarnación, junto al proceso de tikún (corrección), dirige nuestros patrones de pensamiento, sentimientos y actividades. Así, la historia de la humanidad es en realidad la del regreso de las almas. Según las escrituras del Zohar, libro central de la corriente cabalística, “ningún misterio en la historia del universo es tan esclarecedor como el comportamiento universal y repetitivo de sus habitantes”.

No es sino hasta el siglo XIX, cuando el espiritista Allan Kardec publica su libro El mundo de los espíritus (1857) que la reencarnación se populariza en Occidente. La teosofía liderada por Helena Blavatsky, promotora de “el conocimiento de la verdadera realidad” incluye la reencarnación entre sus enseñanzas. Para mediados del siglo XX, el número de personas que aceptan la lógica de la reencarnación, aumenta prodigiosamente.

Se calcula que más de mil millones de personas en el planeta creen en la reencarnación. Si consideramos que la población alcanzó los 7 mil millones, el tema puede mirarse desde una óptica más original.

Renacimiento o retorno

Los budistas consideran que el término “reencarnación” está muy trillado y por eso prefieren el de “renacimiento” o “retorno”. El budismo asume, que la conciencia, desligada del cuerpo, reemergerá en otros agregados, incluso en otros mundos. De ahí que el número de habitantes de este planeta no perturbe la idea de reencarnación: la vida que se manifiesta antes en otros seres (animales, insectos, etc.) podría estar ahora tomando forma humana; podría haber un influjo de energías provenientes de otros planetas, reinos, universos, una especie de migración cósmica; finalmente, eso que llamamos “conciencia” humana podría estar manifestándose con un número mucho mayor de personas de las que requería antes.

Incredulidad y escepticismo

La razón por la que la reencarnación es motivo de escepticismo en Occidente se debe a que no conjuga con los dogmas y doctrinas de la fe cristiana. Por otra parte, en nuestra sociedad prevalece el conocimiento científico y por eso, muchos han abandonado su fe y sus creencias. Pero, la ciencia no es necesariamente la única fuente válida y confiable. Lo que la ciencia puede ver, se reduce a lo físico y objetivo y la realidad en sí misma no es tan estrecha. Si limitamos nuestra comprensión de lo que puede ser la realidad a lo que la ciencia puede ver, nos estamos quedando a medias.

Por otro lado, disponemos de una gran cantidad de información y de una amplia variedad de fuentes que, a pesar de sus diferencias, brindan ideas muy coherentes sobre la naturaleza del alma y su evolución. No debe sorprendernos pues, la fuerte evidencia de vidas pasadas.

Propósito de la reencarnación

He aquí algunas de las teorías expuestas por los Maestros espirituales, acerca del proceso del Retorno, Renacimiento o Reencarnación.   

* La evolución del alma consiste es volverse cada vez más autoconsciente y autosuficiente como expresión única del Espíritu. Al evolucionar, el alma cambia en su nivel de existencia y conciencia, de la inocencia de los recién nacidos a los niveles cada vez más grandes de amor, poder y sabiduría. En efecto, lo que se crea se reincorpora al Creador, después de eones de evolución.

* Las experiencias y elecciones de toda una vida, sirven como lecciones para el alma, una vez que se completa la vida. Después de la muerte (la salida del alma del reino físico), el alma y sus guías repasan lo que sucedió durante la vida y las lecciones que se pueden aprender de ella.

* El alma necesita experimentar la vida tanto como hombre, como mujer; como víctima y perpetrador; como estudiante y maestro. Por lo tanto, el alma reencarna muchas veces para experimentar todo el espectro de la vida. A través de muchas experiencias humanas diferentes, el alma se vuelve más consciente de sí misma, descubre más de sus capacidades verdaderas (amor, poder, sabiduría) y aprende a superar las limitaciones ilusorias del ser físico.

* Cada vida es una oportunidad para aprender lecciones específicas. Una vida podría centrarse en aprender una mayor responsabilidad propia, mientras que la próxima, en ser más bondadosos con los demás. Si en una vida el alma experimenta ser un hombre con mucho poder sobre las mujeres, sería útil contrastar eso con la experiencia en otra vida, de ser una mujer sin poder.

* Las almas de los seres humanos reencarnan solo como seres humanos. Eso no quiere decir que no hayamos experimentado la vida en formas de vida más simples antes de eso. La mayoría de los eventos importantes en la vida están planificados con anticipación: el nacimiento, la familia, la escuela, las relaciones, la carrera, etc. Esto incluye muertes, accidentes y enfermedades. Sin embargo, hay mucho espacio para que ocurran cosas no planificadas. Las decisiones que tomamos en el terreno importan mucho más que el “destino”.

* El cuerpo también es elegido por el alma antes del nacimiento. Las almas son conscientes de qué fetos son viables y cuáles no, y cuáles serán eliminados antes del nacimiento. Algunas vidas se configuran explícitamente para que el alma experimente un aprendizaje particular. Un ejemplo de cómo funciona el karma durante la reencarnación: Si el alma A mata al alma B en una vida, luego en una vida posterior, el alma B matará al alma A.

* La reencarnación tiene un principio y un final. Todo el viaje de la evolución a través de la reencarnación comienza con nosotros en un cierto nivel y termina una vez que alcanzamos otro nivel. Según el progreso del alma, el proceso puede ser largo o corto, desde la primera vida humana hasta la última.

En una época en que muchos individuos no están siquiera seguros de una vida después de la muerte, la posibilidad de la reencarnación es todavía objeto de estudio. Las opciones que ofrecen la fe, la ciencia y las experiencias personales no son concluyentes: el ateo vive para morir y punto; el suicida arriesga la sorpresa cósmica; el creyente se acoge a la promesa de una vida eterna. Desde la óptica del espíritu evolucionado, la reencarnación es la esperanza de un Creador sabio y misericordioso.       

 

Gloria Chávez Vásquez, escritora, periodista y educadora reside en Estados Unidos.

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