Por Libaniel Marulanda

En Calarcá, a finales de los años cincuenta, una familia de recatados principios religiosos y sociales comienza a ser permeada por la penuria económica y la crisis conyugal,  como consecuencia de las aventuras  amorosas de Juan Restrepo, el padre de dos hijas y  esposo de una pudibunda dama que decide expulsarlo del hogar cuando se entera del amancebamiento de éste con una bella y casquivana mujer, recién llegada a la zona de tolerancia del municipio, en donde ejerce sus artes y mañas e instaura un reino de pecado y lujuria.

Al tiempo que en el lugar se vive el bullir de la chismografía y el acontecer de situaciones propias de un pueblo, dentro del contexto histórico conocido como la Violencia tardía, la debacle económica del hogar impulsa a la mayor de las hijas, Gertrudis, a cuestionarse su rol existencial como mujer a quien ronda la indeseable soltería y la ausencia de una ocupación laboral o un oficio que le permita sobrellevar la carga que comienza a gravitar sobre ella, su hermana y la amargada madre.

Ante ese dilema, el personaje decide optar por la adivinación de la suerte a manera de salvavidas, pero esa opción pone a la madre ante la disyuntiva de desatar el rechazo de la autoridad clerical de Calarcá, así como de su vecindario y círculo social. La condición de nuevos pobres vergonzantes también la fuerzan a dar en arriendo, como local comercial, la primera planta de la vieja casa de arquitectura paisa, construida por su padre a principios del siglo veinte.

A los personajes de la madre severa y piadosa y la hija convertida en pitonisa, se suman en esta comedia, Gerardo: un tendero que se autocalifica de discreto; la hija menor, Genoveva: una adolescente tontarrona y Anacleto: un zapatero, espiritista y músico de la banda municipal que consigue en arriendo el local y el otorgamiento de otros favores.

En medio del tráfico de los chismes calarqueños, emergen algunos sucesos bochornosos y violentos, realizados por uno de los dos curas de la localidad, así como la existencia de un triángulo amoroso que termina por mandar al exilio definitivo al  disoluto esposo.

La obra, que tiene además música exclusiva y un inusual reto a la actuación,  ha sido concebida como un sustancial aporte a la casi inexistente dramaturgia quindiana y pretende ser una divertida creación  que trasponiendo el costumbrismo se convierta en una pieza que coadyuve a la creación de un nuevo y urgente Teatro popular, que fortalezca  la asistencia a los escenarios del arte de la comedia.

Puro puro yo te conjuro. Versión Libre Teatro. VIERNES, 17 y SÁBADO 18 de febrero. 7:00p.m. Calle 31 # 23-35 Calarcá. Quindío. No se lo pierda.

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